Renta básica: ¿Cómo debería funcionar?
Panelistas opinan que la medida es viable solo si es focalizada, gradual y sostenible en el tiempo.
En Hora 20 un análisis a una propuesta que cada vez toma más forma y es la posibilidad de tener una renta básica universal; de la aplicación de esta; de los costos y de su sostenibilidad. También una mirada a otros hechos económicos como el aumento del desempleo, la caída de la inflación y una polémica propuesta sobre las pensiones.
Más de cinco millones de desempleados, una contracción económica cercana al 5 por ciento y un posible aumento en la pobreza de siete puntos han sido algunos de los resultados que ha dejado la pandemia en la economía y son los motivos por los cuales hoy se vuelve a poner sobre la mesa el debate de la necesidad de impulsar una renta básica, ingreso mínimo o ingreso básico, todas diferencias conceptuales y que en la práctica es donde se pueden encontrar los detalles.
A pesar de que Colombia desde hace varios años viene implementando programas sociales de ayudas económicas que han ayudado a entregar un mínimo de dinero a la población, con la llegada de la pandemia y sus efectos en la economía, se ampliaron los programas y se instalaron otros como el Ingreso Solidario y la devolución del IVA. Por ahora se llega a cerca de nueve millones de hogares, pero el ingreso de dinero sigue siendo limitado para las necesidades. Por se motivo, 54 congresistas presentaron un proyecto de ley en el Congreso para establecer una renta básica por tres meses, que alcance a unos 9,5 millones de hogares, con una renta al menos de un salario mínimo. Este programa le podría costar al Estado al menos unos $40 billones de pesos.
El gobierno, aunque ha dado señas de que no le gusta la idea, esta semana el ministro de Hacienda dijo que es importante avanzar a una renta básica universal, que el país se debe desplazar hacia esa propuesta, pero que se debe dar de forma estructural y no coyuntural.
Frente al debate de una renta básica que no es nuevo y en el que el Fondo Monetario Internacional venía insistiendo en la región. Ahora la CEPAL recomienda de manera urgente a los países de América Latina la necesidad de un ingreso básico que después se desplace a una renta básica universal. Para el organismo, este tipo de programas deberían estar fundamentados en el Estado de Bienestar con el fin de generar un modelo equitativo en la sociedad y de garantizar la sobrevivencia de las personas que están en la pobreza y de las que se desplazarán por cuenta de la pandemia.
Aunque en el mundo no se conoce una renta básica de carácter universal, que cobije a casi toda la población y que le entregue dinero sin ninguna restricción, hay países que ya cuentan con programas de ayudas económicas sólidos como es el caso de Canadá o algunos países nórdicos. Pero la crisis por el coronavirus y el coletazo que han sentido los más pobres, ha funcionado para que en países como España esta semana se aprobara en el legislativo un programa de ingreso mínimo vital a los más pobres, lo que permitiría entregar dinero a los más vulnerables sin importar el grupo social y sin tiempo limitado. El programa tendrá un costo equivalente al 0,24 por ciento del PIB.
Lo que opinan los expertos
“Renta básica debe ser universal, individual, vitalicia”: Yanes
Pablo Yanes, coordinador de investigaciones de la CEPAL, plantea que la lección de esta crisis es que en América Latina tenemos sociedades desprotegidas y en condiciones de precariedad.
Sobre la propuesta del organismo de una renta básica indicó “La implementación de ingresos básico de emergencia es una evidencia palpable, todos los gobiernos con matices han debido responder a esta problemática. Planteamos este ingreso que lo estimamos debería traducirse en población de pobreza de algunos una línea de pobreza, esto es la tercera parte de AL.” Explicó que la idea filosófica de una renta básica es que sea universal, individual, vitalicia y que no se debería ajustar a condicionalidades. Agregó que se debe avanzar desde todas las maneras posibles para brindar seguridad económica y que esto permita mejores condiciones para la población, que ganen autonomía y que puedan expandir su libertad.
Hizo referencia a un escenario en el que la pandemia hubiera tomado a los países con una renta básica universal, dijo que la experiencia hoy sería distinta. Por ultimo, sostuvo que la implementación de esta debe ser gradual, sostenida y concebida como un pilar adicional del Estado de Bienestar en el que no se retroceda en la garantía de otros servicios como la salud, educación y acceso a servicios público “es un pilar adicional, no algo que lo reemplace” concluyó.
Ricardo Ávila, periodista, consultor, analista senior del diario El Tiempo, afirma que ante los desafíos de la pandemia la idea de una renta básica es relevante, pero considera que tiene retos en materia de sostenibilidad y de operatividad. Explica que tender una especie de red para las ayudas estatales en este momento puede ser muy efectivo, pero le preocupa propuestas como las que hacen tránsito en el gobierno de renta básica ya que durante esos tres meses no se logra resolver el problema de manera definitiva entendiendo los efectos económicos y sociales que ha traído la pandemia.
Agrega que el sistema puede ser insostenible por los altos costos que puede acarrear el Estado en medio de una circunstancia compleja de recaudo.
Beethoven Herrera, profesor emérito de la Universidad Nacional, profesor titular de la Universidad Externado y columnista, explica los antecedentes en la renta básica como lo hizo Alaska en 1976 o Finlandia en el 2016 en un inicio entregando una renta cercana a los 800 euros. En el caso colombiano dice que es necesario que se logre un acuerdo sobre la renta básica, pero teme que pueda ser un poco tardío, además, plantea que la universalidad de la renta suena bien, pero que debe llegarle a los que de verdad la necesitan.
Sostiene que esa renta funciona pero que debe ir acompañada de la posibilidad de trabajar y de apoyar planes de estudio en los jóvenes. “Hay que hacer cosas en las cuales se entregue recursos y se formen capacidades y competencias como estrategia de largo plazo. Debe haber formación de recuso humano, formación tecnológica, sostenible, política de desarrollo.”
Para Juan Carlos Echeverry, economista, exministro de Hacienda y expresidente de Ecopetrol, el congreso de la República con su propuesta de renta básica es más responsable que la CEPAL. Para el exministro lo planteado por el organismo es irresponsable, ya que no es fácil para los países de la región destinar el 5 o el 10 por ciento de su PIB a una renta básica universal. Por el lado de la propuesta en Colombia dice que la focalización de la renta en el punto clave, ya que no se le debería dar dinero al que no lo necesita y lo que generaría un problema moral del contribuyente y no contribuyente.
Para Echeverry los programas de ayudas sociales que hoy funcionan en el país como Familias en Acción, funcionan bien y están focalizados. Sin embargo, plantea que de debería entregar más recursos para que las personas puedan cubrir sus necesidades básicas. Agrega que una renta básica debería ser temporal con el fin de que el Estado pueda responder durante un tiempo por un monto limitado.
Luis Fernando Mejía, director ejecutivo de Fedesarrollo, plantea que la propuesta de congresistas es una medida que pretende profundizar apoyos sociales que ha entregado el Estado a través de otros programas sociales. Considera que la discusión principal es de dónde va a salir el dinero para sostener un programa que es mucho más costoso y la capacidad del Estado para responder a los ciudadanos. Para Mejía es relevante que si se va a implementar una renta básica también se debe hacer una reforma estructural al sistema de protección social, ya que la implementación de una renta básica universal única sería insostenible desde lo fiscal y no solucionaría el problema de política de gasto público ni la distribución del ingreso.
Frente a la compleja situación económica provocada por el coronavirus, dice que el país debe ir pensando en una reforma tributaria; reforma pensional; reforma al sistema de protección social y un último punto que es controlar la informalidad en el país.