Editorial de Gustavo Gómez: ¿Quién le tira línea al general Sanabria?
Escuche el editorial de Gustavo Gómez del 1 de septiembre de 2022
Editorial de Gustavo Gómez: ¿Quién le tira línea al general Sanabria?
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Editorial de Gustavo Gómez: ¿Quién le tira línea al general Sanabria?
Aquí en 6AM, en noviembre de 2019, lo dijimos fuerte y claro. Incluso recuerdo que lo conversamos un par de veces con altos oficiales de la policía. Nos parecía adecuado que la entidad sacara del servicio armas como la escopeta calibre 12, con balines envueltos en microfibra, que le costó la vida a Dilan Cruz.
¿Qué nos dijeron? Que no, que diversos expertos a nivel mundial avalaban su uso. Nuestra teoría era algo más sencilla: ningún estudio vale más que una vida. Y, más allá de conceptos y argumentos, si en la práctica un arma usada en la dispersión de manifestaciones revestía especial riesgo para la vida de la gente, el Estado, sin necesidad de terquedades y evasivas, debía dar el paso de abstenerse de su uso. No solo no nos hicieron caso, sino que se rancharon, como se dice popularmente, y defendieron a capa y espada el uso de instrumentos como esta escopeta.
¿En qué vamos? En que el director de la policía, como reveló David Racero, el presidente de la Cámara de Representantes, se reunirá con los miembros de la Primera Línea para hablar del futuro del ESMAD. La reunión, en términos generales, no puede ser satanizada, al menos si se la entiende como el espacio en que un servidor público escucha a un grupo de ciudadanos. Lo que no puede pasar es que terminemos en el escenario de que sea la Primera Línea la que termine dictándole al director de la policía y a su comandante, el presidente de la República, lo que debe o no hacer con una unidad de la institución.
Todo Estado está en la libertad de contar con un escuadrón de choque para momentos en que la protesta se convierte en vandalismo y pone en riesgo la vida de los ciudadanos o la integridad de los bienes privados y públicos. El nombre o el color del uniforme es lo de menos. Lo importante es que actúe con cumplimiento estricto de protocolos de seguridad y con elementos de disuasión que no se adentren en los terrenos de la alta letalidad.
En ese sentido, la voz de los jóvenes de la Primera Línea puede ser escuchada, como tantas otras posturas de la sociedad, pero no dicta ni determina la manera en que el estado y sus servidores se organizan. No al menos desde un punto de vista constitucional y legal. Porque la línea de la conducta y funcionamiento de la policía la dictan la autoridad y la ley, y no la Primera Línea y sus numerosos grupos.
Muy válido que hoy, como no se hizo hace casi tres años, se tome atenta nota de lo que conviene o no a la comunidad, y se apliquen las decisiones que beneficien a todos como nación. Pero no es positivo para una sociedad que un grupo, por importante e influyente que sea, pretenda ejercer algún tipo de cogobierno. Toda la suerte del mundo al general Sanabria en sus charlas sobre el ESMAD, pero que nunca se le olvide que su jefe y comandante es el presidente de la República, y que es él, con la majestad que recibió en las urnas, quien debe tomar las decisiones sobre el ESMAD que sean las mejores para todos en este país.
Oír, dialogar y escuchar ideas siempre será el camino más acertado. Como también lo es, en una República, atender lo que dictan la ley y el ordenamiento jurídico. Usted que ha tenido un entrenamiento y una valiosa formación ética, general Sanabria, no dé un paso en falso, en un ejercicio de complacencia que no le luce a alguien que sirve a la sociedad entera y todas sus líneas, que son definitivamente muchas más que solo la primera.