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Primo Rojas celebra 40 años en la dramaturgia y lo hace con “Las botas del tío Manuel”

El 30 de agosto Primo Rojas se presenta en el Teatro Cafam con la obra “Las botas del tío Manuel”, para celebrar 40 años de carrera

Primo Rojas, 40 años de dramaturgia

Teatro

En 1985, Primo Eliseo Rojas Peña comenzó su carrera en arte dramático, la cual lo ha llevado a convertirse en uno de los íconos nacionales del teatro. Sus monólogos, cargados de historias personales, anécdotas y sarcasmo, han marcado una forma única de expresión escénica. Artísticamente, se le reconoce únicamente como Primo Rojas.

El sábado 30 de agosto, celebrará 40 años de trayectoria profesional con la puesta en escena de la obra Las botas del tío Manuel, en el Teatro Cafam de Bogotá. Esta obra, que había permanecido guardada durante varios años, será presentada como parte de la conmemoración de su carrera.

En diálogo con Lo Más Caracol, Primo Rojas contó que antes de ingresar por curiosidad a la escuela de teatro, nunca imaginó que su futuro estaría en la dramaturgia. Durante las décadas de los setenta y ochenta, estudiaba Derecho en la Universidad Libre, ubicada en el centro de Bogotá.

El artista explicó que eligió Las botas del tío Manuel para celebrar sus cuatro décadas en el arte dramático porque tiene vínculos estrechos con su historia familiar. El tío Manuel existió; era hermano de su abuela y vivió siempre en el campo del municipio de Bolívar, en el departamento de Santander. Fue trasladado a Bogotá para una cirugía, y en la búsqueda de calzado adecuado, solo le sirvieron unas botas diseñadas para la policía conservadora de los años de la violencia en la primera mitad del siglo XX.

A lo largo de sus cuatro décadas de carrera, Primo Rojas ha creado obras como El tímido y el amor, De cómo un pobre entierra a la mamá, El traductor, Caín y Abel, entre muchas otras. En ellas ha dado vida a personajes que permanecen en la memoria del público por su capacidad de reflejar lo cotidiano, lo incómodo y lo absurdo. Son personajes que contienen algo que todos reconocemos: humanidad.

“Mi gran ambición nunca fue hacer reír. Eso lo hace cualquiera. Lo que yo siempre he buscado es tocar el corazón. Porque cuando tú haces eso, logras que alguien se sienta humano por un instante. Y eso no se olvida”, concluye Primo Rojas.