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Turismofobia, ¿cómo enfrentarla con políticas?

Panelistas analizaron la tensión entre la llegada masiva de turistas a algunos destinos, que contrasta con los beneficios económicos que trae el crecimiento de este sector de la economía.

Ante la reactivación del turismo, ¿cuáles son los retos que enfrenta el sector?

En Hora20 nos vamos de viaje, pues a pocos días del inicio de la temporada de vacaciones, hablamos de en qué está el turismo en Colombia, cuáles son los retos que enfrenta, pero al tiempo los inmensos problemas de masificación de los destinos, pérdida de la tranquilidad y la invasión de turistas que reciben los locales cada que llega una temporada de vacaciones. Hablaremos de los alquileres vacacionales temporales, de la gentrificación, de la influencia de la pandemia y de la búsqueda constante de la sociedad contemporánea por salir de la rutina.

Con el paso de la pandemia, el gasto en viajes se ha privilegiado, estar encerrados por seis meses y hasta un año, llevó a que el gasto en muchos de los hogares se concentrara en explorar nuevos destinos, viajar a los pueblos, descansar en las playas y encontrar mágicos alquileres vacacionales. Las últimas cifras en turismo demuestran que el turismo a nivel global se ha recuperado en un 87% a niveles prepandemia, pues entre enero y septiembre se movilizaron 975 millones de turistas, con una derrama económica de $1,4 billones de dólares y siendo Medio Oriente la única región que creció 20% a niveles previos de pandemia, mientras que Europa recibió 550 millones de turistas. La tendencia por los viajes no parece disminuir y cada verano u temporada de vacaciones las grandes ciudades y atractivos destinos se llenan de turistas.

Entre enero y octubre se estima que en el país hubo 4,6 millones de visitantes no residentes, esto representa un repunte del 29% frente al 2022 y se espera que, con la temporada de fin de año, el país alcance los 5,6 millones de viajeros, superando de lejos los 4,5 millones del 2019. Con el aumento en las cifras, que resultan positivas para la economía, los restaurantes, hoteles, alquileres, aerolíneas y agencias de viajes, viene también un turismo masificado que podría poner en riesgo la tranquilidad de los habitantes de algunas regiones.

En el mundo, antes de pandemia crecían los movimientos que llamaban a la turismofobia ante el hiperturismo en ciudades como Barcelona y Venecia. Hoy ya se toman medidas en contra de los alquileres vacacionales como Airnbn en Nueva York, Lisboa, Florencia y París por el efecto que ha generado en el costo de la vivienda; ha traído efectos en la gentrificación y cambios en los centros históricos. También hay medidas como las que adoptó Salento, en Quindío este año, la de restringir los buses con más de 30 turistas, ante el efecto que estos vehículos estaban teniendo en la movilidad. Con lo cual, el turismo se enfrenta a buscar el equilibrio entre el desarrollo económico que traen los viajeros y la tranquilidad que se le debe garantizar a los locales.

Lo que dicen los panelistas

Paula Cortés, presidente de Anato, planteó que tener conciencia es fundamental porque asegura, que el hiperturismo lo que ha generado es informalidad mayor en el país, “la informalidad en el turismo supera el 50% y eso ha generado toda esta masificación en algunos destinos; es importante la revisión de capacidad de carga de los destinos, como Salento u algunas otras zonas que cada vez tenemos que revisar más”. De hecho, dijo que la llegada de nuevos mandatarios será una oportunidad de oro para que alcaldes y gobernadores revisen y repiensen los destinos, además, de asegurar mejores condiciones económicas.

Detalló que en algunos destinos ha faltado planeación y cohesión, con lo cual, resalta que es importante trabajar con el gobierno nacional, “estamos tratando desde las agencias de viaje con ayuda del gobierno llegar a otros destinos turísticos, pero nosotros necesitamos ese apoyo”.

Laura Romero, miembro de la junta directiva de Acotur y cofundadora y líder de alianzas e impacto en Awake, una iniciativa de turismo desde la conservación y el bienestar de las comunidades locales, resaltó que una de las claves es ver cómo se lleva más demanda a destinos nuevos y que no se concentren en un solo lugar o en las grandes ciudades, ahí viene cómo hacemos que estos destinos tengan capacidades para atender una visión de sostenibilidad y al tiempo los viajeros vengan con conciencia”. Agregó que hay retos tremendos, porque a veces no hay sistemas de manejos de basuras, el tema de buenas prácticas que es retador, “hay proyectos increíbles, el país está yendo hacia allá y está lo que ocurre en términos de biodiversidad y cómo distribuimos en diferentes destinos”.

Para Clara Inés Sánchez, profesora de la Universidad Externado, consultora del BID, Doctora en Estudios Políticos, Máster en Políticas Culturales y Desarrollo, estamos en un turismo paradójico porque antes de pandemia la OMT tenía proyección de crecimiento altas y, “eso ya se había quedado corto ante los movimientos de flujos mundiales, llega pandemia, nos da de alguna manera con ciudades como Barcelona que reciben un respiro porque previo a pandemia ya se acuñó la turistificación y turismofobia porque muchos residentes locales estaban atentando físicamente contra turistas”.

Resaltó que tras la pandemia hubo grandes cambios en sectores como aerolíneas con el modelo de bajo costos, además, dijo que hay otros jugadores en medio de un sistema que ya no solo comprende al sector turístico, “ante el turismo masivo la OMT, los indicadores con los que se mide la carrera de quién va primero, quién es el que más recibe turistas, entonces es como una presión hacia qué hay que hacer para mantener los números y una ciudad como Barcelona cambia el modelo, ya no busca alcanzar un número de turistas, ellos gestionan el turismo, poner un límite en el crecimiento porque de éxito también se muere”.

Juan Carlos Flórez, exconcejal de Bogotá e historiador, planteó algunos ejemplos sobre lo que está ocurriendo con el turismo en ciudades como Bogotá, donde según cuenta, cada vez más hay turistas de la propia ciudad en el centro histórico de La Candelaria los fines de semana, “este turismo en el que personas de todas las generaciones, de todos los barrios, llegan al centro, señala que hay fenómenos nuevos que ocurren y eso llama atención de que no solo es reorientar, el tema es la concepción que tenemos de turismo”. Resaltó que la democratización del turismo llevó a la masificación y al contacto entre culturas, “permitió que millones de personas conocieran lo que antes solo se escuchaba o se veía en postales; esa fase de turismo o la de concentrado en pocos, debía ser superada porque es un privilegio insultante en un mundo en el que muchos querían viajar, pero esto de lo masivo ha llegado a un límite”.

De otro lado, dijo que problemas como los de Salento, también se vive en ciudades como Ámsterdam, y resalta que este es un asunto en el que se debe cambiar la delimitación del campo del turismo que debe pasar por la maduración del mercado.