La historia de una madre que desde hace 25 años consume metanfetamina a raíz de un divorcio

En los micrófonos de 10AM Hoy por Hoy, Helena*, una ciudadana mexicana contó su experiencia con las drogas y cómo esta práctica la alejó de sus hijos:

La primera experiencia de Helena* con las drogas fue cuando estaba pasando por una separación tras un matrimonio de 11 años. Según comentó, su entonces pareja conoció a alguien más en su trabajo en el campo y ella cayó en una depresión tremenda:

“Notaba que cuando hacía el cristal, la metanfetamina no lloraba y se me olvidaba por lo que estaba pasando y eso me gustó porque si no estaba así, era una lloradera, no me levantaba”.

La mujer relató que cuando inició en el consumo, tenía dos hijos, una niña de 12 años y un niño de 9 años. Aunque al principio Helena* pensó que la nueva mujer era solo un amorío, se enteró de que llevaban juntos 1 año, por lo que entró en una crisis emocional:

“Luego yo sentía que él ya no me quería, que no se apuraba por mi familia como antes y eso es lo que me afecto, en vez de acercarlo más, lo fui alejando con los gritos y pleitos”. Según comentó, cuando comenzó en este mundo, compraba una cantidad para cuatro o cinco días, porque hacía “líneas pequeñas”. Agregó que el consumo se volvió más frecuente cuando la invitaban los “conectas” (vendedores de droga) a reuniones y otros encuentros.

A los tres años de divorcio, Helena* empezó una relación con su pareja actual. Mencionó que él es el que se encarga del hogar, pero actualmente ella lo ayuda económicamente.

Un par de años más tarde, probó la heroína y ahora es consumidora regular de fentanilo. Tal como manifestó Helena*, en las mañanas antes de irse a trabajar, consume esta droga: “Donde yo vivía es una área con muchas “conectas” de marihuana, heroína, metanfetamina, pastillas, de todo, no era difícil conseguir”.

Helena* comentó que ahora con el cambio de droga al fentanilo ha tenido muchas sobredosis. Durante estos episodios explicó que se debe actuar rápido para asegurarse que las vías respiratorias funcionen bien, no se pueden dejar de pasar más de 7 minutos sin que el cerebro reciba aire o la persona podría quedar con daños severos.

Por último, la ciudadana mexicana se refirió a cómo este consumo ha afectado su vida familiar: “Todos mis hijos están grandes, el más pequeño tiene 19 y está en una universidad en Colorado. Ellos están bien, no consumen. Están molestos porque me vine para acá, pero ellos ya sabían lo que hacía mamá.

“Si me están escuchando que me perdonen por no haber sido una buena madre, un día voy a poder estar sin drogas y van a ver cómo era antes”.

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