En Capurganá los migrantes no afectan el turismo por la ayuda de los nativos
A esta población siguen llegando alredor de 80 migrantes por día, pero solo están un par de horas mientras reciben orientación, se hidratan y asean.
Antioquia
Los habitantes del corregimiento de Capurganá en el municipio de Acandí, Chocó, encontraron en el paso de los migrantes por esa población, una oportunidad de empleo para ellos y una ayuda para los extranjeros que se convierte en inversión social para el caserío. Es así como crearon una iniciativa conocida Cootracap, son alrededor de 180 personas, entre hombres y mujeres que se turnan para acompañar a los casi 80 migrantes que llegan diariamente a la población y que luego de explicarles el recorrido, hidratarse y asearse emprenden el viaje de dos días por la selva del inhóspito Darién.
Foto / Caracol Radio
Los muchachos como los llaman en el caserío los reciben en el muelle, luego los trasladan a un albergue provisional, allí les explican las recomendaciones para emprender el viaje de cuatro días hasta llegar a la carretera de Panamá donde avanzan en su travesía por Centroamérica.
“Que no deben de llevar tanto equipaje, tanto peso, que las botas, la linterna, la comida y que no sean muchos enlatados porque les pesa demasiado”, Carlos Ballesteros, presidente de la Junta e Acción Comunal de Capurganá.
Foto / Caracol Radio
Los migrantes, muchos ahora de nacionalidad venezolana, salen en un grupo compacto desde Capurganá con rumbo a la frontera con panamá, van casi la misma cantidad de acompañantes y guías como de extranjeros. La intención es ayudarles con el equipaje, los niños que llevan en brazos y así poder avanzar más rápido y descansar del peso. Antes que un negocio, aseguran, es una ayuda humanitaria porque les dan un buen trato a los caminantes.
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“Les están brindando a ellos como una asesoría y los llevan hasta la frontera y allí los están esperando unos indígenas que los llevan a un sitio que lo llaman Armila. Lo que realmente están durando en la selva ya no es como antes que se echaban una semana, ahora son dos días”, agregó.
Los extranjeros deben pagar 50 dólares por persona y las mujeres embarazadas pagan 30 dólares. Este dinero sirve para comprar medicamentos en caso de que los caminantes así lo requieren, también les prestan el servicio de traslado a un centro hospitalario en caso de que alguno que se accidente en la selva. Esta ayuda como la llaman los guías, aparte de generar ingresos para ellos, también es una gran ayuda para la comunidad por la inversión social que hacen en el pueblo.
“Aquí en Capurganá han hecho mucho, por ejemplo, había muchos lugares no tenían conectividad con otros sectores hoy en día ya lo están, el muro que se cayó en el relleno sanitaria lo habían hecho los muchachos también con los recursos que ellos aportan”, agregó.
El presidente de la JAC también explicó que, aunque están conformados como cooperativa, aún no pueden funcionar como tal y son informales, pero están en el proceso de formalización para trabajar cumpliendo las obligaciones propias como el pago de impuestos, entre otros rubros.
Mientras que para Mar Mariscal, una española de la ciudad de Granada que vive en Capurganá desde hace cinco años y que además es comerciante, el tránsito de migrantes por la población sí ha impactado el diario vivir del pueblo, tanto en lo positivo como en lo negativo. Aseguró que lo más importante es que algunas personas están derivando su sustento de este paso migratorio.
“Si afecta muchísimo a Capurganá, para lo bueno y para lo malo; para lo bueno porque ha generado que la gente tenga más ingresos y han podido vivir cuando menos se lo esperaba y para lo malo porque han vivido a lo mejor sin escrúpulos de muchas personas, no han mirado a quien le estaban haciendo algo o cómo o de qué manera les cobraban”, recalcó la también extranjera.
Además, dijo que hoy en día la situación está un poco mejor para los migrantes gracias a los acuerdos entre Colombia y Panamá para su tránsito por los territorios para que no haya represamientos.
