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Día 2 de la novela de la Virgen del Carmen 2024: oración y reflexión para este martes

La Novena a la Virgen del Carmen es un período de nueve días de oración, del 7 al 16 de julio.

Imagen de referencia vía Getty Images. (Foto Mario Toro Quintero/Long Visual Press/Universal Images Group via Getty Images) / Long Visual Press

La Novena a la Virgen del Carmen, se refiere a los 9 días que anteceden a la celebración del Día oficial de la Virgen del Carmen que es el 16 de julio. De acuerdo con la tradición católica, esta devoción se realiza con la finalidad de preparar el corazón y el espíritu de los fieles para celebrar la fiesta de la Virgen del Carmen, patrona de los Carmelitas.

La historia de la Virgen del Carmen toma lugar en Inglaterra, el domingo 16 de julio de 1.251, con la aparición de la Virgen María al Superior General de los padres Carmelitas del Convento de Cambridge, San Simón Stock.

De acuerdo con el testimonio de Stock, la Virgen María se le apareció vestida de hábito carmelita, llevaba al Niño Jesús en sus brazos y en su mano el Escapulario, que le entregó como una señal de salvación: “El que muera con él no padecerá el fuego eterno”.

La Novena a la Virgen del Carmen consiste en rezar diariamente oraciones específicas a la Virgen María, pidiendo su intercesión y protección. Para ello se utiliza el Escapulario de la Virgen del Carmen que protege e invita como María a ser portadores de Cristo a los hombres.

La Novena a la Virgen del Carmen puede rezarse individualmente o en grupo, y según la tradición católica, debe incluir las siguientes oraciones en este orden:

Guía para hacer la Novena de la Virgen Del Carmen

  • Señal de la Santa Cruz.
  • Acto de contrición.
  • Oración inicial
  • Oración del día.
  • Jaculatoria.
  • Oración final

Acto de contrición

Señor mío, Jesucristo, me pesa de todo corazón haberte ofendido, por ser Tú tan bueno y digno de ser amado. Ayudado por tu Amor y Misericordia te prometo esforzarme en cambiar mi vida, para ser un buen cristiano. Amén

Oración inicial novena Virgen del Carmen

Oh Virgen María, Madre de Dios y Madre también de los pecadores, y especial Protectora de los que visten tu sagrado Escapulario; por lo que su divina Majestad te engrandeció, escogiéndote para verdadera Madre suya, te suplico me alcances de tu querido Hijo el perdón de mis pecados, la enmienda de mi vida, la salvación de mi alma, el remedio de mis necesidades, el consuelo de mis aflicciones y la gracia especial que pido en esta Novena, si conviene para su mayor honra y gloria, y bien de mi alma: que yo, Señora, para conseguirlo me valgo de vuestra intercesión poderosa, y quisiera tener el espíritu de todos los ángeles, santos y justos a fin de poder alabarte dignamente; y uniendo mis voces con sus afectos, te saludo una y mil veces, diciendo: (rezar tres avemarías)

Día 2 novena a la Virgen del Carmen

¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que por tu singular amor a los Carmelitas los favoreciste con tu familiar trato y dulces coloquios, alumbrándolos con las luces de tu enseñanza y ejemplo de que dichosamente gozaron.

Te ruego, Señora, me asistas con especial protección, alcanzándome de tu bendito Hijo Jesús luz para conocer su infinita bondad y amarle con toda mi alma; para conocer mis culpas y llorarlas para saber como debo comportarme a fin de servirle con toda perfección; y para que mi trato y conversación sean siempre para su mayor honra y gloria y edificación de mis prójimos.

Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo: Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, etc.Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la oración final.

Oración final para todos los días

Virgen santísima del Carmen; yo deseo que todos sin excepción se cobijen bajo la sombra protectora de tu santo Escapulario, que todos estén unidos a Ti, Madre mía, por los estrechos y amorosos lazos de esta tu querida Insignia. ¡Oh hermosura del Carmelo! Míranos postrados reverentes ante tu sagrada imagen, y concédenos benigna tu amorosa protección.

Te recomiendo las necesidades de nuestro Santísimo Padre, el Papa, y las de la Iglesia Católica, nuestra Madre, así como las de mi nación y las de todo el mundo, las mías propias y las de mis parientes y amigos. Mira con ojos de compasión a tantos pobres pecadores, herejes y cismáticos como ofenden a tu divino Hijo, y a tantos infieles como gimen en las tinieblas del paganismo. Que todos se conviertan y te amen, Madre mía, como yo deseo amarte ahora y por toda la eternidad. Así sea.