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Pescadores de Santa Catalina piden controlar los barcos nicaragüenses en la isla

Manfred Webster, pescador de la Isla Santa Catalina, denunció la presencia de barcos de pesca nicaragüenses en los cayos de Roncador y Quitasueño durante los últimos días.

Pescadores de Santa Catalina piden controlar los barcos nicaragüenses en la isla

El pasado 13 de julio la Corte Internacional de Justicia leyó en La Haya (Países Bajos) su fallo sobre el litigio entre Colombia y Nicaragua. El caso, que fue abierto con la primera demanda interpuesta por el país centroamericano en 2001, concluyó a favor de Colombia.

El país ganó en el fallo del 2022 la soberanía sobre las aguas disputadas y el tribunal declaró en su última decisión queno puede extenderse la plataforma continental que se sobreponga sobre otro país”.

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Sin embargo, pescadores de la Isla Santa Catalina comentaron la presencia reciente de embarcaciones pesqueras de Nicaragua en la zona. Así lo denunció Manfred Webster, pescador vinculado a la cooperativa de pescadores Fish & Farm, en conversación con 10AM Hoy por Hoy.

Manfred vive en la Isla Santa Catalina, pero desarrolla sus labores de pesca en los cayos de Quitasueño y Roncador. Además hace parte de la Cooperativa Fish & Farm, conformada por 44 pescadores de la zona insular.

Manifestó que hubo poco interés por parte de los pescadores frente al fallo de La Haya publicado el 14 de julio: “era sobre una plataforma continental al suroeste de la isla de San Andrés, pero nosotros pescamos en la parte norte de la isla”, comentó.

Aclaró que hacia las islas de San Andrés y Providencia no hay bancos de pesca en los que trabajen los pescadores de la zona: “Son 450 millas náuticas de mar abierto hasta Cartagena”. Y añadió: “el primer fallo de La Haya sí nos hizo daño porque nos quitaron el agua que va hacia los cayos”.

Sin embargo, el problema actual de quienes trabajan en el Cayo Quitasueño es la presencia de barcos de pesca nicaragüenses. Manfred aseguró que estas embarcaciones compiten en aguas colombianas con los pescadores locales.

“Siempre encontramos barcos nicaragüenses pescando allí”, comentó. Pese a que denuncian ante los guardacostas la presencia de los barcos extranjeros, no se toman acciones para evitar la llegada de los pescadores de Nicaragua a la zona marítima.

Como consecuencia de la competencia de las embarcaciones extranjeras, Manfred comentó que se ha reducido el potencial pesquero de la zona: “Si ellos siguen sacando el poco producto que queda, como langosta, caracol y pescado, ¿qué va a quedar para las islas de Providencia y San Andrés?”

La demanda de los pescadores en la región es por la defensa de la zona de pesca, para evitar la competencia de las lanchas locales frente a las embarcaciones extranjeras.

“Queremos que la Armada Nacional esté más pendiente de lo que pasa en Quitasueño, Serrana y Roncador, porque están invadiendo los nicaragüenses allá.”

Aseguró también que estuvo en la zona quince días antes de su denuncia, y encontró barcos extranjeros pescando allí. Agregó que las características de las embarcaciones de Nicaragua no les permiten competir a la hora de sus faenas de pesca.

Cambios en la pesca tras el huracán Julia

En su conversación con 10AM Hoy por Hoy, Manfred Webster hizo una comparación entre las faenas de pesca antes y después del paso del huracán Julia por la isla.

Manifestó que el apoyo gubernamental para tener de nuevo embarcaciones competentes y aptas para faenas de varias semanas se quedó en promesas. Agregó que la presencia de la Armada Nacional tampoco es igual que antes del fenómeno natural.

La cooperativa de la que hace parte Manfred tenía tres embarcaciones pesqueras. Sus faenas duraban entre diez y quince días: “Llevábamos 250 galones de diésel, 6 mil libras de hielo, comida y agua. La idea era traer 3.500 libras de pescado.”

Aseguró que para entonces las ganancias libres de un pescador luego de quince días de trabajo en los cayos de Roncador y Quitasueño podían alcanzar los dos millones de pesos.

Al verse obligados a faenas de máximo dos días en lanchas pequeñas, las ganancias de los pescadores son de alrededor de 500 mil pesos, por 300 libras de pescado.

Promesas incumplidas

Respecto al apoyo gubernamental para mejorar sus capacidades de pesca, Manfred hizo énfasis en que tuvieron visitas de parte del Gobierno Nacional en las que se comprometieron con la comunidad. Sin embargo, estas no se materializan.

Situación similar sucede en la actualidad con la presencia de la Armada Nacional: “El presidente nunca nos negó que nos van a ayudar, pero solo da la orden. ¿Será que el guardacostas está cumpliendo?”

Pidió también que la Armada Nacional “ejerza su soberanía”. Dijo que a pesar de las indicaciones del presidente Gustavo Petro, no hay quién vigile su cumplimiento.

“Queremos denunciar para que la Armada por favor haga presencia en Quitasueño, que está más cerca de Nicaragua”.

Concluyó que los pescadores nicaragüenses se acercan hasta 15 millas náuticas del mencionado cayo y ponen en desventaja a los pescadores locales con sus lanchas para la pesca.

De allí el reclamo de apoyo por parte del Gobierno Nacional y las autoridades para proteger a los pescadores que viven y trabajan en la región insular. En especial, tras el cierre del litigio con el país centroamericano.