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El mundo pierde bosques tropicales a un ritmo de 10 campos de fútbol por minuto

Si bien países como Colombia redujeron la deforestación en 49% en un año, la destrucción de los bosques permanece como uno de los problemas ambientales más fuertes de la actualidad.

Deforestación en Colombia

La deforestación de los bosques tropicales primarios en todo el mundo se redujo un 7,3 % el año pasado, desde 4,1 millones de hectáreas en 2022 hasta 3,8 millones de hectáreas en 2023, gracias principalmente a los esfuerzos de Brasil y Colombia, según un estudio divulgado por la ONG Global Forest Watch.

La política ambiental del presidente Gustavo Petro llevó a Colombia a pasar del sexto al décimo lugar en la lista de los países que más destruyen sus bosques tropicales.

En cifras, en Colombia hubo una caída del 49% en la deforestación, pasando de la destrucción de 130.000 hectáreas durante 2022 hasta 70.000 hectáreas en 2023.

Brasil, que se mantiene como el país que más devasta sus bosques tropicales, consiguió reducir el área deforestada en un 36 %, desde 1,77 millones de hectáreas en 2022 hasta 1,14 millones en 2023, su nivel más bajo desde 2015.

Los esfuerzos del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, que asumió en enero de 2023 con el compromiso de reducir a cero la deforestación de la Amazonía brasileña en 2030, permitieron que la participación de Brasil en la destrucción de los bosques en todo el mundo cayera desde el 43 % en 2022 hasta el 30 % el año pasado.

Los datos corresponden al análisis de imágenes satelitales que realiza anualmente la plataforma Global Forest Watch del World Research Institute (WRI) en colaboración con la Universidad de Maryland.

“El importante progreso en Brasil y Colombia destaca la fuerza de la voluntad política por los cambios de Gobierno en ambos países”, informó el WRI en un comunicado.

Tras Brasil, los países que más destruyeron bosques tropicales el año pasado fueron República Democrática del Congo, en donde la devastación se mantuvo prácticamente estable en 530.000 hectáreas, Bolivia, Indonesia, Perú, Laos, Camerún y Madagascar.

Pese a la reducción, el nivel de deforestación se mantiene elevado y amenaza el cumplimiento de la meta con la que 145 países se comprometieron en la COP26 de 2021, en Glasgow, de reducir a cero la destrucción de los bosques tropicales en 2030, afirmó el WRI.

Según el estudio, las reducciones de la deforestación en Brasil y Colombia fueron contrarrestadas por los fuertes aumentos de la devastación en países como Bolivia, Laos y Nicaragua.

En Bolivia, el tercer país entre los que más devastan, la destrucción de las selvas tropicales subió un 27 %, hasta 490.000 hectáreas en 2023, con lo que alcanzó su mayor nivel por tercer año consecutivo.

El 51 % de las pérdidas en Bolivia está vinculada a los incendios forestales, otra de las consecuencias del calentamiento global.

Laos y Nicaragua perdieron respectivamente el 1,9 % y el 4,2 % de sus bosques tropicales en 2023 por la “expansión agrícola”.

“Los datos de 2023 muestran que los países pueden reducir las tasas de deforestación si tienen voluntad política para hacerlo, y esos países que lo consiguieron pueden servir de ejemplo a los otros”, asegura el estudio.

El informe recordó que, antes de caer en 2023, la destrucción de las selvas tropicales saltó un 14,5 % en Brasil en 2022, último año de Gobierno del ultraderechista Jair Bolsonaro, un defensor de la explotación económica de la Amazonía.

Según WRI, los bosques primarios tropicales húmedos son los ecosistemas con mayor diversidad biológica del planeta y son especialmente importantes para el equilibrio climático porque almacenan grandes cantidades de dióxido de carbono.