Timbiquí, Cauca, rodeada de riqueza cultural, tradiciones y costumbres ancestrales
Cuna del reconocido grupo musical “Herencia de Timbiquí” y “Canalón de Timbiquí, que con sus sonoridades negras del litoral pacífico colombiano dan a conocer al mundo esta bella población de la costa caucana, no solo es rica en jóvenes talentosos, sino que cuenta con una valiosa herencia de saberes ancestrales propios de la población nativa, que lucha por salir adelante

Timbiquí, Cauca, rodeada de riqueza cultural, tradiciones y costumbres ancestrales
“Timbiquí: Tejiendo Saberes”. “Timbiquí: Trabajo, Progreso e Innovación” y “Timbiquí: Pacífico, Amor, Belleza y Grandeza”, son los tres letreros a color, de gran tamaño y de pared a pared, que dan la bienvenida al llegar al aeródromo municipal: “Apolinario Amu Vente” (quien fue alcalde de Timbiquí entre el 1 de enero de 2020 y el 31 de diciembre de 2023) luego de un tranquilo viaje de media hora en avión desde Cali.
Al caminar las calles del casco urbano de Timbiquí, en donde brillan por su ausencia vehículos, que han sido reemplazados por motocarros (que sirven de transporte público y en ocasiones utilizados promocionar misas de difuntos y eventos especiales), se observan viviendas, unas construidas de madera y otras de cemento, unas a medio acabar y otras que sobresalen por su diseño y colorido.
Hablar de Timbiquí, Cauca, es sumergirse en una cultura afrocolombiana llena de tradiciones, rezos, alabaos, arrullos, baile, aguas sanadoras, plantas medicinales y alimenticias, así como una deliciosa gastronomía.
En varios de sus corregimientos, como San Miguel del Río, que bordea el río Timbiquí, y al que se llega en diez minutos desde el muelle en una lancha con un motor fuera de borda, se pueden conocer historias de resistencia y de una comunidad que hoy lucha por salir del olvido y del abandono.
Rodeado de una exuberante selva, en San Miguel del Río está un grupo de yerbateras, mujeres afrocolombianas de la organización “El Cebollal”, que cuenta con 45 familias organizadas desde hace cinco años, que recuperan y trabajan con las plantas medicinales y alimenticias como el Yantel, Orégano, Cebolla, Albaca de Niño, Poleo y Almarante, entre otras, que se han convertido en un verdadero atractivo turístico.
Su vocera Luz Mery Flórez Chalá, que, luciendo una colorida balaca roja en su cabeza, que cubre sus largas trenzas que le llegan a la cintura, una camiseta blanca que reza: “Potrillando. Comadreando por la dignidad de las Mujeres” y un jean azul, en un mensaje de bienvenida asegura que son mujeres guerreras que nunca echan pie atrás y siempre están unidas para progresar.
“Trabajamos con las plantas de unos años atrás porque estamos recuperando los saberes ancestrales. No solamente eso. Trabajamos con Catanga poniendo en las raíces para agarrar Michía (camarón de agua dulce). Tenerlos aquí presentes es un milagro de Dios. Hay Dios mío de los cielos que orgullosas hoy estamos”.
Luz Mery, en medio de un vivero ubicado encima de guadual, lleno de plantas medicinales y alimenticias sembradas en ollas y parte de tarros de plástico, asegura que las están recuperando para no perder el legado.

“Con esas plantas nos han criado nuestros abuelos, nuestros papás. Con esas plantas nos alentaban. Si nos daba un dolor de estómago, escalofrío, una gripa o un cólico, para ellos era muy difícil ir a la cabecera municipal donde estaba el puesto de salud, entonces utilizaban muchos sus plantas medicinales. Nosotras, como ese legado ya se estaba perdiendo, estamos ahora trabajando con ellas”, recalcó.
Luz Mery, siempre sonriente por nuestra visita, agrega que, para poder sembrar las plantas en su corregimiento, tienen que ir en lancha a buscar la tierra a un sector llamado “El Aserrío”, para luego ir a venderlas a otras poblaciones de Timbiquí.
“Para nosotras es grandioso trabajar con las plantas medicinales: Por ejemplo, la “Flor Blanca” es muy buena para el dolor de estómago. Nosotros vendemos plantas en la cabecera municipal o cabecera del río Timbiquí”.
Pero estas mujeres yerbateras de San Miguel del Río, en Timbiquí, no solo viven de las plantas medicinales y alimenticias, sino que están trabajando con la “Ruta del Camarón”.
“Somos la única comunidad que está trabajando con eso. Para lo cual se utilizan las catangas que se ubican en lugares fijos a las orillas del río Timbiquí para atraparlos, los camarones, que no son de gua muerta, son de corriente. El camarón es de agua viva”, recalca Luz Mery.
A pesar de que estas mujeres viven de la agricultura, la pesca y las plantas medicinales, tienen muchas necesidades. Por ejemplo, no cuentan con un lugar adecuado para recibir a los visitantes, así como un restaurante y un fogón bien hecho en donde se sientan cómodas, así como tener una casa de alojamiento para albergar a los turistas.
Otro, de los muchos atractivos turísticos del municipio de Timbiquí, es la leyenda que hay sobre el poder sanador de las aguas de su río durante las épocas en que sus aguas son transparentes, ya que, por ser epicentro de una masiva explotación minera, sus aguas permanecen oscuras.
Según Darlyn Johanna Valencia Orobio, estas aguas tienen propiedades de salud.
“Contaban nuestros ancestros que las aguas eran tan curativas, porque tenían propiedades de salud. Una bajaba al río, se bañaba y se le quitaba el dolor de cabeza y se cortaban las malas energías. Desde niña mi abuela me contaba que había que bajar al río y bañarnos”.
Los sabores de Timbiquí, es otro de los atractivos con que cuenta esta población del Cauca.
El Encocado de pescado: Un plato tradicional a base de pescado cocinado en leche de coco con especias, sumado al arroz con coco, típico de la región, y mariscos.
Doris Díaz, una habitante de San Miguel del Río, corregimiento de Timbiquí, nos deleita con un delicioso sudado de camarón, acompañado de arroz con coco, bananos y un guiso natural con sumo de coco.

Siguiendo con nuestro recorrido en lancha por el río Timbiquí, cuyo valor para ir de un corregimiento a otro oscila en 50 mil pesos por trayecto y $150 al Puerto de Buenaventura, llegamos, luego de dos horas, al corregimiento de Santa María, en donde nos recibe, inicialmente, una pequeña pancarta que dice “Restaurante Anita”.
Luego de recorrer en un tractor, acondicionado con un planchón para transportarnos, ingresamos a este corregimiento (el primero creado, de los 28 con que cuenta Timbiquí) por una calle empedrada y al lado casas de madera, unas pintadas de azul, amarillo y verde y otras pocas de cemento.
Al llegar a su único parque, hay una escultura con el rostro, sobre un bloque de cemento de color verde, de Justiniano Ocoró Bonilla, en homenaje a sus 50 años de su muerte (1937-1987), en donde está una placa de color blanca con letras negras que dice: Justiniano Ocoró Bonilla. Diputado, concejal. Hijo de Santa María de Timbiquí. Libertador y Héroe de nuestro pueblo. Homenaje de: Tilson Grueso C. Francisco Luis Rojas B. Escultor – Eblin Grueso Cuero.
Al lado de la escultura, sobre un bloque de cemento, se pueden ver varias letras de colores amarillo, azul, rojo y verde, con la frase: Yo Amo a Santa María.
Al recorrer a pie este corregimiento, con unas vías pavimentadas y otras en roca, llegamos a una vivienda en donde nos recibe el docente Henry Torres Grueso.
Este historiador, nos cuenta que este corregimiento fue habitado inicialmente por los indígenas y luego por los mayores, a través de las compañías francesas y españoles que llegaron en busca de oro.
“A través del tiempo, los franceses, para quedarse en la fuente minera, empezaron a construir ranchos y así fue formando el pueblo. Los habitantes la mayor parte son afros nativos y de pueblos vecinos. Se vive de la minería, la agricultura y la pesca. Tenemos unas costumbres ancestrales que se han transmitido de abuelos, padres e hijos, como los rezos, alabaos, arrullos y el baile”.
Para destacar de Timbiquí
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Freiler Angulo Montaño, es un joven de Timbiquí de 28 años, que sueña con que su municipio hoy x hoy sea visto en Colombia y el Mundo.
Destacó su cultura y la gastronomía que tiene el Pacífico sur colombiano, así como su gente que es muy acogedora y sociable.
Le pidió al gobierno Nacional que se acuerde de ellos porque están muy olvidados.
“Hay mucho talento por destacar y descubrir. Que se acuerde más de nosotros”, manifestó.
Por su parte, Diego Palomino Roja, que lleva 14 años en cabecera municipal de Timbiquí, conocida como Santa Barbara, destacó que esta población del sur del Cauca es una zona muy atractiva.
“Tenemos tremendas cosas para mostrar. Al llegar se sienten como en casa. Es un paraíso terrenal. Los timbiquireños somos personas muy atractivas. Aquí los espera con los brazos abiertos”.
Más sobre Timbiquí
Timbiquí, fundado en 1772 por Francisco Antonio de Mosquera y Andrés Saa, tiene el carácter de municipio desde 1915. Con una extensión de 1.813 kilómetros cuadrados y a una altura de cinco metros sobre el nivel del mar, está localizado al occidente del departamento, en la costa pacífica, a una distancia de 580 kilómetros de Popayán.
Con una topografía quebrada en un 70%, con presencia de algunas ramificaciones montañosas y planicie, Timbiquí tiene una temperatura promedio de 28° C. La pluviosidad media anual es de 6 mil milímetros y la humedad es de cerca 93%, causada por las corrientes marinas y los vientos alisios del sur y los del suroeste.
Al norte Timbiquí, limita con el municipio de López de Micay, al oriente con los de El Tambo y Argelia, al sur con Guapi y al occidente con el océano Pacífico.
Sus principales ríos son el Timbiquí, el Saija y el Bubuey