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¿Por qué sigue ondeando en EE.UU. la bandera confederada, un símbolo vinculado con la esclavitud y la supremacía blanca?

Las imágenes en internet del sospechoso de la matanza en una iglesia negra en Carolina del Sur con una bandera confederada reavivan el debate sobre si ese símbolo asociado con el racismo debería desaparecer.

Tras el arresto de Dylann Roof, acusado de matar a nueve feligreses negros en una iglesia de Carolina del Sur en junio 18, imágenes del sospechoso enarbolando una bandera confederada y empuñando una pistola surgieron en un sitio internet de supremacía blanca.

Lo que ha sido tildado de un crimen de odio más las fotos de Roof con lo que muchos interpretan como símbolos del racismo y la esclavitud en Estados Unidos, generaron marchas y llamados para que la bandera confederada se prohíba del todo en el país.

La bandera, identificada con los estados sureños que combatieron en la Guerra Civil contra la abolición de la esclavitud, todavía ondea cerca de los edificios de gobierno en Carolina del Sur.

También se ve frecuentemente en sendos establecimientos de los estados "rebeldes" que fracasaron en su intento de secesión de la Unión americana, o estampada en los autos, ventanas y ropa de los ciudadanos oriundos de esos lugares.

Precisamente este lunes la gobernadora de Carolina del Sur, Nikki Haley, pidió a la legislatura de su estado que retire la bandera confederada de los terrenos del capitolio de la ciudad de Columbia.

Complicado debate

Los defensores del derecho a desplegar la bandera sostienen que es un elemento esencial del legado sureño estadounidense. Algunos detractores arguyen que eso es como ondear la bandera nazi porque ellos también dejaron un legado en Alemania.

Pero el debate en Estados Unidos de si prohibir o no la bandera confederada es más complicado.

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En el marco de la tragedia en la iglesia de Charleston, Carolina del Sur, el presidente Barack Obama manifestó a través de un portavoz que siempre ha considerado que esa bandera "pertenece a un museo".

Lea: Encuentran nuevas fotos de Dylann Roof, acusado del tiroteo en Charleston

El precandidato republicano Jeb Bush resaltó que, cuando él era gobernador de Florida, se retiró la bandera del Capitolio estatal, en 2001.

Por su parte, la precandidata demócrata Hillary Clinton abordó el tema de la división racial pero no opinó sobre si Carolina del Sur debería prohibir que ondeé en la zona del Capitolio estatal.

Otros aspirantes a la presidencia han evadido manifestarse al respecto.

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Eso muestra hasta qué punto, 150 años después de la Guerra Civil, Estados Unidos sigue dividido en torno a la bandera que llevaban al campo de batalla los estados confederados.

En abril de 2015, se cumplió siglo y medio de la firma de la paz entre los comandantes de las fuerzas vencedoras del Norte, general Ulises Grant, y el de las derrotadas del Sur, Robert E. Lee.

Fue en una pequeña casa del telégrafo de la localidad de Appomattox, localidad de Virginia ubicada a unos 250 kilómetros al suroeste Washington DC.

Polémico emblema

El emblema del Sur, sigue teniendo una fuerte una carga política: no pasa una semana sin que su aparición cause malestar.

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En el estado de Virginia hace meses estalló y no ha dejado de arder una disputa por la propuesta de enarbolar una enorme bandera confederada en una importante carretera a la salida de la capital, Richmond.

Los planes del grupo Virginia Flaggers han atraido considerables críticas de quienes la consideran como un símbolo de odio.

No es cierto, afirma Barry Isenhour, miembro de Virginia Flaggers, quien sostiene que realmente rinde honor a los soldados confederados que dieron sus vidas.

Para él, la guerra no era principalmente sobre la esclavitud sino contra los impuestos excesivos. Además puntualiza que muchos sureños aborrecían la esclavitud.

"Pelearon por la familia y por el Estado. Estamos cansados de que la gente diga que hicieron algo incorrecto. Eran estadounidenses amantes de la libertad que se enfrentaron a la tiranía del Norte. Se separaron del gobierno, no del ideal estadounidense".

Él lleva una bandera en su auto pero vive en una calle donde no se permite ondear ningún pabellón. Cada vez se ven menos, cree, porque la gente prefiere no ondearlas ante la hostilidad. Añade que los monumentos en honor a los generales sureños de la Guerra Civil son frecuentemente vandalizados.

Tras denunciar a grupos "odiosos" como el Ku Klux Klan que, según él, deshonraron la bandera, sugiere que a la gente debería ofenderle igualmente la Union Jack (bandera británica), la holandesa o la "Barras y Estrellas", porque pertenecen a naciones que practicaron la esclavitud.

El factor afroestadounidense

Otros discrepan enérgicamente con su análisis. Los afroestadounidenses, especialmente los mayores, se trauman cuando ven la bandera, asegura Salim Khalfani, quien ha vivido en Richmond casi 40 años y piensa que se corre el riesgo de que la ciudad luzca como un lugar atrasado que sigue peleando la Guerra Civil.

"Si realmente se trata de un legado, que mantengan la bandera en su propiedad privada o en museos, pero que no le creen problemas a los municipios y estados que están tratando de atraer turistas, porque lograrán el efecto opuesto".

Cuando la autora afroestadounidense Clenora Hudson-Weens vio gente ondeando las banderas en las calles de Memphis hace unas semanas, "simplemente les dije que estábamos en 2013 y me sonrieron. Personalmente creo en algunas tradiciones, pero ésta es demasiado opresiva para los negros. No me enorgullecería ondear una bandera que representa el racismo y la negatividad".

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Muchos estadounidenses están familiarizados con los argumentos de ambas partes, pero tal vez no con los complicados orígenes de la bandera.

La bandera que se ve hoy en casas, calcomanías y camisetas -a veces acompañada de las palabras "Si esta camiseta le ofende, necesita una lección de historia"- no es y nunca fue la bandera oficial de la Confederación.

El diseño de William Porcher Miles, quien presidía el comité de la bandera, fue rechazado como bandera nacional en 1861, en favor de la "Barras y Estrellas".

Fue adoptada como bandera de batalla por el Ejército de Virginia del Norte bajo el general Lee, la fuerza militar más grande de la Confederación.

Rápidamente se convirtió en un símbolo tan potente del nacionalismo confederado, que en 1863 se incorporó al siguiente diseño de la bandera nacional, que reemplazó a la odiada "Barras y Estrellas".

Se cree que el aspa en la bandera de batalla fue inspirada por sus conexiones heráldicas, no escocesas.

Entonces, ¿históricamente la bandera ha sido más sobre la eslavitud o el legado?

Se podría decir que ambas partes están en lo correcto si se observa la evolución de la bandera, señala David Goldfield, autor de "Still Fighting The Civil War".

Cuando la Confederación debatía la adopción de una nueva bandera en Richmond en 1862, estaba claro que sería un símbolo de la supremacía blanca y una sociedad dominada por la esclavitud, dice.

Después de la guerra, la bandera se usó primordialmente con propósitos conmemorativos y en reuniones de soldados, pero desde la perspectiva de los afroestadounidenses, la historia y el legado que ven es de odio, represión y supremacía blanca, afirma Goldfield.

Y los registros históricos lo corroboran.

"Por otra parte, hay blancos sureños que rastrean sus ancestros hasta la Guerra Civil y desean ondear la bandera en honor al bisabuelo que combatió y murió bajo ella". Y para ellos, genuinamente no tiene nada que ver con el racismo. No obstante, en su opinión, se debería respetar el hecho de que es ofensiva y no se debería enarbolar en público.

La bandera no era un símbolo importante hasta que el movimiento por los Derechos Civiles comenzó a tomar forma en la década de 1950, puntualiza Bill Ferris, director fundador del Centro para el Estudio de la Cultura Sureña en la Universidad de Misisipi. Era una bandera de batalla relegada a la historia, pero el Ku Klux Klan y otros defensores de la segregación la convirtieron en símbolo.

Nuevo emblema

Ferris la compara con la esvástica, pero otros la ven muy diferente. De hecho, la bandera ha sido comparada con una mancha de Rorschach, porque significa varias cosas a la vez, dependiendo de quién lo mire.

"Todos los símbolos son susceptibles de múltiples interpretaciones, pero este es único en su capacidad de exacerbar las pasiones de todos los bandos, y el volumen de interpretaciones y preconcepciones sobre él lo hace único en la historia de EE.UU.", dice John Coski, autor de "The Confederate Battle Flag: America's Most Embattled Emblem". Incluso la ha visto desplegada en Europa, donde se ha convertido en la abreviatura de "rebelde".

Desde los intentos de activistas para retirar las banderas de los edificios públicos en la década de 1990, el asunto se ha apagado, señala el especialista en cultura sureña estadounidense.

En 2001, Georgia cambió el diseño de 45 años de su bandera estatal, tras la presión ejercida para retirar el símbolo confederado, recuerda.

Pero aunque el número de incidentes ha disminuido, no ha desaparecido, advierte, porque sólo hacen falta un par de episodios bien publicitados para volverla a poner en los radares de la gente y exacerbar los sentimientos.

Según Ferris, "el sur está cambiando con el crecimiento de la población de negros, hispanos y asiáticos, y la bandera de la Confederación ya no tiene cabida en este mundo."

El sur, dice, necesita un nuevo emblema para reflejar su carácter cambiante.

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