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¿Qué tanto hay que temerle al hongo negro en América Latina?

Uruguay y Brasil ya confirmaron casos del letal hongo negro en pacientes con COVID-19

Un paciente que se recupera después de una cirugía para extirpar el hongo negro (mucormicosis) el 3 de junio de 2021 en Ghaziabad, India

Un paciente que se recupera después de una cirugía para extirpar el hongo negro (mucormicosis) el 3 de junio de 2021 en Ghaziabad, India(Getty Images)

Las autoridades buscan tranquilizar a la población, recordando cómo se contagia, cómo se previene y qué tan conocido era por los latinoamericanos. Cuando la pandemia de COVID-19 parecía ya no poder dar nuevas malas noticias a los países de América Latina, la aparición en la región de los primeros casos de mucormicosis u hongo negro asociados al coronavirus vuelve a estremecer a científicos y pacientes.

Se trata de una infección considerada letal porque presenta una mortalidad del 50%, que comenzó a presentarse en pacientes diagnosticados con COVID-19. Hasta junio de 2021, el país asiático había reportado más de 9.000 casos de hongo negro vinculados con el coronavirus, una cifra de infectados mucho mayor a la habitual en una infección solía considerada rara.

Hasta ahora, el hongo negro era un mal del que debían cuidarse fundamentalmente los pacientes con una diabetes descontrolada, SIDA o inmunodeprimidos en general, ya que el hongo aprovecha la baja en las defensas de las personas para atacarlas. En los casos más severos, el hongo provoca la muerte de los tejidos, que deben ser amputados como único tratamiento, o incluso ceguera.

El impacto que la COVID-19 genera en los pacientes más graves los deja en una situación ideal para que los hongos que causan la mucormicosis ingresen al organismo.

CASOS EN AMÉRICA LATINA

Y si bien el mapa pone a la India lejos de los países latinoamericano, sobre los últimos días de mayo se reportaron los primeros casos de hongo negro en pacientes con COVID-19 en Uruguay, uno de los países con mayor cantidad de nuevos casos por millón de habitantes. El primer caso latinoamericano de hongo negro fue reportado el 25 de mayo en Montevideo. Según el diario El País de Uruguay, la infección se presentó en un paciente diabético menor de 50 años, que se había recuperado de COVID-19 unos diez días atrás.

La mucormicosis fue detectada por la necrosis —es decir, muerte de tejidos— que el hombre mostró en mucosas. Los temores se acrecentaron cuando, el 2 de junio, el Hospital de Clínicas de Sao Paulo reportó el primer caso de mucormicosis en un paciente con COVID-19. Fue la primera confirmación después de varios casos sospechosos analizados en Santa Catarina y Manaos. Mientras tanto, el resto de los países latinoamericanos se mantienen alertas a este nuevo desafío. El Ministerio de Salud de Paraguay, por ejemplo, emitió un comunicado intentando tranquilizara la población: "La mucormicosis es una enfermedad conocida ya desde hace varios años y documentada en Paraguay".

En línea con las recomendaciones de otros países, en México sostuvieron que para evitar este tipo de infecciones se recomienda no abusar de los corticoides en pacientes con COVID-19.

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