Un salvavidas para el amenazado bosque andino
Los bosques andinos, al estar por debajo de los sub páramo,s son ecosistemas que albergan altas cantidades de agua que alimentan ríos y quebradas.
Pero al estar ubicados en la región andina casi se han extinguido ya que el avance económico, social e industrial se ha centrado en esta zona. Ante este panorama, el Programa de las Naciones Unidas, PNUD en Colombia y la Fundación Natura aunaron esfuerzos para restaurar este tipo de bosque que ha sufrido degradación por causa de la deforestación histórica que ha vivido especialmente el interior del país.
Especialmente, estos bosques han visto transformado su paisaje por la ganadería, los cultivos de papa y la producción de calizas en estas zonas lo que ha puesto en jaque junto a cientos de especies de flora y fauna que tenían en estas coberturas forestales su hábitat y fuente de alimento.
Esta iniciativa se da en la Reserva Biológica Encenillo ubicada en Guasca, Cundinamarca, en el área de amortización del parque Nacional Natural Chingaza, allí estas dos organizaciones iniciaron un proceso de reforestación de al menos 40 hectáreas en el marco del programa de restauración ecológica del ecosistema altoandino de la cordillera oriental colombiana con el propósito de aumentar la oferta de hábitat a la fauna refugiada en el bosque maduro de la reserva y con ello fortalecer los procesos de conservación de la biodiversidad.
Durante cinco años se reforestará esta reserva localizada entre los 2.500 y 3.200 metros de altura con 8.000 árboles nativos como chilcos (Baccharis spp), duraznillos (Abatia parviflora), laureles (Morella spp), arrayanes (Myrcianthes spp) y mortiños (Hesperomeles spp).
Esta reserva está en medio de dos cuencas de gran importancia para Cundinamarca: la del río Teusacá y Siecha, ambos son cuerpos de agua que llegan al río Bogotá. Así mismo, este sitio regula el ciclo del agua, y de esta reserva se alimentan los acueductos de Guasca, la Calera y Sopó y varios veredales de la región.
“La reserva también tiene un efecto muy importante en la comunidad porque se ha convertido en esa zona de bosque con una serie de senderos interpretativos y nosotros gestionamos acciones de educación y comunicación ambiental que genera un espacio para que la población encuentre en la reserva un espacio distinto, mucho más después del tiempo de pandemia”, sostiene Clara Solano, directora de la Fundación Natura.
Con este salvavidas, que lanzan a este tipo de bosque estas dos organizaciones, anhelan que estos corredores de conservación que protegen las zonas altas del río Teusacá y Siecha que son los que riegan valles altamente productivos de Cundinamarca de municipios como La Calera, Sopo, Guasca y Guatavita. Por lo que el que este bosque se mantenga en pie es pieza clave para el mantenimiento de las poblaciones que viven de la actividad agropecuaria e industrial de la región.
Además, esta iniciativa contribuye a la meta del Gobierno Nacional de sembrar 180 millones de árboles en el país. ”Es una gran apuesta de PNUD Colombia para aportar a los objetivos que tiene el país en términos medioambientales con la siembra de árboles para la restauración de los bosques. También queremos aportar a la agenda climática, ya que esta es la década de las Naciones Unidas para la restauración del ecosistema”, dijo Sara Ferrer, representante de PNUD en Colombia.
Finalmente, Solano detalla que junto a PNUD con esta labor envían un mensaje a la sociedad acerca que además de la conservación es necesario frenar la degradación y restaurar los ecosistemas como el bosque andino.