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De cautiverio urbano a bosque de niebla: liberan margay en el suroeste antioqueño

Tras un año y medio de rehabilitación en el CAVR del Área Metropolitana, una hembra juvenil de margay, conocido también como tigrillo, fue liberada en un bosque de niebla del suroeste antioqueño.

Cortesía: Área Metropolitana

Antioquia

Un llamado oportuno de la comunidad en el municipio de Bello permitió rescatar a un felino silvestre que permanecía en cautiverio dentro de una vivienda y que, tras caer desde un tercer piso, terminó en el patio de una casa vecina.

El animal fue identificado posteriormente como un margay (Leopardus wiedii), una especie de felino silvestre conocida popularmente como tigrillo, tigrillo canchoso o tigrillo arborícola, según la región del país.

El caso ocurrió en febrero de 2024 y activó la ruta de atención con la Policía Nacional y el Centro de Atención, Valoración y Rehabilitación (CAVR) de Fauna Silvestre del Área Metropolitana del Valle de Aburrá.

Durante la valoración inicial, los profesionales determinaron que se trataba de una hembra juvenil con un comportamiento atípico para su especie, evidenciado en una excesiva cercanía con los humanos, una de las consecuencias más frecuentes del cautiverio ilegal.

Además, el equipo médico veterinario identificó posibles afectaciones asociadas a una alimentación inadecuada y a la ausencia de condiciones ambientales propias de la vida silvestre, lo que obligó a realizar pruebas genéticas para confirmar la especie y establecer un plan de manejo especializado.

El proceso de rehabilitación se extendió por más de un año y medio y estuvo a cargo de un equipo interdisciplinario conformado por médicos veterinarios, biólogos y otros profesionales.

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El trabajo se enfocó en la recuperación de comportamientos esenciales para la supervivencia del felino, como la caza, la búsqueda de alimento y la capacidad de defensa, al tiempo que se redujo de manera estricta el contacto humano para disminuir la impronta generada durante el tiempo en cautiverio.

Durante una etapa del proceso, incluso se contempló la posibilidad de que el animal no lograra desarrollar las habilidades necesarias para sobrevivir en libertad y tuviera que permanecer bajo cuidado humano permanente.

No obstante, hacia finales de 2024, el margay comenzó a mostrar una mejora progresiva y sostenida, evidenciando conductas propias de su especie que permitieron reorientar el proceso con fines de liberación.

Finalmente, tras determinar que el felino contaba con las condiciones necesarias para regresar a la vida silvestre, las autoridades ambientales realizaron su liberación en el suroeste antioqueño, en jurisdicción de Corantioquia, dentro de la Reserva Natural El Globo, un ecosistema de bosque de niebla considerado de alta complejidad y fundamental para la conservación de la biodiversidad.

De acuerdo con los profesionales, este tipo de ecosistemas ofrece cobertura vegetal, presas naturales y zonas de refugio que facilitan comportamientos como el acecho, la caza y el desplazamiento seguro, condiciones clave para especies como el margay, un felino de hábitos principalmente arborícolas.

El caso vuelve a poner en evidencia la problemática del tráfico ilegal de fauna silvestre. Los llamados “tigrillos”, una denominación común que agrupa a varias especies de pequeños felinos silvestres, suelen ser víctimas de captura y tenencia ilegal debido a la desinformación y a la falsa creencia de que pueden adaptarse a la vida doméstica.

Sin embargo, se trata de animales fundamentales para el equilibrio de los ecosistemas y cuya permanencia en cautiverio pone en riesgo su vida.

Las autoridades reiteraron el llamado a la ciudadanía a no tener animales silvestres como mascotas y a denunciar cualquier caso de comercialización o cautiverio ilegal, recordando que la protección de la fauna silvestre es una responsabilidad colectiva.