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Moravia, ¿la eterna invasión de Medellín?

La comunidad de Moravia atribuye el asentamiento en el morro a la consecuencia de la espera de 9 años por más de 200 viviendas prometidas por la administración del 2013.

Morro de Moravia / Alcaldía de Medellín

Medellín

64 zonas de la ciudad de Medellín tienen construcciones ilegales, invasiones como se les conoce comúnmente a los asentamientos ubicados en zonas de riesgo, debido a que no son aptos para su habitabilidad por las condiciones del terreno.

Los motivos de esta problemática sobran, pero las soluciones escasean con una situación de déficit de vivienda, migración, desplazamiento y la coyuntura social.

Conversamos con Andrés Tobón, Presidente del Concejo de Medellín y esto fue lo que manifestó frente a la alerta hecha por la administración municipal: “Hay dos caminos que son muy necesarios. El primero, entender que esto hay que ponerle freno. Hay un asunto de control que no puede perderse de vista, sino también un trabajo con la fiscalía para poder también judicializar a las estructuras criminales que están dedicadas a esto bajo un modelo de explotación a los más vulnerables. Medellín tiene un déficit habitacional gigantesco. Tenemos todos y cada uno de los planes parciales muertos, no tiene ninguno en desarrollo. Y esto, por supuesto, impide que exista el desarrollo de viviendas de interés social y viviendas de interés prioritario, que son justamente los escenarios que tienen que ser diseñados para no solo la renovación urbana, sino incluso el reasentamiento de comunidades que hoy se encuentran en riesgo”.

Algunas de estos puntos críticos son Manrique, Robledo,San Cristóbal, Santo Domingo, Villatina y la tan sonada Moravia. La última ha generado controversia reiteradamente, pues la realidad es que los 35.000 metros cuadrados del jardín que se instauró luego de la reubicación de las familias que habitaban el morro, hoy están asentados por ranchos y construcciones.

¿Qué pasó?

La problemática comenzó en la época de pandemia, pero para la población del sector era evidente que iba a suceder. La situación en el morro de Moravia es compleja; hay una promesa de vivienda desde hace 9 años, que aún espera la comunidad.

Posterior a la reubicación en 2013, entre la administración distrital, y la Mesa de Concertación del Morro, se censó a 150 familias poseedoras para una solución de vivienda, adicional a los “hijos de Moravia”; aquellas personas, que en el momento del censo, eran menores de edad y que nacieron en el sector. Por lo que el director del Instituto Social de Vivienda y Hábitat de Medellín, de ese entonces, prometió por medio de un proyecto llamado Mirador de Moravia, ofrecerles una casa en el mismo territorio, tanto a las 150 familias, como a los 88 hijos de Moravia.

Vanesa Álvarez, líder de la comunidad, explicó que se hicieron reuniones y promesas en donde el acuerdo debería haberse cumplido para 2015: “En el 2013 ya se había desembolsado un rubro para poder llevar a cabo este proyecto habitacional. Y es lo que nosotros preguntamos, ¿dónde está ese monto que se desembolsó al ISVIMED para poder hacer este proyecto? “.

Los líderes del Morro de Moravia denuncian que desde entonces se pusieron trabas y se empezó a postergar el proyecto, pero que la condición en la que se encontraban, no daba espera, y necesitaban un lugar donde vivir.

“Las familias tuvieron que volver a retomar su lote, levantar sus ranchos. Acá no hay familias que no necesiten vivienda. Acá hay muchas familias que necesitan en donde vivir. Sí, el territorio era bonito, con muchas flores y mucho jardín. Pero es mejor ver una familia feliz en una casita, porque las familias estaban a la intemperie”, expuso Patricia Torres, líder del sector.

Esto significa que la población censada en 2013, se incrementó, pues los habitantes hicieron familia en Moravia y como exponen, al incumplimiento del proyecto por parte de las administraciones de la ciudad, se reasentaron en el territorio.

Aunque Caracol Radio consultó a Gestión Territorial y al Instituto Social de Vivienda y Hábitat de Medellín, encontramos que aún no hay declaraciones para la problemática. Sin embargo, es importante recordar que en esta alcaldía se ha hablado generalmente del problema.

“En todas esas zonas está la mano de estructuras criminales que logran tener control territorial, que no han permitido a grupos sociales hacer esa caracterización realmente de cuántas familias son las que han llegado ahí, cómo se perdió una zona de intervención de 20 años y dejaron invadir esta zona sin hacer control”, señaló el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez.

La población niega esta teoría y por el contrario invita a la administración a realizar un censo en la zona que pueda lograr identificar cuáles son las condiciones sociales en las que se encuentra la población. Y, a su vez, achacan la invasión a la mala gestión de la alcaldía.

“Durante toda la administración pasada de Federico Gutiérrez, no tuvo ninguna inversión. Al contrario, los filtros estaban malos, los tanques de recolección de lixiviados estaban podridos, todo lo que se llamaba realmente recolección de lixiviados estaba colapsado. Y nos echan la culpa nosotros de invadir en el proyecto que en el momento no estaba llevándose a cabo de buena manera”, expuso Vanesa Ávila.

¿Y ahora qué?

La situación en Moravia es entonces una problemática que se debe estudiar de raíz, con intervenciones y estudios sociales, para que se presenten soluciones reales a una situación que año tras año seguirá en incremento potencial, como se ha podido evidenciar en el paso del tiempo.

La comunidad está dispuesta a la negociación, tienen todos los mecanismos legales para sustentar su alegato. De hecho, en la administración de Daniel Quintero, al no encontrar un espacio de diálogo en su alcaldía, y recibir órdenes de desalojo constantes, la comunidad radicó una tutela en 2021 y para enero de 2022 , un juez falló a su favor ordenando que “las autoridades tienen la obligación de adelantar procedimientos respetuosos del debido proceso y de los demás derechos fundamentales de los invasores, por cuanto estas actuaciones no sólo tienen la potencialidad de afectar garantías procesales sino también otros derechos como la vivienda y la vida en condiciones dignas”.

Pero hasta el día de hoy, la situación sigue siendo la misma. El morro está habitado por los hijos de Moravia, nuevos pobladores y las familias que llevan años esperando que les entreguen el supuesto p Mirador de Moravia.

Por ahora, la petición de la comunidad es contundente, no quieren una renovación urbana, necesitan un mejoramiento integral del barrio, que los escuchen y tengan en cuenta para los proyectos, pero sobre todo, que les cumplan.