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“Trabajar con poco y soñar en grande”: Diego Fernando Tarazona

Un ingeniero electrónico trabaja en un campus virtual 5.0 para la formación de programadores en la Zona Franca de Santander.

Personaje de la Semana con Diego Fernando Tarazona

Bucaramanga

Alguien de la familia le dijo que la electónica iba a cambiar el mundo. Fue una aseveración pertinente porque en ese momento, había terminado el bachillerato y no sabía que iba a estudiar. Decidió estudiar entonces esa carrera en las Unidades Tecnológicas de Santander, UTS donde conoció a Deiby y Fabián, sus grandes amigos. Hoy, Diego Fernando Tarazona Pinzón cree que esa sugerencia definió gran parte de su vida y de su éxito profesional.

En el primer domingo de noviembre, el invitado es este ingeniero electrónico; un emprendedor empeñado en la creación de un campus 5.0 en la Zona Franca de Servicios de Santander. Se formarán programadores pues el mundo hoy necesita a personas en este tipo de competencias. Los estudiantes recibirán lecciones de programación; inglés y liderazgo, es decir se trabajará en habilidades blandas y duras. Los aspirantes tienen que tener una gran actitud; nociones de lógica matemática y en especial, disciplina.

No es una idea nueva pues hay espacios de este tipo en España donde se encuentra Campus 42. También en Francia y Silicon Valley. “El objetivo es construir un nuevo estrato social digital cuyo ingreso per cápita sea de entre U$ 2 mil y U$ 5 mil cuya base sea en un 80% de personas de la base más vulnerable de la población”, asegura.

El invitado este domingo es hijo único de una familia humilde del barrio Manuela Beltrán, en el sur de Bucaramanga. Estudió primaria en la escuela Yira Castro del sector. Presentó pruebas para hacer el bachillerato en el Inem, pero no logró. Quedó como alternativa un colegio Adventista donde vio por primera vez un computador.

Diego Tarazona menciona a otra persona que ha sido fundamental en su formación, Mauricio Briñez Rodríguez, fundador de la empresa Essi que fabrica maquinaria para el sector de alimentos y en especial para la industria láctea. Empezó a trabajar en la parte operativa y luego recibió el encargo de abrir mercados, es decir incursionar en la parte comercial. En esa misiónm, llegó a varios países del América y hasta la India.

En el Personaje de la Semana recuerda que empezó junto a Andrés Lizarazo, un joven de 21 años, ingeniero electrónico a generar emprendimientos en el mundo digital. Tuvieron dos ideas antes de lograr el éxito. El primer fracaso ocurrió a los 30 días; el otro a los 9 meses, pero no se entregaron. Cuando cuajó una buena idea, un CMR, un módulo que administra y gestiona las relaciones entre los clientes y una empresa, lograron el apoyo de ángeles inversionistas de Argentina.