La feria de contratos en Cafesalud que encontró la junta directiva
Guillermo Grosso estaba encargado pero firmó un contrato a terminó indefinido. En 90 días comprometió más de 700.000 millones de pesos.
Guillermo Grosso.(Colprensa/Archivo)
De poco sirvió la calle de honor con lindas niñas que desde el primer piso de la torre uno del edificio 108, en la autopista norte, esperaban a los invitados, el ascensor privado que había sido dispuesto para este evento, el selecto buffet y hasta la memoria usb en estuche de cuero rojo que dispuso el presidente de Cafesalud, Guillermo Grosso, para recibir a los seis miembros de la junta directiva que el 1 de marzo por primera vez sesionaban.
Una elegante sala de juntas fue dispuesta en el piso cuarto para que presidente, los vicepresidentes y otros directivos de la EPS expusieran el trabajo realizado en los tres meses de encargo de Guillermo Grosso.
Más información
Para sorpresa de todos, la presidenta de la junta Lia Heenan tomó la vocería y pidió que les permitieran sesionar en privado.
Cuando ya estuvieron solos, Augusto López, Lia Heenan, César Negret, Diego Gómez, Ricardo Rozo y Germán Rubio Maldonado se hicieron dos preguntas fulminantes.
La primera, por qué la junta directiva nunca se había reunido en estos tres meses de encargo de Guillermo Grosso a lo que Diego Gómez y Ricardo Rozo, quienes venían de la junta anterior respondieron que el presidente jamás los había convocado.
La segunda pregunta, si la junta sabía de la feria de contratos que en 90 días había firmado Grosso por un monto de más de 700.000 millones de pesos, entre los que figuran abogados, compañías de comunicaciones, servicios aéreos, empresas de auditaje, entre otros.
A la junta previamente le habían enviado una relación de más de 10 páginas en la que se especificaba el nombre del contratista, el nit, el objeto del contrato y el valor especificado.
Los seis miembros en ese momento en el salón se miraron y Ricardo Rozo, director ejecutivo de Ascofame, aclaró que tenían un contrato de capacitación en el que uno de los módulos lo había hecho Cafesalud.
Para esa hora la junta fue enterada de que el 25 de noviembre cuando se designó a Guillermo Grosso como presidente de Cafesalud se le indicó que se trataba de un encargo por 90 días. Ese plazo había vencido el día anterior por lo que se tomó la decisión unánime de no renovar, ni extender, ni prorrogar el contrato que tenía una asignación mensual cercana a los 22 millones.
La junta dejó para estudiar el próximo martes 8 de marzo un tema que le preocupa y que demostraría dos situaciones graves.
Una, que Grosso estaría haciendo favores políticos, o dos, que efectivamente estaría realizando maniobras para afectar las empresas del grupo, puntualmente Epsifarma, encargada de la distribución de medicamentos y suministro de materiales quirúrgicos y prótesis.
La junta identificó que el presidente de Cafesalud firmó 9 contratos para distribuir los medicamentos. Lo grave es que los seleccionados no tendrían cupo con los laboratorios distribuidores de medicinas.
La zona de occidente y Nariño se dejó en manos de Duana, en Cundinamarca se escogió a Nueva IPS, en Córdoba Coomsanar, en Antioquia COOMFAMILIAR CAMACOL COODAN, en Norte de Santander Lab Medios, en una parte de la costa Unión Temporal Migen, en otra parte de la costa y Boyacá Inversiones SMP, para los Llanos, Tolima y el eje cafetero Biomedica IPS y para Santander DISTRIFARMA.
Sobre Epsifarma la junta encontró que el vicepresidente Financiero, Sergio Ramírez, contrató como gerente a Sergio Rodríguez por un plazo de tres años, tiempo que excede el periodo recomendado.
Muchos de estos contratos los requería Cafesalud para prestar atención a sus usuarios y generalmente por tratarse de un tema de salud los costos son elevados. Pero otros contratos, a juicio de la junta, serían innecesario, especialmente los de manejo de imagen, seguimiento de noticias y otros por el estilo.
