Monseñor Dario Castrillón y ex presidente Belisario Betancur recuerdan al Papa

El cardenal Colombiano Dario Castrillón Hoyos, representante de la iglesia católica colombiana ante la santa sede, pidió al pueblo católico convertir el dolor que causa la muerte de su santidad en oración, para que el señor sostenga en la gloria al papa Juan Pablo II.
Monseñor Castrillón dijo que ojalá podamos sostener en la tierra las palabras de reconciliación que tanto promulgó el papa Juan Pablo II, por el bien común del país.
El jerarca, quien se encontraba en Cali cuando se produjo el deceso de Juan Pablo II, señaló que el el papa polaco fue un verdadero vicario de Cristo que fue fiel a su Señor Jesucristo y a la Iglesia, que es la esposa del Señor y a quien Él no abandonará.
Confió en que la Iglesia tenga un sucesor digno de Juan Pablo II y mostró su fe en que Dios no abondonará la nave e ilumine al Cónclave que elegirá nuevo Papa.
Monseñor Castrillón Hoyos anunció su regreso inmedfiato a Roma, donde podrá participar como uno de los 118 miembros del cardenalato que elegirá al sucesor del desaparecido Pontífice.
Por su parte el ex presidente colombiano Belisario Betancur afirmó a Caracol Radio que con Juan Pablo II desapareció un gran líder de la humanidad y un dirigente no solo desde el punto de vista religioso si de los intereses generales de las gentes de todo el mundo.
"Estamos muy tristes como católicos y como colombianos, como admiradores y seguidores de la doctrina de Juan Pablo I!", afirmó el ex mandatario, quien recibió al Pontífice durante su única visita pastoral en Colombia, durante la primera semana de julio de 1986.
Agregó que el Papa era un líder para los intereses generales de la humanidad, como los valores de la dignidad del ser humano, de la paz, de la reconciliación del entendimiento, de la utilización de todos los mecanismos de persuasión, de la convicción y el dialogo para alcanzar la paz como prerrequsito de los niveles de vida de una humanidad cada vez más sumida en en la pobreza.
Betancur recordó que durante su viaje a Colombia el Papa dictó una cátedra permente con su bondad, el carisma, la afabilidad, su comprensión de los problemas del país, y con su capacidad de enseñar no solo con la palabra sino gestualmente, con sus manos y con sus ojos, porque era un ejemplo de expresividad en la exaltación del ser humano.