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La historia del líder de uno de los semilleros del futbol Bogotano

El profe “Deiber” ha tenido la oportunidad de viajar a Argentina y formarse como entrenador. Un ejemplo de perseverancia y dedicación.

Entrenamiento de Fútbol

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Colombia es un País “futbolero” y como tal cuenta con una gran cantidad de escuelas de formación, muchas de ellas quedan en Bogotá, la capital del país.

Es en medio de el trabajo que hacen estas es cuelas de futbol que aparecen las historias; relatos de vidas que se convierten en ejemplo, de jornadas que se convierten en momentos inolvidables y de personas que se vuelven inspiración. Deiber Miranda es uno de esos ejemplos.

El “Profe Deiber”, como le dicen sus jugadores, es oriundo de la ciudad de Fusagasugá donde inicio sus actividades de director técnico, luego de un año, se logró vincular al Club Lanús en Colombia y allí comenzar un trabajo intenso con categorías básicas durante 8 años.

Por su excelente desempeño el presidente del Club Atlético Lanús, Albert Ortiz García, le brindó la oportunidad de viajar a Buenos Aires y trabajar directamente con el equipo profesional en sus procesos formativos, donde pudo compartir con figuras de renombre como eran los mellizos Gustavo y Guillermo Barros Eschelotto, en ese momento técnicos del equipo profesional.

El profe se ha convertido en un ejemplo para sus estudiantes y en la academia Iguarán Futbol Club, en su categoría 2009, se ha podido destara desde el año 1999 donde fue seleccionada como una de las 10 mejores escuelas de futbol de Bogotá y siempre salen jugadores destacados para el futbol base capitalino, como es el caso de Said Ayala quien con sus 11 años y luego de pasar las pruebas correspondientes, fue ascendido de categoría, codeándose con muchachos que a veces lo doblan en estatura, pero no en espíritu y talento.

Todos los integrantes de la escuela de futbol cuentan con un amigo, excelente persona y gran director técnico, asi lo afirman los padres que acompañan a sus hijos a los entrenamientos y partidos de campeonato, sacrificando mucho de su tiempo por verlos progresar. Después de todo, “Muchos son los llamados y pocos los escogidos” .