Misterios y creencias

El presunto caníbal mexicano le pidió perdón a su madre antes de quitarse la vida

El presunto antropófago mexicano José Luis Calva Zepeda, conocido como "El caníbal de la Guerrero", dejó dos cartas a su madre en las que pidió perdón y reconoció que "se perdió (en la vida)".

El presunto antropófago mexicano José Luis Calva Zepeda, conocido como "El caníbal de la Guerrero", dejó dos cartas a su madre en las que pidió perdón y reconoció que "se perdió (en la vida)".
Las misivas fueron escritas en la prisión donde estaba detenido, y en la cual se ahorcó el pasado martes, publicó hoy el diario El Gráfico.
El rotativo reprodujo partes de las cartas que Calva, acusado de descuartizar al menos a tres mujeres y de comerse partes del cuerpo de una de ellas, dejó a su madre antes de quitarse la vida, si bien los familiares sostienen que en realidad fue asesinado.
Una de las dos misivas fue encontrada entre sus pertenencias y la otra en uno de los bolsillos de la ropa que vestía.
"Hoy aquí tras estas rejas que me aprisionan junto al silencio de estos fríos y largos pasillos te digo con el corazón entre mis manos no me dejes de ti, y sobre todo perdóname mamá", señala una de las cartas.
La policía judicial de la capital mexicana reveló ayer los resultados de la autopsia del detenido, la cual concluyó que el presunto caníbal murió asfixiado después de haber consumido cocaína.
"No sé qué pasó por mi vida, pero me perdí. Perdí todo lo que tuvo y lo que tendría", advierte en una de las cartas Calva, detenido el pasado 8 de octubre en su vivienda del barrio Guerrero de Ciudad de México.
Allí se encontró el cuerpo descuartizado de Alejandra Galeana Garavito, de 30 años y madre de dos hijos que tuvo con otro hombre.
En esa ocasión los policías hallaron el tronco de la mujer oculto en un armario, un brazo cocinándose a fuego lento en una olla, restos de carne en una sartén, una pierna conservada en el refrigerador y varios huesos entre una caja de cereal.
"Sin darme cuenta me rodeé de gente extraña que sólo vino a dañarme más de lo que estaba", revela a su madre Calva en una de sus notas de despedida, cuyo contenido no fue publicado hasta hoy.
La familia de Calva y una de sus ex novias acudieron ayer al cementerio a enterrar el cadáver del presunto caníbal, en una ceremonia en la que no hubo rezos ni sacerdote.
El féretro del asesino, quién sólo reconoció un crimen y negó siempre haber ingerido carne humana, estaba precedido con una corona de flores en la que se leía sobre un listón "Poeta seductor".
Con ello sus familiares aluden al hecho de que, al parecer, el asesino era un incipiente poeta y escritor de novelas de terror para cine y teatro.
Entre los cajones de su casa había varios textos escritos de su puño y letra y una novela inconclusa titulada Instintos Caníbales o 12 Días, que versa sobre la antropofagia, el sexo, el sadomasoquismo y la coprofagia.

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