Nuevos detalles del traslado de la comunidad indígena Emberá a un predio del Distrito

Bogotá D.C

Este lunes 9 de julio se conoció que la alcaldía de Bogotá trasladaría a la comunidad indígena Emberá, asentada en la UPI La Rioja, a la sede del Instituto de Participación y Acción Comunal (IDPAC) ubicada en el occidente de la capital.

Esto ha generado polémica e inquietudes por parte de los habitantes del sector de Salitre, que han protestado para que ese traslado no se haga en esa zona.

La consejera distrital de Paz, Víctimas y Reconciliación, Isabelita Mercado aseguró que la relocalización de cerca de 1.100 indígenas Emberá no será igual a cuando llegaron a la UPI La Rioja, ya que habrá un Puesto de Mando Unificado (PMU) y un acuerdo de corresponsabilidad.

“Este es un traslado que arranca con un Puesto de Mando Permanente las 24 horas al día, los 7 días a la semana. Un acuerdo de corresponsabilidad de los distintos voceros, los voceros son responsables de lo que hace la comunidad y tienen un deber de cuidar el espacio. En caso de que hayan daños contemplamos todo”, aseguró la funcionaria.

Inconformidad de habitantes y de sindicatos

Los habitantes del sector que se han mostrado inconformes con esta decisión la tildan de “arbitraría”.

“Las instalaciones no tiene los requerimientos mínimos para garantizar mejoras en la calidad de vida de los Emberá. No hubo ningún tipo de acercamiento previo entre la administración distrital y la comunidad residente en Ciudad Salitre”, indicó uno de los habitantes.

“La molestia que más tenemos es que no hay una unificación de criterios. Porque una entidad dice que ya van a venir a tomar el predio los Emberá, pero por otro lado, nos dicen que todavía está en proceso”, indicó otra residente del sector.

Los dos sindicatos de Participación y Acción Comunal, SINFUIDPAC y SEIDPAC, también han alertado afectaciones en sus condiciones laborales si se hace el traslado.

Distrito rechaza el racismo

La relocalización de los Emberá ha generado comentarios racistas y estigmas hacía esta población.

El Distrito ha rechazado estos discursos y ha promovido el diálogo tanto con los indígenas como con los habitantes de Salitre.

“Los más importante es llegar a un acuerdo de convivencia porque Bogotá no puede ser una ciudad que segrega o que es sectaria”, afirmó Mercado.