Esta es la regla número 1 de los inversionistas, según expertos: muy pocos la cumplen
Esta regla es una estrategia de gestión de riesgos diseñada para suavizar las alteraciones del mercado.
La inversión es una herramienta fundamental para construir un futuro financiero sólido y sostenible. Al destinar una parte de sus ingresos a instrumentos de inversión, no solo podrá hacer crecer su capital con el paso del tiempo, sino que también podrá proteger su patrimonio de la inflación. Esto quiere decir que invertir permite alcanzar sus metas a largo plazo, como la adquisición de una vivienda, la educación de sus hijos o la construcción de un fondo para su jubilación.
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Asimismo, para invertir usted debe seguir algunas de las reglas que recomiendan expertos para minimizar el riesgo. Acá le contamos cómo hacerlo.
Regla número 1 de los inversionistas
La clave que muchos expertos han publicado en páginas web como ‘Black Rock’ o ‘Inbestme’ es que la regla fundamental es: diversificar las inversiones. Esto quiere decir que es una estrategia de gestión de riesgos diseñada para suavizar las alteraciones del mercado. Si bien es cierto que puede limitar los rendimientos durante los períodos de calma, su principal objetivo es proteger el capital del inversor frente a posibles caídas. Es importante recordar que la inversión es un juego de largo plazo, y que la diversificación busca maximizar los retornos ajustados al riesgo, es decir, obtener la mayor rentabilidad posible con el menor riesgo.
Un ejemplo es si usted invierte en Finca Raíz, pero parte de su inversión se va en gastos como impuestos, daños, entre otros aspectos, debe medir otra medida para que se recupere su inversión, es decir, tener adicional un taxi u otro método que le recupere lo que invirtió primero.
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Beneficios de diversificar las inversiones
Para diversificar las inversiones, existen tres beneficios:
Esta estrategia permite construir un portafolio más resiliente y capaz de soportar las fluctuaciones del mercado
- Mitigar el riesgo: La diversificación de una cartera es una estrategia fundamental para gestionar el riesgo inherente a la inversión.
- Mejorar los retornos: Al distribuir los activos en diferentes clases, sectores y regiones geográficas, se reduce la exposición a eventos específicos que puedan afectar negativamente a un solo tipo de activo.
- Ayuda a alcanzar las metas de inversión: Esta estrategia permite construir un portafolio más resiliente y capaz de soportar las alteraciones del mercado.