Región Caribe podría establecer sistema multimodal de transporte para el comercio exterior
Esta zona del país representó el 16% del PIB nacional y el 22,8% de la población nacional en 2022
Cartagena
El Índice de Riesgos de la Región Caribe destaca las oportunidades y consideraciones para tener en cuenta a la hora de invertir en esta zona estratégica del país.
Con el objetivo de informar sobre los riesgos y oportunidades que existen para las empresas y los inversionistas en cada uno de los ocho departamentos de la región, se presentó el Índice de Riesgos de la Región Caribe, una iniciativa de Colombia Risk Analysis, con el auspicio del Centro Internacional para la Empresa Privada (CIPE), y el apoyo de la Cámara de Comercio de Cartagena.
Según Ángela María Vélez, directora de la oficina de CIPE en Colombia, este índice representa una herramienta clave para facilitar la toma de decisiones de inversión informada. Los empresarios y autoridades regionales pueden conocer mejor sus territorios, identificar oportunidades y prever y mitigar riesgos que afecten los negocios y las regiones donde operan. Además, el índice del Caribe es una herramienta útil para trabajar con las cadenas de valor en el fortalecimiento de procesos y para potenciar los negocios.
La región Caribe, compuesta por los departamentos de Atlántico, Bolívar, Cesar, Córdoba, La Guajira, Magdalena, Sucre y el Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, representó el 16% del PIB nacional y el 22,8% de la población nacional en 2022.
El Caribe posee un gran potencial de inversión debido a sus abundantes recursos naturales y su ubicación estratégica en el Mar Caribe para el comercio internacional, la agroindustria, las industrias manufactureras, el turismo sostenible, y para el desarrollo de energías renovables y el sector extractivo.
Esta región tiene 8 de las 12 zonas portuarias del país, siendo el puerto de Cartagena el más eficiente en Colombia y el quinto a nivel mundial, según el Índice de Desempeño de los Puertos de Contenedores (CPPI, por su sigla en inglés), que elabora el Banco Mundial y la Unidad de Inteligencia de Mercados de S&P Global. Entre enero y diciembre de 2022, se exportaron 10 millones de toneladas de carga en este puerto.
Con el fin de potenciar la eficiencia de los demás puertos de la región e impulsar la internacionalización del sector empresarial colombiano, se requiere inversión para dragado, infraestructura, tecnología, educación e innovación que mejoren su competitividad, la capacidad receptiva de buques y cruceros y la eficiencia aduanera.
“La región Caribe tiene un gran potencial para el funcionamiento de un sistema multimodal de transporte. Una mayor inversión en la conectividad fluvial, marítima, terrestre y aérea permitiría el fortalecimiento de sectores como el agropecuario, turismo, transporte y logística, entre otros, comentó Sergio Guzmán, director de Colombia Risk Analysis, sobre las oportunidades en esta región.
Las cámaras de comercio de la región cumplen un papel fundamental para la divulgación de los riesgos y oportunidades para la inversión privada en la región. “Nuestro rol como Cámara de Comercio de Cartagena es fortalecer el sector privado y atraer inversión a nuestra región. Para lograrlo, es fundamental entender el contexto y las contingencias, de modo que podamos responder a ellas y convertirlas en ventajas que fortalezcan los negocios del Caribe Colombiano”, dijo Andrea Piña Gomez, presidenta de la Cámara de Comercio de Cartagena.
Por otra parte, aunque la agenda del Gobierno actual se aleje de la extracción de hidrocarburos y de la minería en general, la extracción del carbón térmico es una de las actividades económicas más importantes para el Cesar y La Guajira, departamentos que se ubicaron como los mayores productores de carbón del país en 2022 (más de 49 millones entre los dos departamentos).
En términos de riesgos, la informalidad es un factor común en los departamentos de la región Caribe. Valledupar, por ejemplo, es la segunda ciudad con mayores niveles de informalidad del país, con 65,6% de su población estando en la informalidad, por encima del promedio nacional de 56,1%. La falta de y el mal estado de las vías terciarias, no solo afecta a los ciudadanos, sino que también limita el acceso a los mercados, dificulta el desarrollo de actividades industriales, afecta las operaciones de las empresas, además de implicarles gastos adicionales.
Al igual que el resto del país, la región no es ajena a los riesgos que representan los cambios políticos domésticos, la polarización de la sociedad, las complejas condiciones del conflicto armado, el peso de las desigualdades sociales estructurales, la corrupción y la falta de conectividad terrestre, la cual ha llevado a un aislamiento geográfico y económico de los departamentos y municipios, impidiendo su desarrollo económico y la creación de empleo.