Se cumplen 37 años de la muerte de Omaira Sánchez, víctima de la tragedia de Armero

El 16 de noviembre de 1985, murió Omaira Sanchéz, una niña de 13 años que quedó atrapada en el lodo producto de la erupción del volcán Nevado del Ruiz. Leonardo Hernández, jefe de la unidad de operaciones del Departamento de Emergencias de la Organización Panamericana de la Salud, participó hace 37 años en el rescate de Omaira.

Así recordó Hernández esos días de frustración: “durante el rescate había gente de las Fuerzas Armadas y quienes la encontraron fueron infantes de la Fuerza Aérea. Yo le decía al periodista que el lodo era como el océano y el cerro de la Cruz era como la playa y ella estaba cerca a esa la playa donde las casas se habían arrinconado y con lodo hasta el cuello.

Hernández explicó que en este tiempo no había soportes para poner algún trípode,ni una motobomba, ni ningún otro recurso para fraccionar el lodo: “ese era el escenario, tratamos de halar con un helicóptero las vigas y cortar los cuerpos que estaban alrededor de ella, pero no teníamos ni los recursos, ni la tecnología en esa época”.

Sobre la posición de sus piernas, Hernández indicó que debido a que ella estaba totalmente aprisionada, lo más probables es que no sentía las piernas por algo en la trauma en la médula, en ese momento tenía un aplastamiento de sus piernas.

¿De qué murió Omaira Sanchéz?

Durante la época de la tragedia, Hernández estudiaba veterinaria, con el tiempo decidió estudiar medicina: “ya después con el conocimiento médico, yo me imagino que un síndrome de compresión que afectó sus riñones. Si ustedes ven las imágenes, Omaira tenía inflamada la cara y el sábado que falleció tenía un edema bastante grande. Estos síntomas fueron secundarios a la destrucción de músculo y al paro cardiorrespiratorio, explicó el médico.

Hernández siempre recordará la madurez de Omaira, que con tan solo 13 años estuvo en calma durante los tres días del intento de su rescate. Una de las enseñanzas que le dejó fue la generosidad: ella nos decía “vayan y saquen a otros niños que estén más fáciles y mañana vienen en el día y me sacan a mí”.

Para Hernández la despedida que le dio Omaira a su familia fue una manera de poner las cosas en orden para poder irse con calma: “es impresionante su valor”, indicó Hernández. El médico también recordó a su equipo de rescate que siempre se mantuvo unido tratando de hacer hasta la imposible por rescatarla.