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Mercados del mundo inician semana en rojo, ¿qué pasó?

Las proyecciones de una posible recesión en Estados Unidos resultó en la caída generalizada de las bolsas y las acciones de numerosas empresas en el mundo.

Las proyecciones de una posible recesión en Estados Unidos resultó en la caída generalizada de las bolsas y las acciones de numerosas empresas en el mundo. (Foto: Fatih Kurt/Anadolu via Getty Images) / Anadolu

Las principales bolsas del mundo abrieron la sesión en rojo, en la estela de los mercados asiáticos, ante el temor de los inversores a que la economía estadounidense se haya deteriorado más de lo previsto y entre en recesión.

¿Qué ocurrió?

El nerviosismo se desató la semana pasada después de los datos negativos de empleo y actividad industrial publicados el jueves y el viernes en EE.UU., una situación que agravaron los resultados decepcionantes de algunas grandes compañías tecnológicas.

Tras los descensos registrados el viernes en Wall Street, la ola de ventas se extendió este lunes a Asia y a Europa.

Los inversores temen que la Reserva Federal de EE.UU. haya tardado demasiado en actuar y que su demora -el primer recorte de tipos se espera para septiembre- lleve a la economía estadounidense a la recesión.

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Lo que viene

Los mercados estarán pendientes este lunes del índice ISM de actividad del sector servicios en EE.UU., un indicador que cobra especial protagonismo en la situación actual. En este contexto, los inversores apuestan por la renta fija, lo que se está traduciendo en un descenso de la rentabilidad.

El rendimiento del bono alemán, considerado el más seguro, bajó hasta el 2,14 %. El euro se apreció respecto al dólar estadounidense y se cambiaba 1,094 unidades.

Los precios del petróleo siguieron a la baja ante el temor de los inversores a un debilitamiento de la demanda. El Brent, el crudo de referencia en Europa, cayó casi el 1 % y rondó los 76 dólares por barril.

El precio del oro, uno de los activos refugio en tiempos de incertidumbre, retrocedía un 0,3 y se situaba en torno a los 2.434 dólares por onza.

Las criptomonedas se desplomaban: el bitcóin, la más utilizada, bajaba un 11 %, y el ether, la segunda del mercado, se depreciaba un 15 %.