La fotografía que mantiene la tradición en el Parque Santander
Detrás del lente la historia de quienes logran los mejores registros
Bogotá
La tradición que rodea el parque Santander esta marcada por fotógrafos de tradición que pese a los años mantienen sus viejas cámaras fotográficas donde guardan los mejores recuerdos del corazón de Cúcuta, como se le conoce a este espacio ubicado en el centro de la ciudad.
Estos hombres a quienes no se les notan los años, pero que han sido guardianes de los primeros, segundo, terceros y planos generales han logrado rodear de recuerdos a quienes han llegado a levantar su registro al lado de la imponente estatua del libertador, de las palomas que son los animales que rodean ese espacio o de las pocas gitanas que conservan la tradición y que también se aventuran a leer el futuro.
Llevar una foto del espacio abierto, de un momento, instante o de un núcleo familiar que atraviesa el lugar hace parte de ese trabajo juicioso, serio y muy responsable que hacen estos hombres que, con su oficio, traducido en arte han logrado los mejores registros para quienes gustosos cancelan ese instante que se convierte en un momento para la eternidad.
Sardiel Ramírez, presidente de la Asociación de fotógrafos, nos trae a la memoria el tiempo que ha pasado, “han sido muchos años acá, historias que no se terminan de contar, hechos significativos en la vida de una persona y que con nuestras cámaras y ojos intentamos captar la alegría que produce un recuerdo grato, un hecho significativo en la vida de alguien, y que estamos detrás de los protagonistas”.
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“Vivir para contarlo como dice alguien por allí, es la gratitud que pese a la tecnología nosotros seguimos vivos, con quienes no se deciden a abandonar u desconocer nuestro oficio, sino que se apoyan en nosotros para estar presentes acá en el parque y poder contar una historia a través de nuestra fotografía” dijo.
Él es uno de los tantos hombres que madruga a conquistar un cliente, sus herramientas están en la experiencia, en la cámara que cuida con sigilo y en el amor por el oficio que no ha abandonado, sino que por el contrario pese a la modernidad siempre tiene algo o por descubrir en su lente.