Rubén Darío Jaramillo, un promotor de la paz en medio del conflicto en Buenaventura
El obispo lidera un proceso de paz entre bandas criminales para recuperar la tranquilidad del puerto del pacífico colombiano.

Rubén Darío Jaramillo, obispo de Buenaventura
Buscar la paz ha sido uno de los objetivos más esquivos del país, que en distintas zonas del territorio nacional, los habitantes y residentes han tenido que sufrir las consecuencias de la guerra, y los estragos que conlleva como el desplazamiento o la extorsión. En distintas zonas de Colombia, existen personas que con sus acciones le apuestan a la búsqueda de la sana convivencia y la erradicación de la violencia, tratando de encontrar calma y bienestar.
Buenaventura ha sido conocido por ser uno de los puertos marítimos más importantes del país, un agente fundamental en la economía del departamento del Valle del Cauca, y sus atractivos turísticos. Sin embargo, no todo ha sido bueno en el municipio que limita con el mar, ya que por cuenta de problemáticas como la delincuencia organizada y el narcotráfico, miles de personas han tenido que sufrir en carne viva este suplicio.
Rubén Darío Jaramillo es el obispo del pueblo, y casi todos los días es común verlo caminar por las calles de la zona vallecaucana, visitando parroquias o liderando grupos que tiene a su cargo. Los habitantes del municipio marítimo se acercan a él cada vez que pueden, saludándolo, pidiéndoles que les de su bendición, e incluso contarles una situación complicada por la que están pasando.
Encomendado a una labor de paz
El religioso nacido en Dosquebradas, Risaralda llegó a territorio bonaverense el 15 de agosto de 2017, luego de que el sumo pontífice, el papa Francisco, lo designó como titular de esa diócesis. Desde su llegada, ha realizado distintas acciones en búsqueda de conseguir la paz y la tranquilidad que le fue arrebatada al pueblo por cuenta del conflicto entre las bandas de Los Espartanos y Los Shottas.
Estos grupos delincuenciales se han disputado el control territorial de la zona, buscando manejar negocios ilegales como el narcotráfico. Se estima que entre los dos clanes al margen de la ley, agrupan más de 1.700 jóvenes que conforman sus filas en el municipio.
Su presencia dentro del puerto del pacífico ha significado un beneficio importante para la comunidad, en un proceso que ha prosperado, y ha tomado sus frutos. Gracias a su donde servicio, y a su empatía, ha logrado aportes valiosos para la consecución de la paz dentro del municipio del Valle del Cauca, donde entran y salen gran parte de mercancías.
Por cuenta de los esfuerzos de Jaramillo y las personas que han conformado su equipo, ha podido lograr que los bandos se sienten en una mesa para dialogar y llegar a concertaciones que permitan la tranquilidad del pueblo. Esto busca que la tasa de homicidios de jóvenes en el municipio se reduzca, y que Buenaventura salga de la lista de las ciudades más violentas del mundo.
¿Qué tipo de líderes debe tener Colombia?
En las palabras del representante de la Iglesia Católica, el país necesita líderes que al mantener su control personal, puedan aplicarlo en un ámbito más amplio que involucren a una cantidad importante de integrantes que se puedan beneficiar de su gestión y trabajo.
“El tipo de liderazgos que necesita Colombia es de tipo moral. Aquellas personas que primero realicen en sus vidas lo que piensan, y luego lo pasen a las obras a lo que ellos van a realizar. Necesitamos personas coherentes, que puedan llevar a cabo los sueños y proyectos de comunidades, pero que se conviertan en luz, en un faro para los demás. No todo el mundo es líder, pero estamos seguros que Colombia tiene muchas personas dispuestas a liderar procesos desde su realidad, desde su vida integral”, expresa.