Fábrica de aceite de palma genera su propia energía y les sobra para regiones de Santander

Bucaramanga

Desde el año entrante comienza a regir la reglamentación europea que busca reducir la exportación de productos sembrados en zonas deforestadas.

Por eso aumentan las empresas que buscan métodos sostenibles para que los palmicultores sean acreditados; teniendo en cuenta que Europa es el mayor comprador de aceite.

Por ejemplo la extractora de palmas Monterrey del corregimiento Puente Sogamoso, en Puerto Wilches, además de ser la fábrica que más produce aceite de palma ahora genera energía eléctrica para la misma empresa.

Aunque al momento se trata de un plan piloto, una de las apuestas es poder hacer lo mismo en más plantas del país. En Colombia hay 75 plantas activas. Cuatro zonas palmeras repartidas entre Vichada, Meta, Magdalena Medio y parte costera. Además de Nariño.

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En este caso, en Monterrey, incluso les sobra energía y podrían hasta suministrar a veredas del sector. Esto gracias a la cantidad de metano que sale del agua residual de esta producción, explicó Néstor Chávez Duarte, de la Federación Nacional de Cultivadores de Palma de Aceite.

La parte líquida que sale de la estructura, después de extraer el aceite del fruto de la palma, genera el biogás y este se convierte en energía. De este modo le dan un uso sostenible a los residuos de la producción de aceite.

“Pertenecemos al Centro de Investigación de Palma y acompañamos a las industrias con estos proyectos de transformación de material aprovechable. El tema de la energía es un punto crítico para el país y estamos buscando las formas de aprovechar el recurso. Lo estamos haciendo con Pome, que es el afluente que tenemos de las extractoras”, explicó el extensionista de plantas de beneficio de la zona Central de Colombia.

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Finqueros prefieren los cultivos de palma

Con esta energía eléctrica las fábricas del país podrían exportar hasta 700 millones de dólares al año en aceite de palma a países como México, Brasil y Europa.

A eso se le suma que ahora todos quieren acreditarse en Puerto Wilches, según lo que se escucha a voces entre la población.

Los ganaderos prefieren cultivar palma ante la abundancia por las más de 500 hectáreas sembradas este año. Dicen que es más costoso mantener el ganado.

Pero por otro lado un líder social del corregimiento Puente Sogamoso, contó en Caracol Radio que ahora están llegando trabajadores de diferentes partes del país, lo que les devolvió lastimosamente la violencia e inseguridad.

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Todos viven de la palma

“La palma para nosotros es una bendición. El 95 % de nuestra población vive de la palma. Aquí viene mucha gente de distintas partes del país como costeños, antioqueños, vallunos, nortesantandereanos y están trabajando acá. Lo único que está fallando es el robo de frutos que sacan a otras partes del país y es lo que tiene preocupadas a las empresas”.

Son más de 5.000 hectáreas dispuestas para la siembra de palma en lo que Fedepalma llama zona central: Santander, Norte de Santander, Cesar y Bolívar.

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El aceite de palma es el segundo producto más exportado en Colombia después del café. Situación por la que Nicolás Pérez Marulanda, presidente ejecutivo de Fedepalma, también mostró su preocupación.

“Hay cerca de 3.500 palmicultores de pequeña escala en los municipios de la zona central. Solo entre Puerto Wilches y Sabana de Torres hay 800. Y digamos que la mayoría de las zonas palmeras del país están teniendo problemas de seguridad, seguimos siendo fuertemente afectados por estos temas del conflicto”, afirmó el presidente.

En Puente Sogamoso a cualquier parte que un poblador mire hoy en día hay palma sembrada. Son tres generaciones que han pasado por estos cultivos. El reto es plantar buenas costumbres entre los pobladores para reducir el maltrato a la tierra y la deforestación.

“Nosotros tenemos 63 años en la región en los cultivos. Es un municipio donde todas las personas tienen algo que ver con la palma. Llegarle al agricultor con los cambios de adopción de tecnología no es fácil. Pero podemos enfocarnos en los resultados que vamos a tener a nivel productivo, social y ambiental”, comentó en Caracol Radio Elsy Mercedes Campos, gerente de la extractora de palmas Monterrey.

La planta extractora de Monterey se ha convertido en la fuente de empleo de 400 productores de aceite de palma.

Sin embargo en las vías del corregimiento se ve a personas comercializando de manera informal el fruto de la palma. Sobre la carretera montan básculas. Así compran y venden en los centros de acopio.

Con el aceite del fruto se puede fabricar jabones, shampoo, crema dental, detergentes, cosméticos, velas, aceite de cocina, vino, tinta, plastificante, lubricantes, productos industriales y hasta combustible.

Ahora con las prácticas sostenibles se busca acreditar el mayor número de palmicultores para que adopten esto métodos en sus cultivos; y se mantengan bajos niveles de uso de agua, bioquímicos y energía. Sin tener en cuenta el reto contra la deforestación, con nuevas prácticas de agricultura.

Para continuar con estos programas de investigación este año Colombia ha recibido más de 2 millones de euros en cooperación internacional, de países Bajos, Alemania y Reino Unido.

Para nadie es un secreto que desde los años 60 para acá la siembra de palma en Puerto Wilches ha dejado graves afectaciones ambientales, como la modificación de suelos y la pérdida de cobertura vegetal, provocando un impacto a la biodiversidad en el territorio.

Por eso la urgencia de buscar métodos sostenibles para que esta planta deje absorber todos los nutrientes del suelo para subsistir. Además de obtener beneficios de los fertilizantes y que no sean arrojados a los humedales.

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