Desperdicio de agua en Brasil equivale a 7.000 piscinas olímpicas diarias
Amapá y Roraima, en el norte de Brasil, son los Estados donde más se derrochó el preciado líquido en 2016.
Brasil
Brasil desperdició en 2016 un 38,1 % del agua potable producido por sus distribuidoras, lo que equivale a unas 7.000 piscinas olímpicas despilfarradas al día, según un estudio publicado hoy por el Instituto Trata Brasil, que denuncia el agravamiento de este problema en los últimos años.
Las pérdidas financieras por las deficiencias en el sistema de distribución de agua potable brasileño alcanzaron ese año los 10.560 millones de reales (unos 2.750 millones de dólares), señaló el informe, elaborado con el apoyo de la organización GO Associados.
Esa cifra corresponde al 92% del montante total que el sector de saneamiento básico invirtió en todo el país, el cual fue en 2016 de 11.500 millones de reales (unos 3.000 millones de dólares).
El despilfarro de este recurso tiene su origen en fugas en las tuberías desde la captación hasta su llegada a las residencias, errores de lectura en los hidrómetros, robos y fraudes, entre otros factores recogidos en el reporte.
Lo más preocupante, para las organizaciones, es que el problema, lejos de mejorar, ha aumentado en los últimos años, ya que en 2014 el desperdicio alcanzó el 36,7 % del agua potable producida, por el 38,1 % perdido dos años después.
El informe se basa en datos obtenidos del Sistema Nacional de Informaciones sobre Saneamiento (SNIS), vinculado al Ministerio de Ciudades, correspondientes a 2016, que son los más recientes divulgados por esa entidad.
El estudio indicó que académicos y especialistas afirman que "Brasil es uno de los países más vulnerables a los cambios climáticos", lo que trae "nuevos desafíos para la planificación de los recursos hídricos, principalmente para los sistemas de abastecimiento humano".
Amapá y Roraima, en el norte de Brasil, son los estados donde más se derrocha agua potable al alcanzar pérdidas del 70 % y del 65 %, respectivamente.
Por el contrario, los estados más eficientes son Tocantins, también en el norte, y Goiás, en el centro-oeste, ambos con un 30 % de despilfarro.