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32 años sin ‘El Nativo Inconforme’, un periodista asesinado por denunciar situaciones en Urabá

Marino Valenzuela Aguilar, asesinado en 1993, destapó masacres y corrupción en una región azotada por la violencia.

Marino Valenzuela Aguilar, periodista asesinado en 1993. Foto: cortesía.

Antioquia

Este 8 de enero se cumplen 32 años del asesinato de Marino Valenzuela Aguilar, reconocido periodista de Urabá y conductor del programa radial El Nativo Inconforme. Su voz, una de las primeras en denunciar hechos como la masacre de Pueblo Bello y la corrupción local, fue silenciada en 1993 por actores armados que buscaban callar sus denuncias.

Valenzuela fue una figura clave en la región al liderar un espacio informativo en Radio Prosperidad. Desde su programa, conocido como “La voz de los que no tienen palabra”, expuso casos de violencia como la masacre en Pueblo Bello, posteriormente investigada por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que evidenció la complicidad estatal en los hechos.

Según su hijo Ciro Valenzuela, Marino también denunció desvíos de recursos hacia grupos insurgentes, lo que habría desencadenado su asesinato.

Mi papá lo mataron el 8 de enero de 1993, es decir, hace 32 años. Él era periodista. Tuvo un programa radial que se llamaba el nativo inconforme, la voz de los que no tienen la palabra. En ese programa radial, él cubría hechos noticiosos de la región y nos cuentan que en esos días él estaba a través del programa radial denunciando unos hechos de corrupción en el distrito de Turbo sobre unos recursos que se iban a enviar para un grupo insurgente y que eso fue lo que le causó la muerte.”.

La familia Valenzuela, compuesta por cinco hijos, fue marcada por la tragedia, pero continúo con el legado de su padre quien siempre luchó por su legado “la educación como el camino para construir un futuro mejor”.

“Creemos que el legado que nos dio mi papá fue grande con relación al tema de la educación como un camino idóneo para poder desarrollarnos. Pero además de eso, tengo una responsabilidad social de que como seres humanos nosotros podemos vivir muy bien, pero si la sociedad no está funcionando, realmente lo estamos viendo. Entonces ese tema de la responsabilidad social nos quedó. Hoy mucha gente todavía reconoce el nombre y la historia que dejó el nativo inconforme, sobre todo en el área rural.”.

Su historia sigue siendo un referente en Urabá. Marino Valenzuela no solo informaba sobre los acontecimientos locales y regionales, sino que también denunciaba las injusticias y los abusos de los actores armados de su tiempo. Su programa, que detenía las actividades cotidianas al mediodía, sigue siendo recordado como un símbolo de resistencia y valentía.

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El asesinato de Valenzuela no solo dejó una familia incompleta, sino que evidenció la difícil relación entre el periodismo y la violencia en Colombia. Hoy, su legado se mantiene vivo, inspirando a quienes creen en la verdad como un motor para la justicia y el cambio social.