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Tras dos años de la tragedia de La Esneda las familias afectadas no han sido reubicadas

A pesar de que fue declarada zona de riesgo, la personas que habitan las viviendas en la Avenida del Río en Pereira y La Esneda en Dosquebradas no han recibido los suficientes por sus casas y tampoco han firmado documentos de un nuevo proyecto urbanístico.

Deslizamiento en La Esneda - Imagen de archivo - Caracol Radio Pereira.

Pereira

Una emergencia que dejó 130 familias damnificadas y 17 personas fallecidas se registró el 8 de febrero de 2022, un deslizamiento de tierra que afectó el barrio La Esneda de Dosquebradas y la Avenida del Río de Pereira, marcó las vidas de una comunidad que, dos años después, sigue esperando soluciones.

Es el caso de Linda Muñoz, una mujer que vio en peligro la vida de su madre, cuando el alud de tierra tapó varias viviendas y afectó el cauce del río Otún, hoy la lucha de todos los vecinos de este sector sigue porque la reubicación que en ese entonces les prometieron no se ha dado, las casas de las personas afectadas no han sido negociadas con un valor que les permita rehacer sus vidas en otro lugar y por el momento pasan sus días en alerta de lo que pueda suceder, pues viven en una zona de riesgo.

Linda Muñoz, damnificada de la tragedia de La Esneda

Las negociaciones por parte de la Lonja Inmobiliaria, según Linda, fueron absurdas, el valor de avalúo de cada vivienda fue muy bajo y no es suficiente para que las personas puedan comprar una nueva vivienda, incluso el dinero que hasta ahora les han entregado no les alcanza para una cuota inicial de una casa semejante a la que tienen hoy en día.

Linda Muñoz, damnificada de la tragedia de La Esneda

El horror de la tragedia, la angustia y el miedo que vivieron estas familias dos años atrás, parece una historia de nunca acabar y con cada aguacero y cada temblor recuerdan que sus vidas están en riesgo.

Linda Muñoz, damnificada de la tragedia de La Esneda

En papel no hay algo firmado sobre el lote cerca al Bioparque Ukumarí donde les dijeron que los reubicarían, lo que implica que la propuesta de un traslado fue en vano y por ahora solo escuchan la voz del inspector que una y otra vez les recuerda que viven en una zona de riesgo y que deben desalojar.

Y la situación se empeora al ver como las viviendas que algunas personas desocuparon, están siendo invadidas por personas que no saben lo que se ha vivido en este lugar.