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Así ha sido la relación de Petro y el Congreso en su primer año de mandato

El presidente Gustavo Petro ha pasado de tener amplias mayorías, con un solo partido opositor, a no poder recomponer todavía la coalición de gobierno.

Presidente Gustavo Petro. Foto: Colprensa.

El éxito del Gobierno del presidente Gustavo Petro va a ser determinado, en gran medida, por el Congreso de la República, dado que por ahí es por donde deben pasar las grandes reformas que el mandatario ha propuesto en medio de su agenda de ‘cambio’.

Una vez el mandatario llegó al poder empezó a plantear de la construcción de un gran acuerdo nacional, mientras se reunía con los diferentes líderes políticos del país. Esto empezaba a materializarse también con una amplia coalición de Gobierno, conformada por el Pacto Histórico, la Alianza Verde, la mayoría de curules de Paz, el Partido Liberal, La U y el Partido Conservador. Empezó a catalogarse como una luna de miel con el Congreso.

“La relación de Gustavo Petro con el Congreso empezó en la luna de miel propia de quien inicia en el poder, con una coalición muy fuerte”, afirmó el representante de la U Víctor Salcedo, con quien coincidió el senador del Centro Democrático Miguel Uribe: “Petro arrancó con un Congreso completamente a su favor. Incluso logró una mayoría abrumadora, la presidencia del Senado, de la Cámara y de varias comisiones claves para el trámite de sus reformas, como probablemente ningún otro gobierno lo ha logrado. Incluso se generó una crisis de representación y muchas críticas de la ciudadanía, pues partidos que históricamente estaban en contra de Petro tomaron la decisión de aliarse”.

En efecto, en esos primeros meses todo era color de rosa. Se logró la aprobación sin mayores problemas de, por ejemplo, la reforma tributaria y la ley de Paz total. Era un panorama muy favorable. Sin embargo, el problema parece que fue la agenda tan amplía y con cambios tan abruptos que planteó el presidente.

Para Salcedo, justamente, “el Gobierno se equivoca con una agenda legislativa tan ambiciosa, en reformas tan estructurales como la de Salud, la Laboral y la Pensional, aparte de que tenía interés en la reforma política y la reforma tributaria. Creo que el gobierno, en esa inexperiencia, pretende que sus proyectos salgan intactos del Congreso, y eso no iba a ser posible”.

El trámite de las reformas sociales y la resistencia de sectores no sólo políticos, sino académicos, gremiales y técnicos empezó a desgastar la coalición. La ambiciosa promesa del Gobierno de sacar adelante estas reformas en la primera legislatura parecía cada vez más improbable.

La gota que rebozó la copa fue el primer debate de la Reforma a la Salud. Aunque lograron los votos para su aprobación, la negativa de los directores de los partidos de La U, Liberal y Conservador al texto del Gobierno, llevaron a que Petro anunciara la ruptura de la coalición.

“La coalición política pactada como mayoría ha terminado en el día de hoy por decisión de unos presidentes de partidos, alguno de los cuales amenaza a la mayoría de su propia bancada. A pesar del voto mayoritario en las urnas que pide un cambio en Colombia, este se intenta cerrar con la amenaza y el sectarismo”, trinó el presidente el pasado 26 de abril.

Para el representante de Cambio Radical Julio César Triana, “ese ha sido el mayor fracaso en el Congreso: entender que las normas se construyen allá, desde distintos pensamientos y no de manera impositiva. El presidente ha fracasado en su relacionamiento con el Congreso en este primer año. Ha preferido promover las reformas desde un balcón o eventos sociales, y no desde el legislativo que es donde se aprueban”.