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Los ‘falsos positivos’ no fueron una política de Estado, pero sí una cultura: mayor (r) del Ejército

César Maldonado, mayor retirado del Ejército y presidente de la Fundación Comité de Reconciliación ONG, explica cómo va el proceso de reconocimiento de los ‘falsos positivos’ en el país.

Los ‘falsos positivos’ no fueron una política de Estado, pero sí una cultura: mayor (r) del Ejército

Los ‘falsos positivos’ han sido uno de los episodios más complejos del conflicto armado en Colombia. Se trataron de asesinatos y ejecuciones extrajudiciales realizadas por las Fuerzas Militares que dejaron 6.402 víctimas, de acuerdo con lo revelado en 2021 por la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP).

Estos crueles episodios se dieron, entre varias razones, por un interés de algunos comandantes de las Fuerzas Militares de mostrar resultados en medio de la guerra que se libraba contra los grupos armados ilegales, especialmente contra las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Uno de los comparecientes por estos hechos ante la JEP fue el mayor retirado del Ejército, César Maldonado, quien ha trabajado también desde la Fundación Comité de Reconciliación para el reconocimiento de estos hechos por otros miembros del Ejército ante esta Jurisdicción.

En entrevista con la mesa del programa de 10AM Hoy por Hoy de Caracol Radio, el mayor retirado explicó que un primer paso en este proceso de reconocimiento es admitir la posibilidad de que la cifra de víctimas por esta práctica podría ser mucho mayor a la que entregó anteriormente la JEP.

“Los ‘falsos positivos’ no fueron una política de Estado”

Para Maldonado decir que los falsos positivos fueron una política de Estado es una afirmación irresponsable. “Estuve 23 años en el Ejército y nunca vi un direccionamiento de parte de mis superiores a cometer el tema de los falsos positivos” señaló.

Por el contrario, el Mayor retirado cree que estos asesinatos fueron más bien parte de una ‘cultura’. “Para explicarlo mejor, yo siempre pongo este ejemplo: en el Ejército está la obligatoriedad de mantenerse físicamente bien, pero no obliga a los soldados a hacer entrenamiento en un gimnasio. Aun así, muchos de los hombres van a los gimnasios para mantenerse bien, esa es la cultura”, explicó.

En este mismo sentido, el Mayor asegura que esto no se debió como tal a una orden desde los altos mandos. Más bien se trató de una “cultura” que fue creciendo y que unos decidieron adoptar y otros no. “Yo no quiero ser abogado del diablo, pero de ninguna manera voy a tratar de enlodar al Ejército por unas acciones que, por lo menos, yo nunca vi”, concluyó el Mayor.

No obstante, Maldonado tampoco cree que esto se deba a solo unas ‘manzanas podridas’ o unos casos aislados. Para el mayor, al hablar de por lo menos de 6.402 víctimas, se debe asumir una posición institucional más responsable.

“Esto ocurrió a lo ancha y largo del territorio nacional, casi en todos los departamentos y casi con las mismas características, lo que quiere decir que esto sí obedece a una sistematicidad, que si bien no obedece a una política institucional, sí amerita una posición más seria por parte del Ejército Nacional”, advierte Maldonado.

¿De dónde vienen los ‘falsos positivos’?

El Mayor retirado sugiere que esta cruda y violenta práctica surgió de la relación que tenían algunos miembros de la Fuerza Pública con ciertas personas de las Autodefensas o grupos paramilitares que tenían una posición de mando dentro del Ejército.

Las autodefensas, así como lo hacían los de las FARC, tenían que reclutar jóvenes para engrosar sus filas. A estos jóvenes que reclutaban, los ponían a hacer un entrenamiento militar, pero había personas que desistían de ellos, por x o y razón”, explicó Maldonado.

Según relata el militar retirado, los paramilitares no dejaban ir a estos jóvenes que desistían, sino que los asesinaban y luego se los entregaban a militares con los que tenían algún tipo de connivencia. “Estos militares, que no eran todos, tomaban los cuerpos y los presentaban como ‘bajas’”, aseguró Maldonado.

Esta práctica se habría intensificado más tarde, con la desmovilización de los paramilitares. De acuerdo con el Mayor: “al desaparecer el ‘socio’ que entregaba ‘el muerto’ para presentar como baja en Combate, entonces los militares que estaban inmersos en la práctica comenzaron a hacer ellos mismos el reclutamiento de manera individual y de ahí nacen los ‘falsos positivos’”, aseguró.

Los casos por ‘falsos positivos’ podrían ser más de 6.402

Si bien, para Maldonado, la actual cifra de 6.402 casos de ‘falsos positivos’ concordaría con lo encontrado hasta el momento por la Jurisdicción, hay una gran posibilidad que este número aumente, no solo en número de comparecientes, sino también en número de víctimas. “Yo me atrevo a pensar que esta cifra es superior, aunque definirlo ya dependerá de la Jurisdicción”, aseguró el mayor retirado.

Las razones por las que estos números podrían ser superiores, según el mayor, sería porque:

  • El número de miembros de las Fuerzas Militares podría ser mayor. En los últimos casos que se han revelado, se ha contado al compareciente como único involucrado en el caso. Sin embargo, lo que explica Maldonado es que en el Ejército, la unidad mínima de combate es de 5 personas, razón por la que seguramente van a salir más involucrados cuando se investiguen cada uno de los casos contados ante la JEP.
  • Se han venido revelando muchos más casos de ‘falsos positivos’ ante la JEP. De acuerdo con Maldonado, varios comparecientes ante la jurisdicción han nombrado nuevos hechos que no estaban registrados por la justicia, sumando así más víctimas.

Una verdad difícil de aceptar

Maldonado confiesa que aceptar la posibilidad de que el número de casos sea mayor sigue siendo muy incómodo dentro de las Fuerzas Militares. El mayor retirado afirma que, ante todo, debe ir la actitud con la que asumen los miembros de la Fuerza pública esas revelaciones.

“Cuando me hacen esta pregunta, para los militares en fila y para algunos en retiro, les parece molesto que uno trate de aceptar que esta cifra podría ser mayor o, incluso, aceptar que esa cifra es real. Yo solo parto de la buena fe las investigaciones adelantadas por la JEP”, señaló.

Sin embargo, para el mayor en retiro es clave que la Fuerza Pública sea capaz de asumir las responsabilidades que le corresponden por estos hechos y respetar el derecho que tienen las víctimas a la verdad. Especialmente, para poder permitir la justicia y la no repetición.

“Mucha gente habla de pasar una página de la historia oscura del país, pero esta página hay que entenderla, leerla, analizarla, hay que corregir sobre lo que pasó en esa página, hay que cambiar algunas cosas porque seguramente fallamos como institución”, señaló Maldonado.

En ese reconocimiento, es sobre el que ha venido trabajando el Mayor a través de su fundación. Su intención es, más allá de endilgar culpas, buscar reconocimiento de responsabilidades morales y de esta manera abrir campo a los cambios.

“He tenido el liderazgo sobre todos estos hombres para que ellos entiendan que no solamente la víctima tiene un dolor, también lo tienen las personas responsables, pero es importante que nosotros demos esa palabra que necesitan las víctimas para avanzar”, aseguró Maldonado.