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La correlación del voto entre la segunda vuelta presidencial 2014 y el No en el plebiscito 2016 con miras a las elecciones de 2018

Para los candidatos será un reto mantener su favoritismo en las ciudades.

La correlación del voto entre la segunda vuelta presidencial 2014 y el No en el plebiscito 2016 con miras a las elecciones de 2018

La correlación del voto entre la segunda vuelta presidencial 2014 y el No en el plebiscito 2016 con miras a las elecciones de 2018(Colprensa/ Archivo)

Luego de los resultados electorales del plebiscito el pasado dos de octubre en los que el No se impuso por un estrecho margen, apenas superior a 60.000 votos, hay una pregunta que gravita en el ambiente político y agita las ambiciones presidenciales de los principales partidos políticos en el país ¿Cómo queda organizado el mapa de fuerzas políticas luego del dos de octubre con miras al 2018? Para responder a esta pregunta podemos analizar los resultados de la votación en segunda vuelta presidencial de 2014, en la que se enfrentaron Juan Manuel Santos y Oscar Iván Zuluaga, con los resultados del pasado dos de octubre.

La conclusión inicial es que mientras el voto del Sí es bastante diverso, el del No por el contrario es bastante homogéneo. Popularmente se ha dicho que el voto del No es diverso y que no todo es lo mismo. Sin embargo, lo cierto es que el voto del No tiende a comportarse homogéneamente y tiene una propensión fuerte a votar hacia la derecha.

Para complejizar el análisis e ir más allá de los resultados municipales del Sí y del No, sabiendo que el No ganó a nivel nacional en 558 municipios y el Sí en 563, hemos construido un mapa que agrupa además de los resultados porcentuales del Sí y el No las de Zuluaga y Santos en segunda vuelta. Este mapa obedece a una clasificación ascendente jerárquica de los 1.122 municipios divididos en cuatro categorías de acuerdo a su comportamiento electoral que da cuenta de sus preferencias por las llaves Santos y el Sí o Zuluaga y el No. Como lo explicaremos más adelante, las zonas grises son las más interesantes al momento de analizar las posibilidades electorales de los competidores en 2018.

A nivel territorial la correlación entre los votos obtenidos por Zuluaga en la segunda vuelta de 2014 y el No en 2016 es bastante fuerte, 0,79. Esto no quiere decir que todos los municipios en los que ganó el No puedan ser reclamados por los uribistas como votos propios y que puedan contar con ellos en 2018. De hecho, hay municipios como Condoto en el Chocó en donde Zuluaga obtuvo en las últimas presidenciales un 59% de la votación y el No en el plebiscito solo un 27,32%; en Sipí, dentro del mismo departamento, Zuluaga obtuvo 63,19% y el No apenas un 12%.

Como se observa en el mapa, hay un total de 246 municipios en el país que votaron decididamente por Zuluaga en 2014 e igualmente por el No en el plebiscito. A estos municipios los hemos catalogado bajo el título de “Fortín uribistas” (azul) y se ubican principalmente en el nororiente de Boyacá, todo el departamento de Casanare, norte del Meta, sur del Huila y centro y sur de Antioquia. En esta categoría podemos encontrar municipios como Arbeláez en el departamento de Cundinamarca en donde Zuluaga en 2014 obtuvo un 71% de la votación y la opción del No en 2016 un 61%; en Argelia, Antioquia, Zuluaga segunda vuelta de 2014 obtuvo el 86% de la votación y el No del plebiscito un 67,5%. Con estos 246 municipios el uribismo seguramente podrá contar en 2018 ya que los resultados obtenidos en la candidatura presidencial y plebiscito han demostrado un amplio respaldo.

Por el lado de Juan Manuel Santos y el Si hay una correlación incluso más fuerte, 0,81, que puede explicarse por la bandera que usó Santos en su campaña para reelegirse: la paz. En este sentido es apenas normal que quienes votaron por Santos como abanderado de la paz en 2014 votaran por el Sí en 2016. Sin embargo, al igual que el No y el Uribismo, hay municipios de comportamientos particulares que se alejan de la regresión, es el caso de La Victoria en el departamento del Amazonas en donde Santos apenas captó el 33% de la votación en segunda vuelta presidencial pero el Sí obtuvo un contundente 80% el día del plebiscito; en San Juanito, en el interior del departamento del Meta sucedió algo parecido, Santos en segunda vuelta obtuvo 13,09% y el Sí ganó en las urnas con un 54%. Caso contrario encontramos en Palmira, Valle, en donde Santos ganó con 68% en 2014 y el sí perdió con 45%.

En lo territorial hemos identificado 272 municipios de amplio apoyo a Santos y al Sí en el plebiscito, municipios ubicados principalmente sobre toda la Costa Pacífica colombiana y gran parte de la Costa Caribe, también los departamentos del extremo sur oriental del país como Amazonas y Vaupés. En esta categoría se encuentran municipios como Caloto en el Cauca en donde Santos recibió el apoyo del 78% y el Sí obtuvo un contundente 73%.

Mapa sintético segunda vuelta presidencial 2014 y Plebiscito 2016

Los territorios intermedios, zonas de disputa esenciales para las elecciones de 2018

No sucede lo mismo con nuestras segunda y tercera categoría (gris oscuro y gris claro), estas son en realidad las más importantes con miras al 2018, en ellas se encuentran un gran número de votantes con propensión a alguno de los dos candidatos y las opciones que defendieron en el plebiscito pero sin demostrar hasta el momento un decido apoyo en las urnas a alguna de estas opciones. Los municipios ubicados en estas categorías serán terreno en disputa para los candidatos de la siguiente elección presidencial y en ellos puede estar la clave de la elección presidencial de 2018.

A estas categorías las hemos llamado “Favorabilidad al No y al Uribismo” y “Favorabilidad al Sí y a Santos” por su leve inclinación en apoyo a alguna de estas opciones durante las dos votaciones analizadas.

En la primera de estas dos categorías intermedias se encuentran 419 municipios en los que Zuluaga y el No obtuvieron resultados positivos pero no apabullantes, en estos municipios podemos decir que ni Zuluaga ni el No fueron dominantes en la elección. Estos municipios se ubican principalmente en Tolima, el norte del Valle, el Eje Cafetero, Cundinamarca, Arauca y el sur de Norte de Santander; en esta categoría encontramos grandes ciudades electoras como Medellín y ciudades medias como Montería, Villavicencio y Cúcuta.

En la segunda categoría intermedia hay 188 municipios que han apoyado discretamente la aspiración de reelección de Santos y el Sí en el plebiscito; los municipios que están dentro de esta categoría se ubican en el interior de la costa Caribe, César, el Magdalena Medio y Bogotá. Los votos de estos municipios corren el riesgo de perderse en favor de un candidato fuerte de derecha o de dispersarse entre pequeños candidatos de tendencia moderada. Además, en esta categoría se encuentran ciudades tan importantes como Bogotá, Cali, Tunja y Cartagena, unas verdaderas minas electorales para los candidatos del 2018.

Perfil de las categorías del mapa sintético segunda vuelta presidencial 2014 y Plebiscito 2016

Todo parece indicar que la homogeneidad de la votación del No se basa en tres presupuestos. Por un lado, es un voto de odio hacia las FARC. Este odio está motivado por un sinfín de factores, no se necesita haber sido víctima directa de algina acción de este grupo guerrillero. En segundo lugar, es un voto que le teme al cambio, es decir, es adverso al cambio. Cualquier cosa que sea percibido como intento de cambiar el statu quo es visto como un riesgo. Aquí no solo se hace referencia al tema religioso. En tercer lugar, es un voto que si bien no se puede decir que sea uribista en su totalidad es un voto de derecha, por lo que podría votar o tendría una propensión a votar por un candidato uribista.

Las grandes ciudades

En relación a las categorías presentadas vale la pena hacer un análisis detallado del comportamiento del voto urbano bajo las mismas variables, porcentajes del Sí y del No, y segunda vuelta presidencial de 2014. El comportamiento de las ciudades había quedado englobado dentro de alguna de las cuatro categorías propuestas y por ello presentamos sus resultados particulares bajo el color inicialmente asignado, además agregamos sus porcentajes de participación en segunda vuelta de 2014 y el plebiscito de 2016.

En las ciudades se mantiene la tendencia general de una disminución sentida en la participación en el plebiscito del dos de octubre frente a la segunda vuelta de 2014, solo en las tres grandes ciudades, Bogotá, Medellín y Cali, el descenso en la participación no supera los diez puntos porcentuales. De las ocho ciudades que presentamos en la gráfica, Bogotá se muestra como la más competida, las ventajas de Santos y el Sí son pequeñas frente a sus opciones opuestas aunque estas ventajas pueden significar bastantes votos en una ciudad con más de cinco millones de personas habilitadas para votar. (Potencial de millón seiscientos)

La ciudad de Cali tiene una propensión por e Sí y por Santos pero con baja participación en las elecciones de segunda vuelta y plebiscito. En Medellín, ciudad de un millón seiscientos mil habitantes, los porcentajes del No y de Zuluaga son casi iguales, 62% para el No y 63% para Zuluaga, esto confirma a la ciudad como bastión uribista pero no entra dentro de nuestra categoría azul de “fortín uribista” porque el Sí en 2016 alcanzó a movilizar muchos más votantes que Santos en segunda vuelta, esto matizó levemente su preferencia y la ubicó en la categoría de “favorabilidad al No y a Uribe”.

Santa Marta parece ser más una ciudad centrada en la elección presidencial, su participación para la segunda vuelta de 2014, 44,23%, fue muy superior a la del plebiscito en donde el 29% de los posibles votantes acudieron a las urnas. Santa Marta le dio en 2014 una clara ventaja a Santos frente a Zuluaga pero en 2016, sumado a su alto abstencionismo, tuvo unos votos muy divididos con una pequeña ventaja por el Sí (potencial de trescientos veintidós mil votos). En la ciudad de Cartagena la situación es crítica por el abstencionismo, tanto en elecciones presidenciales como en el plebiscito sus porcentajes de participación son muy bajos, 31,84% en 2014 y apenas un 20,12% en el plebiscito. En esta ciudad que tiene un potencial de más setecientos treinta y dos mil votos la movilización electoral será clave en 2018.

En Barranquilla, otra de las grandes ciudades de la costa el desempeño de Santos y el Sí es muy positivo, por eso está dentro del “fortín santista”, pero su participación es ambas citas electorales es muy baja.

Esto último es cierto no solo para la ciudad de Barranquilla sino en general para toda la costa Caribe colombiana que concentra una gran cantidad de votantes pero poco interesados por la elección presidencial, recordemos la movilización de la costa Caribe en la segunda vuelta presidencial fue determinante para el triunfo de Santos en 2014. En particular, la costa Caribe y sus ciudades se caracterizan por elevados porcentajes de participación en elecciones legislativas y bajos promedios de participación en elecciones presidenciales que se asocian con redes clientelistas, clanes y casas políticas más interesadas en controlar localmente las dinámicas político electorales que en contribuir a un líder nacional.

En Yopal, ciudad de los llanos con poco más de ciento dos mil votantes la influencia del uribismo es determinante, Zuluaga y el No le sacan apabullantes ventajas a las opciones del Sí y Santos en 2014 y 2016, promedios superiores al 70% en ambos casos confirman a la ciudad como “fortín uribista”, aunque es importante notar que la participación descendió en diez puntos porcentuales entre la elección presidencial y el plebiscito.

Finalmente, en la ciudad de Tunja con un potencial de ciento diez y seis mil votantes se da la favorabilidad al Sí y a Santos con altos niveles de participación en ambas elecciones. La cultura política de los boyacenses que los movilizó ampliamente en las presidenciales y el plebiscito ha dado hasta el momento un ligero favoritismo a las opciones de Santos y del Sí. Para los candidatos que compitan en 2018 será un reto mantener su favoritismo en las ciudades que medianamente les han expresado su apoyo pero además deberán asegurar la movilización del electorado en amplias zonas del país con fuertes potenciales electorales hasta ahora reticentes.

Comportamiento del voto urbano en Segunda vuelta 2014 y plebiscito 2016

* Colaborador: Felipe Guevara.


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