Funcionarios sin reserva

Mientras el fiscal Barbosa y el contralor Córdoba niegan que se fueron de paseo a San Andrés, la historia reciente demuestra que para ser ser funcionario en Colombia no basta con tener vocación de servicio, se necesita tener vocación de servicio a la habitación del hotel.

Hay que admitir que en Colombia hemos tenido peores usos de los recursos públicos cuando se trata de empleados esatatales con ganas de viajar. El anterior contralor del Guaviare era una perla que ni el fiscal ni el contralor general se encontrarían en el mar de los siete colores.

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El que piensa que nada debe, nada en el mar de Cancún... o de Panamá como hizo el excontralor de Boyacá, Pablo Augusto Gutiérrez, junto a un montón de gente.

Propongo que bauticemos alguna playa con el nombre de Últimas consecuencias, así los entes de control cumplirían siempre su promesa de ir hasta las últimas consecuencias. Otros grandes viajeros son los magistrados de las Cortes, cómo olvidar a Ruth Marina Díaz que fue presidenta de la Suprema y además de pasear toda Europa se llevó un expediente a un crucero. Tal vez por eso le decían Ruth Marinera.

Volvamos a lo local. En este otro caso se podría decir que usar mal la plata del sistema de salud es también un paseo de la muerte: en el hospital de Jamundí organizaron un paseo a Punta Cana con recursos públicos.

Año uno D. B. (Después de Barbosa)

Si la pandemia ha golpeado muy duro al turismo, tranquilos que ahí están los alcaldes listos para reactivar ese sector. El exalcalde de Armenia, Óscar Castellanos, conoció Turquía el año pasado. Seguro tomó un vuelo de Lagarti-Air. Y el exalcalde de Facatativá Pablo Malo, conoció Dubai en 2018.

El otro género de viajes inapropiados es el de la familia que se pega al viaje de trabajo con amigos. Justamente como el del fiscal Barbosa, que para hacerle allanamiento a la cueva de Morgan no solo llevó a toda su familia sino a una amiga de su hija en plena pandemia.

En esa categoría entran dos historias: un vuelo de los hijos de Fabio Valencia Cossio cuando fue ministro del Interior y otro en helicóptero de un hijo de Juan Manuel Santos cuando este último era ministro de Defensa. No podía faltar la historia del Panaca Force One en el gobierno Duque.

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Y no me olvidé del turismo parlamentario. Es solo que los congresistas están fuera de concurso. Ojalá el próximo paseo de la Fiscalía sea al mar de dudas que baña al Ejército luego de conocer varias denuncias sobre abusos sexuales y chuzadas.