El Fútbol en Bogotá para la formación de niños y Jóvenes
Visitamos la academia de Arnoldo Iguarán y allí conocimos mas del amor por el futbol que profesan los niños y jóvenes de Bogotá.

Escuela de formación deportiva / Cortesia
Llegar a ser un futbolista profesional, está casi que, en todas las ilusiones de los niños en el país, muchos logran llegar bastante lejos y otros ven en este deporte una forma de salir de la cotidianidad y encontrar un espacio de formación y crecimiento, siempre corriendo tras un balón.
Para ver como es una jornada de Domingo, como se forman estos niños y en especial como se divierten, fuimos a conocer una de las escuelas mas reconocidas en la capital. Llegamos a la sede ubicada en El salitre de Iguarán FC (si, el mítico jugador colombiano de los 80 y 90) y allí comenzó nuestra mañana de Domingo.
“Pásela, pásela”, gritan unos; “corramos hasta el fondo, métele, Juancho”, grita un profesor; se siente el ánimo en las tribunas improvisadas con maletas, ocupadas por algunos papás y muchas risas y una que otra rabieta, es lo que se ve en las jornadas deportivas de una escuela de formación.
En medio del grupo de niños, Said Ayala Rozo de 10 años se destaca, corre, busca el balón, lucha; son sus guayos color naranja los que se ven recorrer la cancha del entrenamiento, con el número 22 a la espalda es sin duda una muestra de talento y de amor por el deporte, de un niño que piensa llegar lejos.
El “profe” Diego Briceño nos atendió y nos contó primero lo que buscan estas escuelas de formación, como Iguarán FC que durante más de 30 años ha estado a la cabeza de la recreación y el aprendizaje deportivo de los niños:
“Acá le apostamos al desarrollo de los niños por medio del futbol y creemos en la importancia del deporte para el desarrollo del ser, por que no solo se mejoren las habilidades físicas, sino que también se trabajan los valores, el trabajo el equipo y buscamos formar niños felices que se gocen el deporte”. Nos contó.
Mientras hablábamos, Jorge un niño fuerte y enérgico fue a “pelear” un balón (como se le denomina en el fútbol a la lucha por quedarse con la pelota) y en medio de la refriega, golpeó a Manuel, uno de los profesores detuvo el juego y el llamó la atención de forma enérgica pero respetuosa a Jorge y lo hizo recapacitar, el niño, apenado, le pidió disculpas a su compañero y entre gritos de apoyo de los padres y uno que otro chiflido, regresó al campo de juego.
El profe, muy amable, nos explicó también lo que viene pasando con los niños en esta época, después de los encierros por cuenta del Covid 19:
“El sedentarismo que hoy en día afectan a los niños por cuenta de la tecnología y en tiempos de pospandemia es algo que queremos combatir en las escuelas deportivas, en estos espacios en donde se puede interactuar con otras personas y como no es un espacio académico ellos (los niños) se pueden sentir mas relajados y en otro ambiente que les permite ser felices”. Explicó.
El mensaje del profe Diego es muy claro para los papás de los niños que llevan a los niños a los espacios deportivos en la ciudad y que los inscriben, en muchos casos buscando un mejor futuro para ellos:
“La escuela de futbol no puede ser un espacio de sueños frustrados (de los papás), es un espacio en donde el niño va a mejorar y eso debe ser una constante en el deporte en general, si un niño no se divierte no va a conseguir nada”.
Escuelas de formación deportiva, como la que lleva el nombre del gran delantero colombiano, son una muestra de lo que pueden hacer los padres de familia con sus hijos en una época, después de pandemia, con muchas incertidumbres y dudas, pero también una época de renacer y de permitir que los niños puedan aprender, ejercitarse y (porque no) labrarse un futuro.