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El sur de Bolívar le apuesta a la educación, con transformación de instituciones

La Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas entregó de una dotación valorada en $109 millones, en conjunto con la Alcaldía de Montecristo

Imagen de referencia de salón de clases. Foto: Getty Images / Busà Photography

Cartagena

En el corregimiento El Dorado y Villa Uribe, del municipio de Montecristo, ubicado al sur del departamento de Bolívar llegó una inversión de $109 millones con la que se dotaron instituciones educativas con nuevos muebles, ventiladores y material.

Esto gestionado por la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas, que beneficio a más de 100 estudiantes.

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“El Dorado y Villa Uribe, corregimientos que durante años han enfrentado múltiples desafíos, experimentaron una sensación de renovación. Los pequeños, antes acostumbrados a sillas deterioradas y mesas improvisadas, ahora disfrutan de un ambiente propicio para el aprendizaje. La emoción en sus rostros era evidente, tocando con asombro las nuevas sillas y observando los tableros impecables”, comentó Adriana Lucía Navarro Centeno, trabajadora social de la Secretaría de Víctimas y Gestión Social.

Indicó, “la entrega de esta dotación es el resultado de una gestión coordinada por la Dirección de Gestión Social Humanitaria, la Subdirección de Prevención y Atención a Emergencias, la Dirección de Gestión Interinstitucional y el grupo de gestión de proyectos de la UARIV de la Dirección Territorial Bolívar y San Andrés Islas, en conjunto con la Secretaría de Educación, la Secretaría de Víctimas y Gestión Social de la Alcaldía de Montecristo. Un trabajo articulado que logró materializar este esfuerzo colectivo en favor de la educación en estos territorios”.

Heber Francis Suárez, de la Dirección de Gestión Social Humanitaria de la UARIV, enfatizó el objetivo de este esfuerzo, “estamos entregando en este momento muebles, tableros escolares, archivadores, ventiladores de techo, para ayudar y fortalecer el arraigo de los niños en la institución educativa”.

Departamento de Bolívar

Por su parte Liz Danis Tres Palacios Moreno, gestora social de Montecristo, resumió el impacto de este acto, “los niños no caben de la felicidad. Ahora pueden sentarse en sillas nuevas, con sus mochilas bien ubicadas, listos para aprender”.

En cada rincón de las aulas, en cada sonrisa, se siente el impacto de esta jornada. Un paso firme hacia la construcción de espacios donde la educación no sea solo un derecho, sino una experiencia digna y transformadora.