El matrimonio infantil en Colombia estaba desde 1887, es una deuda histórica: Pedraza

El Senado de la República este miércoles 13 de noviembre en último debate el proyecto ‘Son niñas, no esposas’, que elimina el matrimonio infantil, las uniones maritales de hecho y las uniones tempranas en Colombia.

Este logro histórico llega tras nueve intentos ante el Legislativo. Ahora, deberá le resta la conciliación con el texto aprobado en la Cámara de Representantes antes de pasar a la sanción presidencial y convertirse en Ley de la República.

Las ponentes detrás de la iniciativa ‘Son niñas, no esposas’ son las representantes Jennifer Pedraza, de la Coalición Centro Esperanza, y Alexandra Vásquez, del Pacto Histórico, quienes aseguraron tras que esta decisión sienta un precedente en la defensa de los derechos de las menores de edad y las mujeres del país.

De acuerdo con el informe Análisis de situación de los matrimonios infantiles y las uniones tempranas en Colombia’ de Unicef (2022), Colombia ocupa el puesto 20 a nivel mundial en uniones de niñas y adolescentes antes de los 15 años.

Además, está en el lugar 11 a nivel mundial en uniones de niñas y adolescentes antes de los 18 años. Una vez se convierta en ley, se eliminará del Código Civil el permiso de que niños y niñas mayores de 14 años se puedan casar con el consentimiento de los padres. Es decir que, se establecen los 18 años como edad mínima para contraer matrimonio en el país.

En diálogo con 6AM de Caracol Radio, la representante Jennifer Pedraza, celebró el resultado de la votación y manifestó que, aunque es un primer paso absolutamente trascendental todavía urgen más políticas públicas complementarias que permitan el pleno desarrollo de la niñez en Colombia:

“Hemos logrado que Colombia salga de esa lista, pero el matrimonio infantil realmente es una práctica que está aprobada a ser violatoria de los derechos de niños, niñas, adolescentes y que desde el principio, Naciones Unidas ya le había pedido a Colombia que lo eliminara de su Código Civil. De hecho, el matrimonio infantil en Colombia estaba permitido desde 1887. Yo creo que ya viene siendo hora que en el 2024 hemos un mensaje contundente en contra de la violación de derechos de niños y niñas”.

Tal como indicó la congresista, esta aprobación implica que de aquí en adelante ningún notario en el territorio nacional podrá reconocer una unión marital, ni un matrimonio que vincule algún menor de edad. Lo cual es un paso gigantesco teniendo en cuenta que, según cifras presentadas por Pedraza, el 17% de los matrimonios y de las uniones tempranas en Colombia vinculan a menores de edad y esta tasa se eleva al 25.4% si se incluyen las zonas rurales del país.

Pedraza también destacó que, este proyecto tiene un enfoque preventivo y pedagógico con la creación del programa nacional de atención integral a proyectos de vida para niños, niñas y adolescentes, ya que cambie la ley vigente no garantiza un cambio cultura, ni social en esta práctica:

“Recordemos que en Colombia la edad de consentimiento sexual es de los 14 años en adelante y obviamente tiene que ver con la exploración de la sexualidad en libertad, ojalá con la información requerida en condiciones dignas y de garantía de derechos, pero cuando hablamos del matrimonio, estamos hablando de una decisión que tiene efectos, por ejemplo patrimoniales, que tiene efectos de largo plazo y que en su mayoría ocurre entre menores de edad y personas que hasta les duplican la edad o le llevan de 6 años en adelante”.

Eso también las priva de tener una infancia, vulnera sus derechos sexuales y reproductivos, las expone a violencias basadas en género, sufren mayor riesgo de abandono escolar, entre otras problemáticas. Por tal razón, se necesitan más políticas que fomenten la educación, la igualdad de género y el acceso a servicios de salud y derechos esenciales para un futuro más justo y equitativo:

“El proyecto de ley plantea no solamente esa prohibición del matrimonio infantil, sino una política pública alrededor de la política de infancia y adolescencia encargada de hacer pedagogía y de luchar culturalmente contra esta práctica porque ojalá solamente con cambiar la ley y el papel pudiéramos decir que ya automáticamente acabamos con el matrimonio infantil, pero sabemos que hay que dar una batalla cultural y en esa batalla es muy importante vincular a las comunidades indígenas. El proyecto plantea una participación directa de las comunidades indígenas en la creación de esa política pública de prevención, entonces el proyecto no excluye a ningún territorio nacional”.