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Venezolanos en el Eje Cafetero están entre el optimismo y la duda de un cambio

Advierten que los beneficios dependen de que haya equidad, y más aún, que se acabe la corrupción en la zona de frontera.

Comunidad venezolana del Eje Cafetero a la expectativa de la apertura en la zona de frontera

Comunidad venezolana del Eje Cafetero a la expectativa de la apertura en la zona de frontera

Pereira

Entre la esperanza de que se mejore la calidad de vida de quienes están en Venezuela y se pueda tener más cercanía entre las familias, y la expectativa de que se tenga una nueva oportunidad para fortalecer la economía de ambos países, están los ciudadanos venezolanos que viven actualmente en el Eje Cafetero.

A pesar de que señalan que esta apertura es importante para mejorar las condiciones de las relaciones bilaterales y con ello fortalecer una economía más sustentable y la posible creación de nuevos negocios que lleven a mejorar las estadísticas de empleo, Anahy Breisse, líder de la comunidad de venezolanos en el Eje Cafetero señala que los beneficios de este paso dependen de que haya equidad, y más aún, de que se acabe la corrupción en la zona de frontera.

“Yo lo que veo es que más allá de la apertura que pueda beneficiar, ojalá, en algunos casos a la población migrante que tuvimos que salir del país porque está secuestrado por un gobierno que, para mí no existe, eso le va a dar más poder a ellos de quedarse en el poder.

Ojalá que todo esto sirva para que verdaderamente Venezuela y Colombia avancen, pero yo particularmente como venezolana, que he visto tanto, tanta desigualdad, tanto conflicto, tantas necesidades de mi pueblo y del pueblo colombiano también; ojalá que todo esto sea para bien, que realmente se trabaje en unión de los pueblos y sobre todo los más necesitados”.

En cuanto a la cantidad de ciudadanos venezolanos que están actualmente en Risaralda, Quindío y Caldas, según el reporte del Grupo Internacional sobre Flujos Migratorios Mixtos (GIFMM), para julio de 2020 se tenía una cifra de 35.901, de ellos 16.845 cuentan con el Permiso Especial de Permanencia (PEP), sin embargo, esta se ha convertido en una población flotante, lo que lleva a que estos números cambien a diario.

“Esa cifra a veces no es nada exacta, puede que haya mil personas, en un departamento puede que haya 2.000 o menos, o sea, todo es relativo porque hay muchas personas que se han ido a otros países, se han ido a Venezuela, se quedan en tránsito y siguen; entonces una cifra exacta hoy en día no da”.

Por lo pronto resalta que este es apenas un primer paso de un nuevo proceso de diálogos entre ambos países, por lo que es importante conocer en detalle los términos que se establecerán en los próximos días y qué tanto esto permite que los ciudadanos vuelvan, con tranquilidad y calidad de vida, a sus territorios.

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