Especiales

Conectividad en Colombia: mucho más que una licitación

El vicepresidente de 5G Américas, José Otero, advierte la urgencia de una política de telecomunicaciones que se proponga mucho más que solo subastar espectro.

Cortesía : Shutterstock

Cortesía : Shutterstock

Colombia

José Felipe Otero es uno de los gurú mas respetados en las telecomunicaciones latinoamericanas. Consultor experimentado y vicepresidente del gremio de las “telcos” en este lado del mundo, conoce en profundidad los problemas que más duelen en Colombia y en la región en materia de conectividad y tecnologías. El experto explica en esta entrevista exclusiva, el futuro del negocio de las telecomunicaciones y los retos que tendría que resolver el gobierno colombiano si quiere cumplir su promesa de cerrar la brecha digital.

PREGUNTA: Movistar y Tigo acaban de anunciar que compartirán sus redes y sus capacidades de espectro. ¿Cuál es la experiencia de este modelo en otros países?

JOSÉ OTERO: La compartición de infraestructura existe en el mercado desde hace muchos años. Hay regiones en donde no hace sentido tener dos redes ofreciendo el mismo servicio porque no van a obtener un retorno de inversión positivo dentro de un periodo de tiempo apropiado. Generalmente se trata de regiones remotas con baja densidad poblacional y con poder adquisitivo limitado. Este esquema ya viene funcionando en algunos países, y lo vemos en regiones de la Amazonía brasileña, en Chile en la región del desierto de Atacama en el norte y en la parte glacial en el sur, donde solamente existe una red utilizada por distintos operadores; y recientemente también en Perú, en zonas rurales. Hay hasta gobiernos que han impulsado este tipo de iniciativas. En los próximos años tendremos un crecimiento exponencial en los despliegues de infraestructuras de telecomunicaciones y será necesaria una cantidad muchísimo mayor de antenas cubriendo el espectro con frecuencias bajas.

PREGUNTA: ¿Este modelo no tiene utilidad en las grandes ciudades y en las zonas urbanas?

JOSÉ OTERO: Depende del crecimiento que tengan los operadores. Hay que considerar que la cobertura que se tiene en este momento en Bogotá o en Cali no necesariamente será la misma dentro de cinco o diez años. Recordemos que en los próximos años se dará comienzo a la asignación de bandas medias y altas en casi todos los mercados. Si se quiere cubrir un área bastante plana se necesitará hasta cuatro veces la infraestructura actual con las bandas que van desde 850 hasta 2.500 megahercios. Ten en cuenta que las bandas que se están explorando para ofrecer servicio móvil, e incluso algunas de las frecuencias que ya han sido asignadas en América Latina, son de 28 gigahercios o de 32 o 42 gigahercios. Es decir, tendremos un crecimiento exponencial y llegará el momento en el que, dada la gran cantidad de estaciones bases necesarias, hará sentido compartir infraestructura en las ciudades. Así que este anuncio de Movistar y Tigo en Colombia no es una anomalía, sino el inicio de algo que con el paso de los años será muy común. Lo vemos actualmente en España y en el Reino Unido.

PREGUNTA: ¿Hasta dónde podrían llegar estas sinergias entre operadores de telecomunicaciones? ¿Podría ser la antesala de fusiones corporativas?

JOSÉ OTERO: No. Esto es un acuerdo comercial. En Brasil y en Chile tienes a todos los actores participando en este tipo de acuerdos desde hace años y eso no implica que vamos a ver fusiones. El objetivo es ahorrar, reducir costos. Anteriormente se hacía una compartición de infraestructura no activa, es decir, con alcance limitado, y ahora es algo que va muchísimo más allá y responde a una necesidad imperiosa. Te pongo un ejemplo: En el Valle del Cauca una antena de 700 MHz dará una cobertura geográfica, desde el centro de la antena, en un círculo de entre diez y doce kilómetros, en un servicio 3,5 G. Para tener esa misma cobertura en 5G, se necesitarán, fácilmente, entre cinco y diez antenas, porque la elongación de onda es menor y eso significa que cada antena cubrirá menos territorio.

Con bandas milimétricas, en un centro comercial típico de los que hay en Bogotá, podrían necesitarse unas 50 o 100 antenitas, que son del tamaño, más o menos, de una moneda de mil pesos. Cada antenita de esas va a tener una conexión interna a un backhaul, que lleva la conexión a la red central. ¿Tiene sentido que cada operador instale esa cantidad de antenas en un centro comercial? Claramente será más eficiente compartir infraestructuras.

José Otero, Vicepresidente de 5G Américas

PREGUNTA: ¿Cree que logrará el gobierno colombiano su objetivo de elevar la conectividad al 85 por ciento, como ha anunciado el presidente Petro?

JOSÉ OTERO: Primero definamos esa conectividad. Porque si estamos hablando de conectividad como sinónimo de cobertura, pienso que sí. Pero si entendemos conectividad como la capacidad que tiene el usuario para acceder a esas nuevas redes, el problema no es solo de infraestructura ni de cobertura, sino del poder adquisitivo de la población, así como de la disponibilidad de teléfonos que les permitan conectarse, y de su capacidad para comprarlos. Esto último es un gran impedimento para una importante cantidad de colombianos; estamos hablando de más de una tercera parte de la población.

PREGUNTA: MinTic anunció que el 20 de diciembre próximo se adjudicará el espectro para 5G. ¿Es realista ese calendario?

JOSÉ OTERO: Depende de cuánto trabajo se haya adelantado al interior del ministerio. El Gobierno, cuando asumió el 7 de agosto pasado, anunció como fecha inicial el mes de diciembre de 2022. Luego se pospuso para marzo y ahora se anuncia diciembre de 2023. Yo infiero que, durante todo este periodo se avanzó en el trabajo preparatorio de la subasta. Hay muchísimos elementos que ya han sido cubiertos, por ejemplo, el enfoque de la subasta. Sabemos que será una subasta de 90 por ciento para compromiso de infraestructura y diez por ciento para recaudación directa; entonces toda esa parte que hace tres meses no estaba muy clara, ahora lo está.

PREGUNTA: Llama la atención que el gobierno de Gustavo Petro decida entregar espectro a cambio de despliegues de infraestructura en lugar de dinero contante y sonante. De hecho, ese enfoque es el mismo que aplicó Jair Bolsonaro en Brasil hace poco.

JOSÉ OTERO: Es más un asunto de pragmatismo. Hay un caso paradigmático. En México, todos los comisionados que han pasado por el Instituto Federal de Telecomunicaciones desde que se creó en el 2013 hasta el presente han dicho que los precios que se cobran en México por espectro radioeléctricos son muy altos. Movistar decidió devolver todos sus activos de concesiones de espectros radioeléctrico porque representaban casi un 40 por ciento de sus ingresos anuales. Entonces, es imposible crecer en un mercado cuando tienes esa carga en costos de operación. Otro operador, AT&T también decidió devolver porciones del espectro por la misma razón. La consecuencia del alto costo del espectro es que hoy, después de que se anunció la duodécima subasta organizada por el Instituto Federal de Telecomunicaciones para entregar a los operadores espectro para 5G, de los cuatro operadores que podrían participar solamente uno confirmó que lo hará. Los otros tres ya anunciaron que no se presentarán a la subasta.

PREGUNTA: ¿No es lógico que gobiernos que se autoproclaman de centro izquierda, establezcan cobros más fuertes al sector privado?

JOSÉ OTERO: No es un tema de centro, izquierda o derecha, sino un tema de desconocimiento de la importancia que tienen las tecnologías para el desarrollo de un país y para impulsar el crecimiento económico. El problema no radica en si entregas espectro a cambio de dinero o a cambio de instalación de antenas y redes. En América Latina hemos tenido la desgracia de tener numerosos gobernantes en casi todos los países, que desconocen cuál es la importancia o cuál es el impacto que tienen las tecnologías de información y comunicaciones en la economía. Ese es el problema.

No es sorpresa que en muchos de estos países la agencia o la entidad de gobierno menos importante sea la de telecomunicaciones. Y tenemos casos en los que el ente regulador de un país puede estar acéfalo, sin director o directora durante meses, e incluso años.

En la subasta que hubo hace poco en Perú, donde ya no había un enfoque recaudatorio, sino un proceso centrado en infraestructura a cambio de espectro, un operador anunció que las zonas que le encargaron conectar le resultarían muy costosas, porque no hay infraestructura civil, o sea, no hay calles pavimentadas, ni electricidad, ni población con capacidad de pago.

PREGUNTA: Allí llegamos al tema de que la cobertura no es lo único que un país como Colombia necesita.

JOSÉ OTERO: Nuevamente definamos qué cosa es conectividad. Si vamos a limitar conectividad a cobertura, entonces Colombia ya tiene una cobertura del cien por ciento, si incluimos los servicios satelitales. Starlink, la empresa de Elon Musk, también empieza a ofrecer servicios en Colombia, pero cuando estás dando un modem a más de dos millones de pesos y una tarifa mensual de más de medio millón de pesos, eso no te va a servir de mucho para reducir la brecha digital. Cobertura tienes en cualquier parte de Colombia mediante satélite, pero una cobertura que sea accesible a todos los colombianos es responsabilidad conjunta del sector público y del sector privado, y un tema en el que se debería consultar tanto a la sociedad civil como a la academia.

Digamoslo de esta manera: si una persona no tiene las oportunidades para trabajar y salir de la pobreza, no va a tener las oportunidades para comprar un teléfono y conectarse. Las brechas digitales no son un problema solamente de disponibilidad de telecomunicaciones. Una de las barreras de entrada más importantes que enfrentan los colombianos para acceder a las tecnologías de información y comunicaciones es la pobreza.

Mientras estamos hablando de 5G, satélites y fibra óptica, en La Guajira los niños están muriendo de hambre. Hay que empezar a dimensionar cuáles son los problemas. Y también hay que entender que es muy difícil desde Bogotá, desde la Plaza de Bolívar, encontrar las soluciones que las regiones necesitan.

PREGUNTA: Considerando que la cobertura es solo uno de los ingredientes de la ecuación, como acabas de señalar, cabe la pregunta: ¿Realmente Colombia necesita ahora 5G?

JOSÉ OTERO: Depende de dónde se mire. Si hablamos de las zonas agrícolas, en este momento no se requiere. Pero hay industrias que están totalmente enfocadas en la exportación y el comercio exterior, por ejemplo, de maquinaria y equipos de alta gama, y ellas lo necesitan en el corto plazo. También hay lugares en donde el gran beneficio de la quinta generación es una reducción importante en el costo del tráfico de datos. La caída, dependiendo de la versión de 5G que se implemente, puede llegar hasta un 80 por ciento. Eso significa que aplicaciones datacéntricas que podrían ser utilizadas por el sector empresarial, por el gobierno y por las universidades, se vuelven asequibles.

Ahora, cuando hablamos de quinta generación, necesitaremos también la parte logística y los terminales. Todavía estamos en un periodo de escasez mundial de microprocesadores y el precio de los dispositivos que se pueden conectar a redes 5G es alto. Estamos en Colombia, el único país latinoamericano donde no se permiten contratos de permanencia, y por lo tanto los operadores no pueden subsidiar los teléfonos, como se hacía antes. La mayoría de los colombianos tienen teléfonos de 300.00 y 400.000 pesos, eso es menos de cien dólares. Pero los teléfonos 5G más baratos que están llegando a algunos mercados de América Latina están en 180 dólares; o sea que la gran mayoría de los colombianos no podrán pagar uno de esos.

PREGUNTA: Entonces, un sector del país necesita 5G y otro no…

JOSÉ OTERO: Entre un 25 y un 30 por ciento de las líneas activas en Colombia utilizan teléfonos que no se pueden conectar a una red de 4G porque pertenecen a tecnologías anteriores. Entonces, no se trata de “todo o nada”, sino que podríamos ir de forma escalonada, cubriendo las zonas que se pueden beneficiar de 5G de manera inmediata y luego, según como el mercado se desarrolle, vamos expandiendo en otras áreas. Esto no impide que, en aquellas zonas remotas que necesitan cobertura, que esa cobertura se pueda hacer con una generación anterior, con 4G, en donde bastan teléfonos de 50 dólares que garantizan velocidades de más de 100 Mbps.

El siguiente artículo se está cargando

Escucha la radioen directo

Caracol Radio
Directo

Tu contenido empezará después de la publicidad

Programación

Ciudades

Elige una ciudad

Compartir

Más acciones

Suscríbete

Tu contenido empezará después de la publicidad