Otra cara del COVID-19: el hambre y el desempleo en los más vulnerables
Solo el 41,2% de las familias en Barranquilla, logra alimentarse con las tres comidas diarias
La pandemia en Barranquilla no solo ha causado muerte y enfermedad, a ese drama se suman las necesidades derivadas del desempleo, que tienen en vilo el bienestar alimentario de las familias.
En 10AM Hoy por Hoy, desde el suroccidente de la ciudad, en el barrio Las Malvinas, Caracol Radio habló con algunos de los más afectados.
Cindy Guete es madre cabeza de hogar, vive con cinco personas más, entre hijos y nietos, varios de estos son bebés, quienes duermen en dos camas y en arriendo en una improvisada vivienda de tabla, tejas, bolsas y tela.
Vive de ser manicurista cuando se presenta la oportunidad, porque no todos los días consigue clientes.
"Con lo que yo pueda tener guardado, compramos que si el pan, una libra de arroz, el café y así nos mantenemos siempre desde que empezó la pandemia. Apurado comemos las dos comidas, logro conseguir para el desayuno y el almuerzo a veces", explica la madre.
Para Guete y su familia no hay lujos, no hay televisión, no hay alcantarillado y el abanico con el que dormían, se les dañó en la más reciente lluvia que se registró en el sector, provocando que se le mojaran y dañaran algunos enseres.
"Con el aguacero que cayó aquí en Las Malvinas la semana pasada, se me mojó todo, el abanico y quedé sin abanico. Y yo vivo alquilada, pago 150 mil y cuando no los tengo, la señora me dice que tranquila, que le vaya dando con lo poquito que tengo", explicó.
Otra cara del COVID-19: el hambre y el desempleo en los más vulnerables
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Un panorama similar al que enfrenta Norelys Suárez, madre de seis menores y quien se gana la vida vendiendo bolsas de basura y chupetas a las afueras de los supermercados.
"Ahora mismo la situación que tengo es que pago arriendo, pago $100 mil pesos y para sostener a mis hijos tengo que salir a vender a la calle y me gano $10 o $15 mil pesos y eso no me alcanza. Mi hija me ayuda también para sostenernos con la comida" aseguró conmovida, al relatar que sus hijos no habían desayuno al momento de la entrevista, a la media mañana.
Suárez, duerme en colchonetas en el piso con sus hijos, luego de perder la cama en medio de las mudanzas, debido al deteriorado estado en el que estaba y terminó de dañarse.
Un deportista que hoy vive en la miseria
En medio de las precarias condiciones en las que viven varias personas del sector de Las Malvinas, se encuentra el espacio construido apenas en ladrillos, por el exdeportista Luis Carlos Santana, nadador que tuvo la oportunidad de representar al departamento en múltiples torneos nacionales en los años 80 y 90; y quien hoy, duerme en un sofá en un reducido espacio compartido con su mamá.
Santana hace un llamado a las autoridades, para que ayuden a su mamá, con problemas mentales que han deteriorado considerablemente su salud.
"Son cosas que a mí me duelen y más que todo le hago un llamado al departamento porque yo fui un gran deportista entre 1.987 y 1.992, yo sé que no soy el único en esta situación, pero le pido al alcalde y entes deportivos que me conocieron de verdad, que se pongan la mano en el corazón ante esta situación", dice.
El deportista que representó al departamento por última vez en Juego Nacionales, aseguró que para aquella época fue escogido como deportista del año en el Atlántico, por lo que le prometieron una vivienda, lo que nunca se dio.
Hoy pide ayuda para que su mamá pueda ser atendida y tratada, a fin de evitar que se empeore su situación mental.
Finalmente dijo que aunque su mamá ya fue citada para recibir la vacuna, no ha sido posible trasladarla para que le apliquen el biológico contra el COVID-19.