Crónica: En la plaza de mercado de San Francisco con el general (r) Juvenal Díaz
El oficial hace campaña desde el 18 de enero cuando se dio a la tarea de recoger firmas para inscribirse como independiente para aspirar a la gobernación de Santander.
Crónica con el general Juvenal Díaz Mateus
Bucaramanga
Mario Vargas Llosa publicó su primera novela “La Ciudad y Los perros” en 1963, una obra que cuenta las vivencias de los estudiantes del colegio militar Leoncio Prado en Lima, Perú. Unos años después, ese libro cayó en manos de un joven de 18 años de La Paz, Santander. Era Juvenal Diaz Mateus. Su mamá, Ana Victoria Mateus, de 42 años había enviudado en el pueblo y la familia se trasladó a Bucaramanga.
Para la serie de crónicas de los candidatos que el domingo ya terminan la campaña, los reporteros de Caracol Radio acompañaron en la mañana del viernes pasado al ex comandante de la Cuarta Brigada a un recorrido por la plaza de mercado de San Francisco en Bucaramanga.
El candidato del movimiento significativo “Es Tiempo” cuenta con orgullo que siempre fue el primer puesto; desde la primera entrega de calificaciones en la escuela José María Córdova, en tiempos de cadete recluta hasta cuando obtuvo los soles de general. En la campaña de Díaz Mateus hay varios oficiales retirados. Hombres de alto perfil y gran experiencia como el coronel Luis Alfonso Velasco también de La Paz, Santander que ha estado en misiones en Oriente medio.
Pero en este relato de hombres, interviene una mujer que ha acompañado al general desde subteniente; es Victoria Eugenia Casallas Lozano, en cuyos planes no estaba un novio militar. De esa primera visita en el norte de Bogotá hay dos versiones.Una, que el oficial quedó “flechado” por Victoria y la de ella, que fue el teniente quien quedó prendado.
Enamorado, con novia, el candidato cuenta que, en esos años de guerra, en medio de frailejones y lagunas espectaculares en el páramo de Sumapaz, tuvo los primeros combates. En uno de ellos, el batallón Contraguerrillas Número 13, Cacique Timanco logró éxitos operacionales; como premio le comunicaron que iba a ser el curso de Ranger en Estados Unidos, pero primero debía certificar que dominaba el inglés.
Y así fue su vida; recia; de disciplina, como lo recuerda el coronel Velasco, jefe de seguridad de la campaña. El subteniente se empeñó en que tenía que llevarse a Victoria, entonces estudiante de Fonoaudiología a Estados Unidos contrariando a los suegros. Se casaron un 8 de agosto; a los 15 días estaban en la Fort Benning en Columbus, Georgia donde hizo gran amistad con otros oficiales colombianos como los generales Navas y Mantilla.
El matrimonio tiene dos hijas, Mariana de 29 años, ingeniería civil y Ana María de 20, estudiante de Derecho. El general Díaz Mateus cuenta la historia de tantas muchas operaciones en zonas de orden público, de la instrucción en escuelas de entrenamiento; de su experiencia como paracaidista; otra vez de los primeros puestos y con todo esto, de las 70 condecoraciones que reconocieron sus méritos.
Y llegó el momento de saber si tantos primeros puestos habían valido para el ascenso a general. Doña Victoria detalla paso a paso como vivieron esas horas de expectativa; además de tristeza pues sabían que los soles no alcanzaban para tanto amigo de la milicia que también los merecía.
En el ámbito castrense se daban por descontado que Díaz Mateus iba a ser comandante del Ejército, pero ganó Petro y no le dieron cargo. Cuenta que estaba en Montería, donde se vio con el presidente y con el entonces director del Dapre, Mauricio Lizcano. ¿Y qué pasaba con doña Victoria en aquel momento?
El general dice que con el llamado a calificar servicios tuvo la idea de seguir en la vida pública. Esa otra historia, ya con el Everfit, comenzó el 18 de enero pasado. Recogió firmas y empezó a recorrer el departamento, hablando de seguridad. Hay una canción que une al matrimonio Diaz Casallas, o en realidad dos, “No renunciaré” y “El Camino de la Vida”.“Totoya”, la esposa del candidato dice que si ganan el domingo, tendrá que tomar una decisión dura; renunciar al ejército, a su puesto en las Fuerzas Militares para estar en Santander.
En esta ultima semana, el general traerá a Henao, un soldado de apenas un metro con 30 centímetros al que le dio la oportunidad de prestar el servicio cuando todos los rechazaban en la Cuarta Brigada. El recorrido está llegando a su fin; el general dice que contrario a lo que le reprochaban en algunos debates, sí conoce otros ámbitos más allá de los relacionados con la seguridad.
Han sido casi 10 meses de campaña. Victoria, la esposa del general que enfrentó tantos momentos tristes como cuando morían soldados y debía comunicar este tipo de mensajes a las familias de las víctimas, desfallece en medio de la charla. Llora al recordar los ataques en contra de su esposo.
El recorrido está por llegar al final; la hija del mayor, la esposa del general; la mujer que anda pendiente de la agenda de campaña reflexiona sobre lo que podría ser su esposo, la leyenda en el Ejército, ahora como civil si triunfa en las urnas y queda de primero como ha sido la constante en su vida.