La Cámara de Comercio de Cartagena y la solución que reactivó el proyecto fluvial Businú en Montería
Es un sistema de transporte acuático diseñado para dinamizar la movilidad urbana
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Cámara de Comercio de Cartagena
El Centro de Arbitraje y Conciliación (CAC) de la Cámara de Comercio de Cartagena se posiciona como un aliado estratégico para el desarrollo regional en virtud de la amigable composición, gracias al cual se logró la solución a la controversia que frenaba el avance del proyecto Businú.
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A través del mecanismo de amigable composición, se resolvió en tiempo récord un conflicto contractual que podría haber retrasado por más de tres años la ejecución de esta importante obra de movilidad fluvial.
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Uno de los avances más notorios en materia de transporte fluvial urbano se da desde Montería, Córdoba con la construcción del Businú; un sistema de transporte fluvial diseñado para dinamizar la movilidad urbana de esa ciudad, el cual conectará las zonas residenciales del sur con universidades, barrios principales y centros comerciales del norte a lo largo del río Sinú.
Este proyecto busca transformar la calidad de vida de los habitantes y potenciar el desarrollo de la región.
Centro de Arbitraje y Conciliación de la CCC: Experiencia al servicio de la región
Businú avanza potenciando el desarrollo de Montería gracias al mecanismo de resolución de controversias denominado: amigable composición, el cual fue desarrollado a través del Centro de Arbitraje y Conciliación de la Cámara de Comercio de Cartagena, vital en la resolución de una disputa que pudo haber retrasado esta importante obra.
Según la apoderada del Consorcio San Juan y contratista del Proyecto Businú Lina González, en 2022 se generó una controversia derivada del contrato de obra del proyecto Businú, dado que se requería la definición de los nuevos ítems y/o precios no previstos (INP), derivados de un nuevo diseño, por especificaciones técnicas en el diseño inicial.
La falta de definición no permitía el avance del proyecto. “De manera que la obra estuvo suspendida por más de dos años, en un escenario eventual de liquidación”, explica González. El Centro de Arbitraje y Conciliación de la Cámara de Comercio de Cartagena, único en Colombia con ingenieros navales inscritos como amigables componedores, fue determinante en la resolución de la controversia.
El mecanismo de amigable composición permitió definir nuevos diseños navales y precios no previstos (INP), necesarios para reanudar el contrato de obra.
En tan solo cuatro (4) meses, un panel integrado por ingenieros navales y un abogado especializado evaluó los diseños iniciales y finales del Businú, determinando los ajustes necesarios para viabilizar el componente naval. Gracias a este fallo, la Alcaldía de Montería y el contratista pudieron suscribir un modificatorio que permitió la reactivación inmediata de la obra suspendida.
La importancia de la amigable composición
Este mecanismo alternativo de solución de conflictos se destaca por su rapidez y especialización, ya que las controversias son resueltas por un panel de expertos en la materia. En este caso del proyecto Businú, ingenieros navales y abogados especializados garantizaron una solución técnica y efectiva a la controversia.
“Hoy, los grandes proyectos están pactando en sus contratos, no solo el mecanismo de amigable composición, sino también el de arbitraje para la resolución de las controversias que se lleguen a suscitar entre las partes. Desde la Cámara de Comercio de Cartagena potenciamos los métodos de resolución de controversias que presta el Centro de Arbitraje y Conciliación como herramientas que propenden por la competitividad del tejido socio empresarial y la sostenibilidad de los territorios”, afirmó Diana Guzmán, jefe de división del CAC.
Un modelo a seguir en proyectos de infraestructura
El éxito de la incorporación de los métodos de resolución de controversias, como la amigable composición en el marco de los contratos suscritos para la puesta en marcha del proyecto Businú, evidencia la importancia y necesidad de incluir cláusulas compromisorias en los contratos de infraestructura fluvial, marítima y férrea en la región Caribe.
Estos métodos no sólo aceleran los procesos, sino que también permiten monetizar las ventajas de resolver conflictos en menor tiempo.
“En proyectos, el tiempo es vital y cualquier ventaja se monetiza en función de eso,” destacó Lina González, apoderada del Consorcio San Juan, contratista del proyecto.
Con este servicio de la amigable composición y demás métodos de resolución de controversias la Cámara de Comercio de Cartagena a través de su Centro de Arbitraje y Conciliación, reafirma su compromiso con el desarrollo de la región, demostrando que la combinación de experiencia técnica y mecanismos alternativos puede ser la clave para superar grandes retos y transformar realidades.