Guerra nuclear: así colapsaría la producción de alimentos en todo el mundo, según científicos
Un estudio advierte que una guerra atómica podría acabar con hasta el 87% del maíz mundial y provocar una hambruna global. Expertos piden preparar “kits de resiliencia agrícola”.
Guerra Nuclear, escenarios posibles / celafon
Un nuevo estudio liderado por científicos de la Universidad Estatal de Pensilvania (Penn State) encendió las alarmas sobre lo que podría ocurrir si el mundo se enfrentara a un escenario de guerra nuclear: un colapso casi total de la agricultura global que dejaría a millones de personas sin alimentos.
La investigación no se basa en hipótesis extremas, sino en simulaciones detalladas de cómo los efectos climáticos posteriores a una guerra nuclear afectarían el cultivo más importante del mundo: el maíz.
Así sería el inicio del fin
Según el equipo de investigación, un conflicto nuclear de gran escala, que libere unas 165 toneladas de hollín a la atmósfera debido a incendios masivos, provocaría un fenómeno conocido como invierno nuclear, en el que la luz solar quedaría bloqueada y las temperaturas globales caerían drásticamente.
En ese panorama, el rendimiento de las cosechas de maíz caería en un 80%, y si se suman los daños causados por la radiación UV-B ,que aumentaría debido a la destrucción de la capa de ozono, la pérdida podría llegar hasta el 87%.
El estudio, publicado en la revista Environmental Research Letters, utilizó un avanzado sistema de simulación agrícola conocido como Cycles, capaz de modelar el comportamiento de los cultivos en condiciones extremas, teniendo en cuenta factores como el carbono y el nitrógeno del suelo, la atmósfera y la temperatura.
Un escenario con impactos globales
Aunque el maíz fue el cultivo elegido por su importancia global, los investigadores advierten que los efectos serían similares en otros alimentos básicos como el trigo, el arroz o la soya. En palabras del profesor Yuning Shi, uno de los autores principales del estudio, “una reducción del 7% ya sería suficiente para desestabilizar el mercado alimentario global; una del 87% significaría una crisis humanitaria de proporciones nunca vistas”.
Y no se trata solo de una guerra mundial. Incluso un conflicto nuclear regional, como el que podría darse entre países como India y Pakistán, tendría consecuencias serias. En ese caso, con una emisión de 5,5 toneladas de hollín, el maíz mundial bajaría un 7%.
¿Qué hacer ante una guerra nuclear?
Ante este panorama, los investigadores proponen una solución concreta: kits de resiliencia agrícola. Se trata de paquetes de semillas diseñadas para sobrevivir en condiciones frías, con ciclos de crecimiento cortos, que podrían sembrarse inmediatamente después del desastre para garantizar un mínimo de producción de alimentos.
“Estos kits deben contener variedades adaptadas al clima y al suelo de cada región. Deberían estar almacenados y listos para ser distribuidos rápidamente en caso de catástrofe”, explicó Armen Kemanian, coautor del estudio y experto en sistemas agrícolas.
Aunque la investigación se enfoca en una guerra nuclear, los autores insisten en que estos escenarios podrían replicarse en otras situaciones extremas, como una erupción volcánica masiva o un impacto de asteroide. “La historia nos ha mostrado que el planeta puede cambiar de un día para otro. El problema es que no estamos preparados”, advirtió Kemanian.