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“Si el 99% del Catatumbo quiere la paz, no hay guerra que lo impida”: líder social

El vicepresidente de Asuncat, Alidio Pallares, pidió detener de inmediato los enfrentamientos.

“Si el 99% del Catatumbo quiere la paz, no hay guerra que lo impida”: líder social / STRINGER

Norte de Santander.

En medio de la Mesa Humanitaria que se adelanta desde el 12 de noviembre en los municipios del Catatumbo, las comunidades reiteraron su llamado urgente a detener la guerra que por casi once meses ha golpeado a esta región de Norte de Santander.

Alidio Pallares, vicepresidente de la Asociación de Campesinos del Catatumbo (Asuncat), aseguró que la confrontación entre el ELN y la disidencia de las Farc mantiene a la población civil en un estado de miedo y abandono, sin garantías de protección ni atención por parte del Estado.

“Estamos exigiendo que se pare la confrontación ya, porque si miramos, el 99% de los perjudicados somos la población civil. Aquí nadie se atribuye los hechos, ni la insurgencia ni las mismas fuerzas militares. Ya no se puede permitir más violencia en nombre de la guerra”, manifestó Payares.

Durante la intervención que realizó en Tibú, el líder social destacó que las organizaciones del Catatumbo vienen insistiendo en la creación de espacios de diálogo y en la necesidad de implementar mecanismos de protección efectivos.

Según dijo, la Unidad Nacional de Protección (UNP) no ha cumplido con las medidas requeridas para los líderes más amenazados y los esquemas existentes no garantizan seguridad.

Pallares también denunció que más de 70 familias permanecen desplazadas en refugios improvisados, sin atención adecuada del gobierno nacional.

“Aquí estamos varios líderes sociales acompañando a nuestro campesinado, a pesar del riesgo. Si los actores armados deciden asesinarnos, allá ellos, pero nosotros no vamos a abandonar este territorio”, expresó.

El dirigente planteó la creación de una comunidad de paz en el Catatumbo, similar a las que existen en otras zonas del país, como una forma de resistencia civil ante la violencia.

“Solo el 1% de la población está en armas. Si el 99% que somos los que habitamos la región nos unimos para no permitir más conflicto, podríamos cambiar la historia”, agregó.