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Guterres pide gravar aviación y transporte marítimo para financiar transición climática

En la apertura de la COP29, la conferencia sobre el cambio climático, el secretario general de la ONU Antonio Guterres pidió ayuda para los países pobres.

Baku (Azerbaijan), 12/11/2024.- United Nations Secretary-General Antonio Guterres delivers his speech at the UN Climate Change Conference COP29 in Baku, Azerbaijan, 12 November 2024. The Azerbaijani capital of Baku hosts the 2024 United Nations Climate Change Conference (COP29) from 11 to 22 November 2024. (Azerbaiyán) EFE/EPA/ANATOLY MALTSEV / ANATOLY MALTSEV

El secretario general de la ONU, António Guterres, pidió hoy en Bakú durante la ceremonia de apertura de la COP29 nuevos gravámenes para el transporte marítimo y la aviación, así como la extracción petrolera y de gas, como una forma innovadora de ayudar a los países pobres a financiar la transición climática.

Los contaminadores deben pagar”, dijo Guterres en su discurso de apertura, que centró en gran medida en los problemas de financiación que el mundo en desarrollo encuentra para llevar a cabo su transición de los combustibles fósiles a las energías renovables, cuando además son los países pobres los que menos contribuyen al calentamiento global.

Recordó que el mundo ya ha alcanzado su récord de día más caliente, también su mes más caliente “y este va a ser con certeza el año más caliente”, y echó mano de un sondeo de la Universidad de Oxford y el PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo), según el cual un 80 % de los ciudadanos del mundo quieren más acción climática: “Científicos, activistas y jóvenes piden cambio; escuchémoslos”, exclamó.

También. recurrió a uno de sus argumentos favoritos, como es el de unir la emergencia climática con las desigualdades sociales: “Los ricos causan el problema y los pobres pagan el precio más alto”, y al hilo de esto rescató un informe de Oxfam según el cual “los multimillonarios más ricos emiten en una hora y media más carbono que el que emite una persona promedio en toda su vida”.

Y recordó los problemas que afrontan los países pobres para concebir una adaptación a las energías no contaminantes: “La brecha entre necesidades de adaptación y finanzas puede llegar a 359.000 millones en 2030″, y esto significa que los países en desarrollo deberán destinar un mínimo de 40.000 millones anuales desde 2025 con ese objetivo, lo que no podrán por sí solos. “La financiación climática no es caridad; es inversión”, razonó, de nuevo dirigiéndose a los países ricos.