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Monseñor Rubén Jaramillo: “Bandas en Buenaventura renovaron el pacto para detener la violencia”

El obispo de Buenaventura contó detalles en 6AM sobre el nuevo acuerdo al que llegaron los Shottas y Espartanos para frenar la ola de violencia que azota a los habitantes del puerto desde hace más de dos años

El ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, aseguró que serán 2.400 miembros de la Policía , la Armada y el Ejército , los encargados de la intervención militar y de seguridad en la ciudad de Buenaventura, Valle del Cauca. / Mindefensa

Desde diciembre de 2020, los habitantes de Buenaventura, Valle del Cauca, ha padecido una nueva ola de violencia por cuenta de la disputa territorial entre las bandas delincuenciales conocidas como los Shottas y Espartanos.

Los enfrentamientos de estos grupos armados por el control de las rentas ilegales ha ocasionado el desplazamiento de miles de familias en barrios como Pampalinda, Juan XXIII y San Francisco, en algunas de las zonas más deprimidas del puerto más grande sobre el Pacífico.

Sin embargo, tanto los Shottas como los Espartanos han manifestado su deseo de hacer parte de los grupos armados que se cobijan a la política de Paz Total de Gustavo Petro, por lo que han establecido algunas treguas que se han evidenciado en el número de víctimas en el distrito portuario.

Obispo de Buenaventura

Este viernes 28 de abril, el obispo de Buenaventura, monseñor Rubén Jaramillo, contó detalles en 6AM HOY por HOY de Caracol Radio, de más reciente acuerdo al que llegaron estas bandas delincuenciales y los impactos que se espera tenga en la población.

“Se ha renovado el pacto que han hecho estas bandas delincuenciales para parar esta ola de violencia que teníamos, de muertes y disparos, que teníamos en la ciudad, creando nuevamente tenemos. Esta vez se habló con los cabecillas de estos grupos quienes se comprometieron”, contó monseñor Jaramillo.

En ese sentido, señaló que estos acuerdos han permitido que se registre un descenso en los homicidios en los últimos siete meses en el puerto más grande de Colombia sobre el Pacífico.

Por otra parte, explicó que este proceso ha estado acompañado por el Gobierno nacional, en especial por la Oficina del Alto Comisionado para la Paz, y ha contado con el apoyo de la iglesia, que ha fungido como garante y facilitadora.

Cobijar el proceso

“Ahora queremos que se unan muchas instituciones del Estado en varios niveles, que antes no estaban, como los empresarios, las agencias internacionales para apoyarlo para cobijar este proceso para que logre ser más duradero y más fortalecido”, indicó el obispo de Buenaventura.

Por otra parte, aclaró que la comunidad está esperando la Ley de sometimiento, considerada como el marco jurídico a través del cual se establecen las mejores condiciones a los grupos armados.

Al tiempo, que señaló que es fundamental adoptar un trabajo social con las bases de los Shottas y Espartanos y los jóvenes de Buenaventura, en los que se contemplan capacitaciones en varias áreas de las que han manifestado interés de formarse.

“La fuente del problema es la falta de oportunidades y es por ahí por donde vamos a poder avanzar en este proceso. Sabemos que hay temas gruesos de narcotráfico y otro tipo de delitos conexos que tienen una mirada casi internacional y que no dependen solo del Estado colombiano. Es importante trabajarle por varias partes”, indicó monseñor Rubén Jaramillo.

Shottas y Espartanos

Por último, explicó que los Shottas y Espartanos son bandas delincuenciales que tienen influencia sobre la zona urbana y controlan los sectores por los que sale la droga y cobran una especie de peaje por la mercancía ilícita que pasa por este puerto.

Asimismo, indicó que son responsables de delitos como robos, extorsiones y asesinatos que han tenido un profundo impacto en la comunidad, además de provocar desplazamientos internos.

“Es mejor tratar de hacer algo a tratar de quedarnos con las manos cruzadas, o salir corriendo o agachar la cabeza. Es mejor equivocarse haciendo que no equivocarse por no hacer nada”, concluyó el obispo de Buenaventura frente a la idea de insistir en buscar una salida dialogada de este conflicto.