Tres grandes conclusiones sobre el desarrollo humano en Colombia según el PNUD
El informe ‘Colombia: territorios entre fracturas y oportunidades’ destaca que, aunque el país está progresando, la disparidad entre las regiones persiste. Además, enfatiza en la necesidad de un modelo de desarrollo construido desde la sostenibilidad.
En medio de los desafíos que enfrenta Colombia en su búsqueda por el desarrollo humano integral, esta semana -después de una década-, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo presentó el tercer informe sobre el panorama del país en relación con su Índice de Desarrollo Humano: “Colombia: territorios entre fracturas y oportunidades”.
Este estudio es una herramienta que servirá de insumo a la hora de entender los retos de las dinámicas regionales en cuatro dimensiones: crecimiento económico, capacidad institucional, incidencia del conflicto armado e integridad ecosistémica.
Todas ellas, según comentaron los expertos durante la jornada de socialización del documento organizada por Prisa Media, están interconectadas y permiten comprender las causas detrás de las desigualdades del desarrollo humano.
Estas son tres de las conclusiones más importantes que deja el documento:
El desarrollo del país sí está ocurriendo, pero no es uniforme en todas las regiones
El informe cubrió los 32 departamentos de Colombia, además de Bogotá. Se descubrió que en catorce de ellos, el Índice de Desarrollo Humano (que evalúa salud, educación e ingresos) es alto y está en aumento.
Otros diecisiete departamentos, en contraste, tienen un ÍDH de nivel medio, mientras que en dos de ellos (Vaupés y Guainía) es bajo, comparable al de países como Costa de Marfil y Tanzania.
En los dieciocho departamentos con ÍDH medio y bajo, se notó que el desarrollo no avanza de manera uniforme. Según los expertos, esto no solo significa que las desigualdades territoriales persisten, sino que se corre el riesgo de generar, a futuro, tendencias que provoquen el estancamiento de ciertas regiones.
“En las últimas dos décadas, Colombia ha logrado un Índice de Desarrollo Humano alto, avanzando de manera significativa en reducción de la pobreza, cobertura de educación y aseguramiento en el acceso a salud universal. A lo largo del siglo XXI, Colombia también ha sido un líder global en la Agenda 2030, en políticas para la población migrante y de construcción de paz (...) El país avanza en sus promedios, pero no converge en sus territorios”, comentó Sara Ferrer, Representante del PNUD en Colombia.
La idea de desarrollo debe construirse desde y con los territorios
Según Helena Strom, embajadora de Suecia en Colombia, este informe reafirma la necesidad de plantear un modelo de desarrollo que propicie la convergencia territorial para “no imponer modelos incompatibles con las regiones”.
Para lograrlo, la embajadora sugirió que, que durante los diálogos intersectoriales, se haga énfasis en aspectos como la educación como pilar fundamental del bienestar, la productividad laboral para promover la igualdad, la equidad de género para una inclusión productiva efectiva y la transformación de los sistemas productivos con un enfoque ambientalmente consciente.
Si bien conceptos como “desarrollo” o “bienestar” son muy subjetivos a la hora de ser medidos, estas líneas temáticas ayudarán, comentó, ayudarán a que el sector público y privado tengan mayor claridad a la hora de enfocar esfuerzos para impulsar a las regiones más rezagadas.
“No se trata de llevar el Estado al territorio, sino de construir el Estado desde el territorio”, agregó la ministra de ambiente Susana Muhamad.
La noción de desarrollo requiere límites medioambientales
Durante el encuentro, los panelistas destacaron la interconexión entre la noción de desarrollo, medio ambiente y paz. Además, resaltaron que el informe haya “regionalizado la variable climática”. De esta forma, el país podrá desarrollar políticas y estrategias más efectivas y aterrizadas a las realidades locales.
Uno de los resultados más importantes arrojó que los departamentos donde se concentran los índices más altos de desarrollo son, a su vez, los que están ubicados en las zonas de más alta degradación ecosistémica. En los de menor desarrollo, en cambio, se encuentran las zonas con mayores focos de biodiversidad.
“El informe abre la discusión para empezar a preguntarnos cuáles son los límites ambientales del desarrollo. Esos límites requieren Estado, gobernanza y autorregulación; poner la vida en el centro para que el modelo de desarrollo sea sostenible”, comentó Muhamad.
Hasta el momento, ningún país en el mundo ha logrado un IDH muy alto y sostenible.
Esto se debe a que, históricamente, el modelo económico se ha fundamentado en la explotación de recursos naturales, lo cual ha provocado la pérdida de biodiversidad, la alteración de los ecosistemas y, por ende, una mayor propensión a los desastres naturales.
Todo esto, al final, afecta de manera más severa a las poblaciones más vulnerables.
“Las desigualdades determinan hacia dónde puedo aspirar como persona a lo largo de mi ciclo de vida. Las desigualdades se heredan y se acumulan generacionalmente (...) El desarrollo humano requiere paz, y la paz requiere del desarrollo humano”, aclaró Jaime Urrego, economista del PNUD.
Reviva aquí la presentación del informe.