El campesino que llegó a ser la persona más rica del país: le prestaba dinero al Estado colombiano
El famoso campesino se convirtió en un referente en Antioquia, pues logró acumular y administrar una de las mayores fortunas del siglo XIX
An unrecognizable farmer walking down the field in his rubber boots. / SrdjanPav
A finales del siglo XIX e inicios del XX, se presentó un caso poco común en Colombia, un hombre proveniente del campo, que llegó a tener más dinero que todo el gobierno de aquella época, quien fue capaz de acumular el dinero suficiente, para tener una de las mayores fortunas del país que lo convirtieron en una leyenda.
Se trata de José María Sierra Sierra o también conocido como ‘El Becerro de Oro’, un campesino que nació en 1848 en el municipio de Girardota, Antioquia. Según su nieto, la fortuna de Sierra empezó a formarse desde su juventud, cuando trabajaba en el campo criando ganado, sembrando caña y fabricando panela. Sin embargo, la consolidación de su fortuna se dio con el remate de rentas e inversiones en bienes raíces.
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Los inicios del millonario Sierra
Según cuenta su nieto, ‘El Becerro de Oro’ mencionaba que en una economía como la de Colombia, los únicos negocios rentables eran los terrenos y el ganado que allí pastaba. Por esta razón, cuando tenía tan solo 14 años, adquirió su primera parcela. A esa edad, también trabajaba como arriero, llevando panela a San Pedro y papa a Copacabana.
A sus 38 años, es decir, en 1886, se mudó a Medellín, donde fundó varias sociedades, siendo la más conocida ‘La Cuarta Compañía’, dedicada a criar ganado y sembrar grandes cantidades de terreno en caña, los cuales producían la melaza para abastecer sus fábricas de aguardiente, que ya eran famosas en todo el departamento.
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La formación de la mayor riqueza
Luego de dos años, viajó a Bogotá en 1888, donde vivió cerca de 26 años. Allí, empezó su camino como apostador y gallero, pero a pesar de esto, llegó a ser el mayor propietario de tierras en la Sabana. En tal punto, Sierra había dejado de ser un campesino tímido, y se volvió uno de los principales prestamistas del Estado colombiano, el cual, dado al débil sistema económico de la época, debían acudir a prestamistas para garantizar su funcionamiento.
Además, El Becerro de Oro que financió la última etapa de los ferrocarriles en Colombia, también fundó el Banco de Sucre y el Banco Central que fracasaron, por lo que comprobó su principio de que los bienes raíces le generaban riqueza. Su historia es aún más sorprendente al saber que su educación no fue más allá de aprender a leer, sumas y restas.
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La personalidad de Sierra
A raíz de esto, existe una anécdota de su vejez cuando una persona intentó enseñarle la ortografía de la palabra ‘hacienda’, pues Sierra justificaba que se escribía ‘acienda’ y le comentó a su contradictor “Mire, joven, yo tengo setenta haciendas sin h, ¿y usted, cuántas tiene con h?”, esto respalda algunos rasgos de personalidad que tenía, pues según la biografía realizada por el Banrep cultural, era egoísta y tacaño, que consideraba el ahorro como valor fundamental.
Sierra falleció en Medellín en 1921, debido a diferentes crisis nerviosas y una fuerte arteriosclerosis, enfermedades las cuales, fueron las únicas capaces de arrebatarle el interés por los negocios.
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