El Bus, detalles de la movilización de 400 migrantes de Texas a Washington
En protesta por el fin del Título 42 por parte de la Casa Blanca, el gobernador de Texas envía buses llenos de migrantes a la capital de EE.UU.
Recientemente en Washington DC, a unas cuantas cuadras del Congreso de los Estados Unidos, han llegado por lo menos 23 buses con cientos de migrantes, en su mayoría latinoamericanos. Desde Texas, el gobernador de ese estado, un republicano, decidió enviar a quienes voluntariamente quisieran hacerlo, desde los centros de detención luego de cruzar la frontera desde México de manera irregular.
Y aunque pareciera un acto de caridad del político, se trata de una solidaridad falsa del republicano, una protesta ante el anuncio del gobierno Biden del posible fin del Título 42, la norma que permite la expulsión de extranjeros por razones de salud pública, que llegará a su fin el próximo 23 de mayo. Caracol Radio recibió algunos de estos buses.
Sin maletas, sin tiquetes y sin destino claro, emprendieron el viaje un lunes a finales de abril, salieron de Del Rio, Texas en dos buses blancos de una compañía privada contratada por la gobernación del estado sureño. Venezolanos, cubanos, nicaragüenses y hasta ciudadanos del Congo se volvieron familia durante las 30 horas que duró el recorrido de casi 2.8000 kilómetros hasta la capital estadounidense.
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VENEZOLANOS
Mirando por la ventana el recorrido y con solo una bolsa plástica en sus manos, Alberto López, un militar venezolano de 30 años, recordó el momento en el que decidió desertar, para salir de Caracas.
"Había mucha corrupción que no competía para mi crianza como me dieron, decidí desertar, estuve en esa cosa que le decimos Guarimba, tuve que maltratar a mis propios paisanos pero era por órdenes superiores y ya después de un tiempo dije esto no es pa mi, y decidí emigrar para este lugar", dijo Albert a Caracol Radio.
Alberto, uno de los 17 venezolanos que iban a bordo, sabía que estaba finalizando el peligroso camino que decidió emprender durante un mes en busca del sueño americano. Un peligroso recorrido a pie por Centroamérica, hasta llegar a México y cruzar el temible Río Bravo para tocar suelo estadounidense. El mismo río cuya corriente ha cobrado la vida de cientos de migrantes.
"Salí de Venezuela y llegue a Colombia a Necoclí, ahí cogimos lanchas, entramos a la selva, lo que le dicen Darien, mi recorrido fue rápido, dure 4 días porque iba caminando rápido, habían personas que no podían seguir porque tenían problemas en las piernas. De ahí salí a Panamá, nos recibió la gente de la ONU, ahí cancelamos el bus y nos sacaron a la frontera de Costa Rica y así sucesivamente fui avanzando. Vi gente muy llevada, me dio nostalgia, familias con sus niños muy pequeños, me dio mucha tristeza, si yo sentí que estaba sufriendo y estaba solo, me imagino esa gente", dijo Alberto.
Al llegar a México afirmó que la guardia en Tapachula lo amenazó, a él y otros migrantes si intentaban seguir avanzando en su camino hacia Estados Unidos, una vez llegó a la frontera con Texas, Alberto decidió cruzar el Río Bravo por donde las autoridades mexicanas no pudieran atraparlos. La instrucción que tenía era correr tan rápido como pudiera porque una vez tocara el agua, los agentes no podían hacer nada.
"Me Metí por una parte del río donde la corriente era fuerte, tuve que soltar una bolsa que tenía porque me podía ahogar, estos pantalones me pesaban demasiado, cuando me tire me fui para lo profundo, yo sentí que estaba nadando hasta que llegue al otro extremo, lo tuve que hacer por ese lado porque los federales de México estaban por el lado del río más bajo", dijo Alberto.
Alberto como todos los migrantes que cruzan irregularmente, fue detenido por las autoridades fronterizas en Texas, y fue ahí donde se le ofreció voluntariamente abordar un bus hacia Washington DC, sin entender el por qué, decidió abordarlo porque lo acercaba a su destino final New Jersey. Una travesía que duró un mes.
Dos sillas más adelante se encontraba José, quien prefirió no revelar su apellido, otro inmigrante venezolano, quien nos contó cómo inició hace más de un mes el peligroso recorrido a pie por Centroamérica hasta llegar a Estados Unidos y cumplir su sueño americano.
"Junto con un amigo tomamos la decisión de venirnos, el salio por Maracaibo y bajó por la costa de Colombia, yo salí por San Cristóbal, en Venezuela, hasta Medellín y bueno el recorrido por Centroamérica hasta llegar al punto de Piedras Negras en México que fue donde cruzamos el río y bueno ya emigración de Estados Unidos nos llevó a un refugio", dijo José.
Una vez llegó a la capital estadounidense fue recibido por voluntarios estadounidenses, quienes ofrecen alimento y donaciones. Y denunció el enorme gasto que deben hacer los migrantes a los coyotes y hasta las autoridades de cada país por Centroamérica para poder seguir su recorrido. "Llegamos escasamente hace una hora aquí, ya nos dieron comida, yo particularmente venía sin zapatos, sin abrigo, aquí nos dieron alimento, zapatos en mi caso y bueno ahora esperando las indicaciones de las persona que nos recibieron para seguir sus recomendaciones. Creo que nos van a ayudar con algo de dinero según escuche, y bueno pues muy agradecimos porque dejamos todo en el camino, en Centroamérica a los policías hay que darles dinero, exigen que tengas salvoconducto, en Honduras nos exigieron dinero", dijo José.
CUBANOS
En ese mismo bus se encontraba Jordan Javier, un cubano de 28 años, quien decidió dejar una bebita en la isla para buscar un mejor futuro. Jordan también emprendió el largo recorrido por Centroamérica hacia Estados Unidos.
"Hace más de un mes ya, vine de Cuba volé a Panamá, el pasaje en Cuba vale 3.800 dólares, luego de Nicaragua hasta acá me tocó venir con coyotes, por el monte, saltando, en Guatemala nos asaltaron, nos quitaron todo el dinero, nos quedamos una semana perdidos. De ahí pudimos salir hasta México, en México pase casi 20 días, fue donde más demoré para poder sacar la visa humanitaria, incluso ahí llegaba la policía y nos amenazaba que nos iba a deportar para Cuba, fue bastante difícil, se pasó hambre", dijo Jordan.
En total, este cubano asegura que se gastó $6.000 dólares en su travesía a pie para llegar a Texas. En la frontera sur de los Estados Unidos fue recibido por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas, ICE, quienes le entregaron lo que parece ser un celular, pero poco sirve para hacer llamadas. Este dispositivo es un localizador desde donde se conoce el recorrido y la ubicación de Jordan, un acto humanitario, pues es equivalente al grillete que se ponen en los tobillos similar a los presos en libertad condicional.
"Un teléfono como un GPS, es como para no ponernos grilletes. Yo los lunes tengo que mandar una foto, donde estoy, de 8 a 10 de la mañana y por esto nos ubica", afirmó Jordan quien sueña con traer a su bebe a Estados Unidos, trabajar y hacer una nueva vida, dice que su oposición al gobierno de Díaz Canel le costó su libertad y no le permitía trabajar en la isla. Su siguiente parada es Miami donde se encuentra parte de su familia.
SUDAFRICANOS
En ese mismo bus, lleno de sentimientos encontrado de migrantes que pasaron semanas en la intemperie, a merced de traficantes y violencia por parte de autoridades de siete países, pero con sus pies en Estados Unidos, también se encontraban dos familias del Congo, sin hablar inglés, intentaban comunicarse con los voluntarios, solo uno logró comunicarse en francés y entenderles. Antes de pedir un plato de comida, pidieron una frazada para sus dos hijas que venían en brazos. Intentamos entrevistarlos pero con pena y mucho dolor en sus rostros declinaron la oferta. Su siguiente destino es Maine, un estado al noreste de Estados Unidos, vecino de Canadá, donde los espera una gran colonia de connacionales.
Cerca de 47 migrantes se bajaron uno a uno de estos buses. Algunos rostros se llenaron de felicidad, otros mostraban signos de cansancio y muchos confundidos, fueron recibidos por 14 estadounidenses quienes se identificaron. Con las manos arriba y en español e inglés repetían, "somos voluntarios, venimos a ayudarlos, no somos agentes de migración ni policía, pueden confiar en nosotros".
Con bolsas plásticas en sus manos, frazadas con de la Cruz Roja Americana y pequeñas mochilas uno a uno se acercaron a los voluntarios, caminaron algunas cuadras hasta llegar a un café propiedad de una iglesia cristiana y en su sótano estos migrantes recibieron lo que muchos aseguraron fue su primer alimento caliente en varios días. Al terminar con su Café, unos huevos y pan, estos extranjeros recogieron pantalones, chaquetas, zapatos y hasta elementos de aseo personal que les fueron donados.
Voluntarios, algunos civiles, otros trabajadores de la organización CARECEN, una ONG que facilita el proceso de transición de los inmigrantes a una vida en Estados Unidos, explicaron su condición migratoria, sus derechos y deberes frente a las autoridades.
Pocos de estos extranjeros planean quedarse en Washington, muchos partes a estados como Nueva York, Philadelphia y Florida, y a través de donaciones esta ONG busca boletos de tren o bus para que lleguen a su destino final.
CIFRAS
Kate Burkedavidson, la asistente de programa de CARECEN, quien encabezó el grupo de voluntarios que recibieron a los inmigrantes, afirma que ya son 23 buses los que han llegado desde Texas a Washington DC, con casi 400 personas. La cifra es aproximada pues no existe una coordinación entre el gobernador de Texas, Greg Abbot y la ONG, muchos migrantes se bajan durante el recorrido.
MIGRANTES COMO PEONES POLÍTICOS
En esta ocasión por lo menos una veintena de nicaragüenses se bajaron de los buses en Atlanta y otros en Virginia. Kate criticó el traslado de estos migrantes desde Texas a Washington, aseguró que no se trata de un acto de buen samaritano, sino que el republicano usa a los migrantes como peones políticos a puertas de las elecciones de medio término donde Abbot busca su reelección.
"Un bus para ese viaje puede costar entre $15.000 dólares y $20.000 dólares, eso está pagando el gobierno de Texas. No lo hace de buen corazón, está buscando un punto político y está usando la vida de estos inmigrantes, los está usando como si fuera un juego y nosotros estamos aquí para mostrarles dignidad y que no son piezas de un juego de política. Según lo que nosotros sabemos es que lo está haciendo para tratar de enviar un mensaje a Biden que él no quiere lidiar con en comillas problema de los inmigrantes. No está mandado ningún mensaje a Biden sino a nosotros que trabajamos en Washington DC, una ciudad que estamos apoyando a esta gente y estamos tratando de mandar el mensaje que si se puede tratar a las personas con dignidad. Está dejando a esta gente en la calle sin zapatos y sin recursos", dijo Kate.
RACISMO EN LA FRONTERA
Esta trabajadora social también aseguró que el Título 42, la norma que permite a los agentes fronterizos expulsar migrantes por razones de salud pública por la pandemia del coronavirus, es una medida que usan los agentes como selección racista pues asegura que no la aplican a todos los migrantes que llegan a la frontera sur sino unicamente a negros y latinos.
"El título 42 ha sido utilizado para hacer que gente de países de África y Centroamérica y Latinoamérica no puedan entrar, es una política racista para no dejar a los de Haití entrar a este país. Esta ley no la están aplicando a toda la gente q quiere entrar, están seleccionando pero a otras personas que vienen de países con caso de Covid-19 los están dejando entrar."
VOLUNTARIOS EN WASHINGTON DC
Más de 200 voluntarios, residentes de Washington acuden a los llamados de último minuto cuando poco menos de una hora saben que un bus llegará a la ciudad. Algunos llegan con sus trajes directo del trabajo, otros logran pedir el día libre y asisten donando su tiempo a una buena causa, es el caso de Sofía, una chilena, consultora política, que vive en la capital desde los 12 años.
"Esta gente lo ha tenido muy duro, poder ser una cara de esperanza y decirles, si yo lo hice tú también puedes es lo mejor que puedo hacer y por eso decidí donar mi tiempo. Mucha gente pasó por mucha violencia, gente que terminó atrapada en violencia, viajaron por 6 meses en 7 países. Lo único que quieren es encontrar un lugar donde se sienten seguros, esta gente está muy dolida y muy traumada y no saben cómo procesar lo que acaban de vivir, están en modo supervivencia".
De acuerdo con Sofía, se calcula que más buses llegarán en los próximos días, incluso migrantes de otras nacionalidades, posiblemente ucranianos y rusos.
LA JUSTIFICACIÓN
El gobernador de Texas, Greg Abbot, justificó su decisión del envío de cientos de migrantes a la capital estadounidense asegurando que será ahora la Administración Biden que deberá abordar de manera más inmediata las necesidades de las personas que permiten cruzar ilegalmente la frontera. Una medida que los críticos la califican como una vendetta en contra del presidente Jeo Biden en medio de la crisis en la frontera sur del país.
RESPUESTA DE LA CASA BLANCA
Recientemente, la Casa Blanca anunció el levantamiento del Título 42 para el próximo 23 de mayo, una decisión que estados como Texas han criticado pues calculan que miles de migrante más llegarán a la frontera agravando la crisis, a pesar de que un juez en Louisiana suspendió este levantamiento, se espera que la administración apele la decisión.
Frente a la incertidumbre el Secretario de Seguridad Nacional Alejandro Mayorkas, reveló el plan de La Casa Blanca para enfrentar el posible aumento de la llegada a la frontera de indocumentados. El gobierno estadounidense pretende ampliar las deportaciones, basado ahora en el Título 8, que es la norma estándar por la que Estados Unidos devuelve a quienes no acepta dentro de su territorio. La estrategia también contempla un refuerzo de los efectivos desplegados en la línea divisoria del sur y hacer más eficiente la tramitación de los casos para evitar la saturación de las oficinas fronterizas y centros de detención.
Un plan que los republicanos ven con escepticismo. Actualmente cerca de 8.000 migrantes cruzan la frontera cada mes. Algunas predicciones dicen que alrededor de 12.000 a 13.000 migrantes por día podrían cruzar la frontera sur una vez que la política del Título 42 ya no esté vigente. Y la administración se ha estado preparando incluso para hasta 18.000 cruces fronterizos diarios.